DEVOCIONALES DIARIOS
Sábado 17 de julio, 2024
“Presiones con propósito”
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28
Dios no hace nada sin tener un propósito en mente. Si en su sabiduría permite aquello que podría evitar en su poder, entonces podemos estar seguros de que es con una finalidad.
Estamos viviendo tiempos difíciles, Sin embargo, la presión suele exponer cosas que en otras circunstancias pasaríamos por alto. Por eso el Señor muchas veces se vale de este recurso para ayudarnos en nuestro proceso de crecimiento y maduración.
En la Biblia encontramos muchas historias en las que podemos identificar fácilmente lo que perseguía Dios al permitir situaciones límites. Por ejemplo, Jonás fue tragado por un gran pez. Moisés se encontró frente a un mar imposible de cruzar. José fue a parar a una prisión. Gedeón debió ir a la guerra solo con trescientos hombres. Todas esas circunstancias tuvieron un propósito. En algunos era aprender obediencia, en otros fortalecer su fe y dependencia, en otros tratar con un aspecto de su carácter…
Y usted, ¿pudo descubrir con qué propósito el Señor ha permitido las presiones por las que está pasando?
A través de los distintos escenarios de nuestra vida: familia, trabajo, matrimonio, ministerio… Dios puede estar llamando nuestra atención sobre algunos aspectos que necesitan ser tratados. El problema es que muchas veces vemos las presiones solo como presiones, o las circunstancias adversas solo como eso, y no nos detenemos a pensar que pueden ser oportunidades de Dios para ayudarnos a crecer en algún área de nuestra vida.
Piense en los desafíos que ha tenido que enfrentar. Puede ver sólo los problemas o reconoce una oportunidad para hacer cambios que podrían resultar en relaciones más saludables, un trabajo mejor hecho, crecer espiritualmente o tener un carácter más parecido al de Cristo.
Tal vez usted siente que está siendo sacudido en las mismas áreas de siempre y no puede explicarse por qué… Quizás sea hora de admitir que hay cosas que el Señor cree que necesita cambiar o deben salir de su vida.
El Señor nos ama demasiado como para cruzarse de brazos y simplemente ver cómo perdemos bendiciones por no dar lugar a los cambios que quiere llevar a cabo en nosotros. Algo hará para despertarnos y ayudarnos a poner la atención en lo que quiere mostrarnos.
Quizás no le guste la forma en la que Dios está interviniendo en su vida. Recuerde que muchas veces nosotros somos los que hacemos más difícil el proceso porque nos cuesta rendirnos, escuchar su voz y aceptar seguir su dirección.
Si aún no puede entender qué propósitos tienen las presiones por las que está pasando, tome un tiempo a solas con Dios y pregúntele: “Señor, ¿estás tratando de decirme algo?” Cuando lo escuche, no ignore sus palabras o deje para “más adelante” lo que quiere hacer. Confíe y dé ese primer paso que comenzará a transformar su vida.
Alexandra Giovanini
“Presiones con propósito”
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28
Dios no hace nada sin tener un propósito en mente. Si en su sabiduría permite aquello que podría evitar en su poder, entonces podemos estar seguros de que es con una finalidad.
Estamos viviendo tiempos difíciles, Sin embargo, la presión suele exponer cosas que en otras circunstancias pasaríamos por alto. Por eso el Señor muchas veces se vale de este recurso para ayudarnos en nuestro proceso de crecimiento y maduración.
En la Biblia encontramos muchas historias en las que podemos identificar fácilmente lo que perseguía Dios al permitir situaciones límites. Por ejemplo, Jonás fue tragado por un gran pez. Moisés se encontró frente a un mar imposible de cruzar. José fue a parar a una prisión. Gedeón debió ir a la guerra solo con trescientos hombres. Todas esas circunstancias tuvieron un propósito. En algunos era aprender obediencia, en otros fortalecer su fe y dependencia, en otros tratar con un aspecto de su carácter…
Y usted, ¿pudo descubrir con qué propósito el Señor ha permitido las presiones por las que está pasando?
A través de los distintos escenarios de nuestra vida: familia, trabajo, matrimonio, ministerio… Dios puede estar llamando nuestra atención sobre algunos aspectos que necesitan ser tratados. El problema es que muchas veces vemos las presiones solo como presiones, o las circunstancias adversas solo como eso, y no nos detenemos a pensar que pueden ser oportunidades de Dios para ayudarnos a crecer en algún área de nuestra vida.
Piense en los desafíos que ha tenido que enfrentar. Puede ver sólo los problemas o reconoce una oportunidad para hacer cambios que podrían resultar en relaciones más saludables, un trabajo mejor hecho, crecer espiritualmente o tener un carácter más parecido al de Cristo.
Tal vez usted siente que está siendo sacudido en las mismas áreas de siempre y no puede explicarse por qué… Quizás sea hora de admitir que hay cosas que el Señor cree que necesita cambiar o deben salir de su vida.
El Señor nos ama demasiado como para cruzarse de brazos y simplemente ver cómo perdemos bendiciones por no dar lugar a los cambios que quiere llevar a cabo en nosotros. Algo hará para despertarnos y ayudarnos a poner la atención en lo que quiere mostrarnos.
Quizás no le guste la forma en la que Dios está interviniendo en su vida. Recuerde que muchas veces nosotros somos los que hacemos más difícil el proceso porque nos cuesta rendirnos, escuchar su voz y aceptar seguir su dirección.
Si aún no puede entender qué propósitos tienen las presiones por las que está pasando, tome un tiempo a solas con Dios y pregúntele: “Señor, ¿estás tratando de decirme algo?” Cuando lo escuche, no ignore sus palabras o deje para “más adelante” lo que quiere hacer. Confíe y dé ese primer paso que comenzará a transformar su vida.
Alexandra Giovanini
Si vives fuera de los EE.UU, selecciona
Amazon de tu país y en el buscador
escribe: Tiempos de refrigerio
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 26 de julio, 2024
“Reverenciar a Dios”
“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre”. Nehemías 1:11a.
Nehemías, después de enterarse de la deplorable situación de Jerusalén, lo primero que hizo fue orar. Por favor, lee todo el capítulo uno de su libro y encontrarás detalles que te permitirán descubrir su corazón.
Creo que es cierta la famosa frase que dice que “podemos encontrar de todo en la viña del Señor”, y aunque normalmente se menciona cuando tenemos la atención puesta sobre algo negativo, personalmente prefiero enfocarme en ese grupo de cristianos sinceros que se destaca por el gozo que experimentan al honrar a Dios en todo tiempo. Son como Nehemías, nada los hace retroceder; pueden enfrentar desafíos, oposición, pruebas, tentaciones y seguirán amando al Señor y determinados a hacer su voluntad. Nehemías los llama los “siervos que desean reverenciar el nombre de Dios”.
Esta frase merece profundizarse. En primer lugar, la palabra deseo, jafets en hebreo, es mucho más que una simple apetencia o gusto, significa “deleitarse, estar complacido, tener contentamiento, delicia”. La palabra reverenciar en hebreo es yare que significa “temer, respetar, honrar, tener en estima”. Nehemías está diciendo que él es parte del grupo que se deleita con gran placer en honrar a Dios con todo lo que hace. ¡Cómo Dios no va a respaldar a los que tienen tal corazón!
Los que se complacen en honrar a Dios no son los que esperan que el Señor lo arregle todo, o quienes esperan que alguien más se ocupe de las necesidades, son lo que oran: Dios, úsame a mí.
Nehemías acudió a Dios, le presentó el problema y se puso a su disposición de Él para hacer lo que fuera necesario. Actuó en fe confiando que Dios lo respaldaría y animó a otros a que se unieran a él. La historia dice que en solo 52 días terminaron la reconstrucción del muro de Jerusalén, Dios les dio la victoria sobre sus enemigos y recuperaron su dignidad.
Déjame preguntarte: ¿Eres parte del grupo de los siervos que desean reverenciar a Dios?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 25 de julio, 2024
¡Crea que le ama!
¿Cree que Dios le ama? ¿Siente su amor por usted?
Creo que la mayoría de los cristianos saben del amor de Dios hacia ellos teológicamente, pero siguen sin experimentar Su amor. Dudan de que Él los pueda amar.
Muchos hoy viven bajo una nube de culpa, temor y condenación. Nunca han sido realmente libres, nunca han podido descansar en el amor de Dios por ellos; llevan una carga secreta en sus corazones todo el tiempo. Sirven al Señor, alzan sus manos en adoración, comparten con otros su fe, se acercan a su presencia en oración, son fieles, y a pesar de todo siguen esforzándose cada día por hacer las paces con Dios y conseguir ser amados.
Yo estuve en ese lugar, y hasta que resolví que no se trataba de confiar en lo que dictaban mis sentimientos sino en lo que Dios me prometía en Su Palabra, no sentí gozo, paz, y tampoco podía entender quién era en Cristo.
La seguridad del amor de Dios por usted es la verdad fundamental bajo la cual todas las otras verdades se deben construir. “Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan comprender cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios”. (Efesios 3:17-19).
El Señor no nos salvó para que vivamos en culpa y condenación, sino para hacernos libres. Dios no es nuestro enemigo, es nuestro Padre. Usted es verdaderamente amado por Él. No es cuestión de elaborar esto en su mente, sino de decidir creer en lo que Dios dice.
Tome un momento y dígale al Señor: “Quiero conocer tu corazón. No puedo recibir una revelación de tu amor hacia mí a través de ninguno libro, ni de lo que alguien más me pueda decir, solo puede venir de ti. ¡Quiero mi propia revelación de tu amor, directamente de tu corazón, y que eso cambie para siempre mi relación contigo!”
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros…” 1 Juan 4:16. ¡Este es el día de experimentar el amor de Dios en su vida!
Alexandra Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 24 de julio, 2024
“Mi Señor”
“Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti.” Salmo 16:2.
El Salmo 16 contiene promesas y bendiciones tremendas (te animo a leerlo todo), pero quiero enfocarme especialmente en la frase “mi Señor”, en hebreo Adonai (Adon: Señor; ai: mío) que significa: “Soberano, amo, dueño, quien tiene el control”. Esta palabra hace alusión al derecho de Dios de ejecutar su voluntad según sus planes sin la más mínima posibilidad de que algo o alguien los impida.
La palabra Adonai tiene la particularidad de ser una confesión personal. Cuando decimos que Jesús es nuestro Señor, no debería ser solo una frase, sino que a través de nuestra vida deberíamos manifestar esta verdad.
En el Nuevo Testamento, que fue escrito en griego, el término kyrios tiene el mismo significado. En el tiempo de la iglesia primitiva, quien llamara Kyrios a Jesús se manifestaba rebelde al “kyrios” César, ya que todo ciudadano debía someterse a su voluntad. “Nadie puede servir a dos señores” dijo Jesús, y esto también aplicaba a la declaración pública de Jesús como el amo y dueño de la vida en oposición al César. A partir de aquí fue que tantos cristianos fueron martirizados por el imperio romano.
Que Jesús sea “mi” Señor no significa que Él esté a merced de mis deseos y deba moverse de inmediato para contestar todas mis peticiones. En ese caso, yo estaría tomando el lugar de adonai o kyrios… Cuando decimos “mi” Señor, estamos manifestando nuestra completa rendición a su voluntad, nuestro sometimiento a su gobierno, nuestra renuncia al control personal para ser controlados por el Espíritu Santo.
¿Realmente Jesús es tu Adonai? ¿Lo dices diariamente? ¡Tú eres mi Señor! ¡Existo para amarte, servirte y adorarte por toda la eternidad! Cuando lo puedes decir sinceramente y seguro de que es una realidad en ti, entonces también podrás decir: “No hay para mí bien fuera de ti.”
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 23 de julio, 2024
“Pero Dios… nunca llega tarde”
Recientemente recordé una preciosa canción que lleva por título: “Pero Dios…”. Una de sus estrofas dice: “Sé que tu corazón se está rompiendo, el dolor viene en oleadas. Donde quiera que miras parece que no hay paz. Tu visión ha sido cegada y nada tiene sentido. Intentas no rendirte, pero en cualquier momento podrías aceptar la derrota. Pero Dios… ve los milagros que están más allá de tu vista. Al final no hay otra respuesta que: ‘Pero Dios’”.
Piense por un momento en eso que le preocupa o le hace derramar lágrimas… Ahora déjeme recordarle estas dos palabras: “Pero Dios…”. Puede ser que usted no vea ninguna salida, pero Dios… tiene la última palabra.
Cuántas veces parecía ser el final de algo, pero Dios… llegó a tiempo. La Biblia está llena de ejemplos. Dios detuvo las aguas en un montón cuando parecía que su pueblo moriría a manos de los egipcios. La harina y el aceite comenzaron a multiplicarse cuando una madre y su hijo ya no tenían esperanzas de sobrevivir. Daniel fue arrojado a los leones, pero Dios cerró la boca de los animales. Cuando un grupo de atemorizados discípulos pensaron que morirían ahogados, el Señor reprendió al viento y a las olas y hubo una gran calma.
Dios sigue siendo el mismo y no se ha olvidado de usted. Esta es su promesa: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.” Isaías 43:2-3.
Si permanece firme, confiando en Él y rechazando las mentiras del diablo que buscan convencerle de que ya no hay salida para su situación, entonces Dios le mostrará una vez más que nunca llega tarde.
Alexandra Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 22 de julio, 2024
“Necesito una señal”
“Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.” Jueces 6:17.
Cuántas veces pedimos más señales que nos confirmen lo que Dios nos habló! Esta es tu señal: Dios existe, está a tu lado, tiene un propósito y lo cumplirá en tu vida. Es su promesa y está dada para todos los que creen en Él y le obedecen. Eres parte de los llamados por Dios para darle gloria. Entonces, toma decisiones que le honren y aprovecha los desafíos para tener más testimonios de su poder.
A veces nos paralizamos después de escuchar una palabra de Dios. Por supuesto, al principio, en su paciencia y misericordia Dios movilizará algunas circunstancias para ayudarnos a creer como lo hizo con Gedeón. Pero si ya hemos alcanzado cierta madurez en el camino del Señor, debemos dejar de lado las señales y empezar a actuar por fe.
Gedeón tenía al mismo ángel de Jehová enfrente de él y aun así le pidió una señal. ¿En serio? Bueno, el ángel hizo un milagro para ayudarle a creer. Pero Gedeón seguía inseguro, no sabía si debía enfrentar a los madianitas, entonces le pide otra prueba a Dios: “Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua” (vs. 36-38). Otro milagro. ¿Cuántos más?
Gedeón tenía este problema, siempre buscaba señales. Nunca creció su fe en este aspecto. Fíjate que al final de sus días le pidió al pueblo que le proveyera el material para hacerse un efod y tenerlo en su casa. Este atuendo solo lo usaba el sacerdote para determinar lo que Dios quería hacer. ¡Parecía que esto solucionaba el problema de las señales! Sin embargo, fue de tropiezo para su vida y para todo Israel. “Y todo Israel se prostituyó tras de ese efod en aquel lugar; y fue tropezadero a Gedeón y a su casa”. (Jueces 8:27).
Nunca olvides que a Dios le agrada la fe. “Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan.” (Hebreos 11:6).
A partir del descenso del Espíritu Santo, ya no son necesarias las señales para conocer la voluntad de Dios. De hecho, habrá señales, pero “le seguirán” a los que creen. (Marcos 16:17).
Hoy es día de avanzar por fe en lo que Dios te ha hablado. No dudes, Dios está contigo, obedece a su Palabra y sus promesas se cumplirán.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 21 de julio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“¿Qué tipo de terreno somos?”
“Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.” Mateo 13:3-9.
Las enseñanzas de Jesús son fáciles de comprender, pero a la vez nos llevan a pensar más profundamente. El Señor sembró la semilla de la Palabra de Dios en todo tiempo y lugar, pero no siempre produjo el crecimiento esperado. ¿Era culpa el sembrador? No. ¿La semilla no quería crecer? Tampoco. La variable más importante para evaluar si habrá buena cosecha o no es el tipo de terreno donde se siembra.
Jesús se tomó el tiempo de explicarles a sus discípulos el significado de esta parábola en los versículos 19 al 23. Cada suelo corresponde a un tipo de corazón.
Junto al camino: “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (v. 19). Este es el que solo escucha y no reflexiona sobre la Palabra, el oidor que no es hacedor.
En pedregales: “El que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (vs. 20-21). El que sigue el camino de sus sentimientos. Ante las burlas de los incrédulos, la presión de grupo, la pérdida de amistades o cuando todos sus deseos no son satisfechos, abandona el camino. No hay profundidad en su relación con Cristo.
Entre espinos: “El que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (v. 22). El que tiene como prioridad su carrera profesional, el trabajo, el dinero, los bienes materiales, la comodidad antes que su vida espiritual. Puede ganar el mundo pero al fin pierde su alma.
Buena tierra: “El que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (v. 23). El que abre su corazón para obedecer todo lo que dice Dios. Escucha la Palabra y enseguida busca al Señor para ayudarle a cambiar, a poner en orden sus prioridades. Vive como un verdadero hijo de Dios.
¿Qué tipo de terreno somos? De ello dependerá nuestro crecimiento y los frutos que vayamos a producir. No cambiemos al Sembrador, tampoco alteremos la semilla, trabajemos en nuestro corazón para que sea buena tierra.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 19 de julio, 2024
“Confiar y estar tranquilos”
“En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.” 2 Reyes 18:5.
Cuando Ezequías asumió como rey de Judá, el pueblo estaba apartado de Dios. Su padre Acaz tuvo mucho que ver con esto. Sin embargo, a pesar de su juventud y del mal ejemplo de su padre, él comenzó a buscar al Señor.
Su reinado no fue nada fácil. Además de limpiar a Jerusalén de la idolatría y volver a reestablecer a los sacerdotes a sus funciones de acuerdo a lo establecido por Dios, tuvo que resistir al poderoso ejército Asirio que ya había destruido al reino del norte y se había llevado cautivos a los israelitas.
En un momento de intensa presión, Ezequías oró a Dios y le pidió a Isaías que intercediera por el pueblo. Entonces el profeta le envió este mensaje: “Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído. Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. Por el mismo camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil…”. (2 Reyes 19:20,32-35).
¿Cuál fue el secreto de su victoria? El versículo es claro al decir que “en Jehová puso su esperanza”. La palabra que se traduce como esperanza en hebreo es batakj que significa “apresurarse a refugiarse, confiar, estar seguro, apoyarse, esperar, fiar, estar tranquilo”. Es poner toda nuestra confianza en Dios y estar seguros de que nos ayudará. No importa cuán difícil se vea la situación, podemos permanecer confiados.
¿Ezequías fue perfecto? La verdad que no. Se equivocó varias veces, pero se arrepintió a tiempo y Dios lo ayudó hasta el final de sus días. Incluso le dio quince años más de vida sanándolo de una enfermedad mortal.
No importa cuál sea nuestra historia, ni la situación que estemos enfrentando, si ponemos nuestra esperanza en Dios, Él puede cambiar todas las cosas. El Señor nunca te defraudará.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 18 de julio, 2024
“Respaldados por Dios”
“Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”. 1 Samuel 14:6.
Jonatán no se parecía en nada a su padre Saúl; tenía otra manera de ver las cosas y confiaba completamente en Dios. Mientras su padre estaba preocupado por mantener su puesto de rey, Jonatán estaba enfocado en ganar batallas para la gloria de Dios.
En cierta ocasión se atrevió a invadir al enemigo solo con su paje de armas. La manera en que decidió atacarlos fue irrisoria, pero creía en lo que Dios podía hacer. La declaración de Jonatán habla por sí misma: “No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”.
Para llegar a la guarnición filistea Jonatán cruzó un paso entre dos peñascos y su paje de armas se mantuvo detrás de él. “Y subió Jonatán, trepando con manos y pies, y seguido por su escudero, y empezó a luchar contra los filisteos; a los que caían delante de él, su escudero los mataba. En esa primera lucha mataron como a veinte hombres en un espacio reducido. Entonces el pánico se apoderó de todo el campamento… Los filisteos estaban tan confundidos que unos a otros se atacaban con sus espadas” (vs. 13-15,20).
¡Dios le dio la victoria a Israel porque dos personas confiaron en su poder! El Señor respaldó las palabras que Jonatán le habló a su escudero: “Ven, sígueme, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel” (v. 12).
Dios sigue respaldando a los que confían en Él. Hay batallas que deberemos enfrentar solo con el Señor, y otras en las que tendremos que unirnos a otros. Jesús dijo: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:19).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 17 de julio, 2024
“Perdón primero”
“Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?” Mateo 9:5.
En cierta ocasión, cuatro amigos trajeron a un paralítico para que Jesús lo sanara. Como no podían pasar la cama por la puerta debido a la multitud, decidieron hacer un agujero en el techo y bajarlo por allí. De pronto, el paralitico se encontró cara a cara con Jesús. ¿Qué haría el Maestro? Conociendo al Señor lo sanaría… sin embargo le dijo: “Tus pecados te son perdonados”. Todos se quedaron en silencio por unos segundos y de repente se escuchó un murmullo: “¿Cómo….? ¿Qué dijo…?” Sí, lo que escucharon. No lo sanó inmediatamente, sino que le perdonó sus pecados.
Entonces comenzaron a mirarse unos a otros y a acusar a Jesús de blasfemo. “¡Solo Dios puede perdonar pecados!” En ese momento Jesús los interrumpe y les pregunta: “¿Qué es más fácil, decir tus pecados te son perdonados, o levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, mirando al paralítico le dijo: Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.” (v. 6). ¡Y el paralitico se levantó y comenzó a caminar! ¡Aleluya!
Jesús primero perdonó los pecados del paralitico y después lo sanó. El Señor dejó claro que el perdón de pecados es más importante que la sanidad. De nada sirve tener la mejor salud del mundo y perdernos en el infierno.
Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos, y sigue haciendo milagros. Pero primero es el Salvador, el que nos reconcilia con el Padre, el que nos da vida nueva y nos adopta como hijos de Dios. Siempre estaremos agradecidos al Señor por los milagros que hace en nuestra vida, pero no olvidemos que la obra más grande que se llevó a cabo en la cruz fue el perdón de nuestros pecados.
“Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 16 de julio, 2024
“Busca, clama”
“Clama a mí, y yo te responderé…”. Jeremías 33:3a
La palabra hebrea para clamar es cará que significa “invocar, llamar, nombrar, pedir, pregonar, proclamar, dar voces.” Evidentemente, un clamor no pasa desapercibido.
El clamor está relacionado con la pasión, el celo, la determinación de escuchar al Señor bajo cualquier circunstancia, pero también se refiere a la angustia que provoca el pecado y sus consecuencias, la tristeza por la desidia e indiferencia ante los llamados de Dios.
Quienes claman buscan alejarse de la mediocridad espiritual, son los que no se conforman con migajas pues saben que en la mesa del Padre hay pan que satisface verdaderamente al alma; son los que buscan agua de vida donde apagar su sed interior. Clamar a Dios es mucho más que un mero hábito de oración, es expresar con gran sentimiento lo que hay en nuestro corazón, pedir una intervención divina urgente.
Un conocido escritor del siglo pasado escribió: “El deseo da fervor a la oración. El alma no puede permanecer indiferente cuando algún gran deseo la inflama... Deseos fuertes producen oraciones fuertes. El descuido de la oración es la señal temible de la muerte de los deseos espirituales. El alma se ha alejado de Dios cuando el deseo por él ya no la impulsa a orar. No puede haber verdadera oración sin el deseo”.
Tal vez deberíamos comenzar pidiéndole a Dios que despierte el deseo de orar, de pasar tiempo con Él en su presencia.
Dios nunca fue indiferente al clamor de sus hijos. Siempre libró, obró milagros, proveyó, abrió puertas, trazó nuevos caminos, reveló secretos, pero lo hizo cuando se clamó con todo el corazón.
Su promesa no ha cambiado: “Si me buscan de todo corazón me hallaréis”. (Jeremías 29:13).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 15 de julio, 2024
“Preguntas para reflexionar”
“Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me responderás”. Job. 40:7.
Cuando atravesamos momentos difíciles necesitamos respuestas, queremos que Dios nos dé alguna explicación, esperamos entender lo que para nosotros no tiene sentido. Pero, ¿qué tal si Dios nos responde con más preguntas? ¿Tiene derecho a hacerlo? Claro que sí, lo hizo con Job.
¿Alguien más habrá atravesado las pruebas de Job? Seguramente alguna de sus pruebas, pero no sé si todas al mismo tiempo. Perder a sus hijos, su casa, todos sus bienes, su ganado y sus trabajadores, todo el mismo día. Además su cuerpo se cubrió de sarna de pies a cabeza. ¿No crees que era lógico que Job quisiera saber por qué?
Si lees el libro de Job te darás cuenta que Dios le respondió… ¡con preguntas! Ayúdame a contarlas. Creo que son 69. Déjame saber si se me escapa alguna. A veces no sabemos qué responder a una sola pregunta, imagínate a sesenta y nueve. ¿Por qué el Señor le respondió con tantas preguntas? Sin duda era para que Job reflexionara. Todas las preguntas de Dios conducían a una sola respuesta: ¡Señor, tú lo sabes todo!
Cuando no sepas lo que está sucediendo, cuando creas que el plan de Dios es defectuoso, cuando te parezca que la balanza de su justicia está desequilibrada, la única respuesta que puede traer paz a tu alma es saber que Dios sigue siendo Soberano y nada pasa sin que Él lo sepa.
Dios sabe lo que estás atravesando y las respuestas que estás esperando. Quizás su respuesta sean más preguntas. ¿Puedes confiar en mí? ¿Eres capaz de esperar que se cumpla mí tiempo? ¿Sabes lo que estoy haciendo en silencio? ¿Sabes que mi propósito es salvar antes que condenar? El Señor nos hace reflexionar para que le respondamos con fe: ¡Señor, tú lo sabes todo!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 14 de julio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Majestuoso y poderoso”
“Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.” Isaías 12:5.
El capítulo 12 de Isaías está escrito desde el corazón de un adorador; y nos motiva a alabar al Redentor de la humanidad por sus hechos magníficos.
La palabra “magnífica” en hebreo es gueut que significa “braveza, magnificencia, majestad, engrandecer”. Una palabra apropiada para describir a un Rey en todo su esplendor y majestad. Así lo expresa también el Salmo 93:1: “Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.”
Los salmos describen la grandeza de Dios. Las canciones de los salmistas nos hacen recordar las cosas magnificas que siempre ha hecho, a tal punto que renuevan nuestra fe y nos animan a seguir esperando cosas grandes del Señor.
Observa las palabras del rey David en reconocimiento a la magnificencia de Dios: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”. 1 Crónicas 29:11-12. ¡Magnífico es nuestro Dios!
¿Puedes ver a Jesús en toda su majestad? No podemos quedarnos únicamente con la imagen de la cruz porque solo estuvo unas horas allí para consumar su obra salvadora. Él resucitó y el Padre lo exaltó hasta lo sumo para reinar por los siglos de los siglos.
Cuando Juan vio la magnificencia de Jesús cayó como muerto. Observa la descripción que hizo el apóstol: “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén”. (Apocalipsis 1:12-18). ¡Aleluya!
¿Estás maravillado ante su presencia y sus hechos? ¡Que glorioso es nuestro Salvador! ¡Cómo no exaltarlo siempre! Toma tiempo hoy para alabarlo porque solo Él es digno de nuestra adoración.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 12 de julio, 2024
“Continúa con tu misión”
“Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”. 1 Samuel 8:6-7.
Samuel fue un profeta que cumplía al pie de la letra todo lo que Dios le decía, pero eso no significaba que todas las personas aceptaran su liderazgo sin quejarse. Después de muchos años de ser dirigidos por este fiel hombre de Dios, el pueblo le pide un rey “como tienen las demás naciones”. Ya no querían ser dirigidos por Samuel, ahora querían lo que tenían los otros países, sin importar si era bueno o malo.
“Pero no agradó a Samuel esta palabra”. Ponte en sus zapatos. Después de invertir su vida en guiar y cuidar al pueblo, ahora simplemente lo desechan. Frente a esta situación, lo mejor que pudo hacer el profeta fue ir a Dios y expresarle lo que sentía. La respuesta fue muy significativa: “No te han desechado a ti sino a mí”. En otras palabras: “No lo tomes como algo personal, esta petición significa que ya no quieren que reine sobre ellos. Dales lo que quieren”. El resto es historia. Israel muy pocas veces disfrutó de reyes compasivos, bondadosos y espirituales.
A veces nos sentimos identificados con Samuel cuando hablamos de Cristo con amor y nos rechazan, cuando nos brindamos con todo nuestro ser y nos devuelven mal. Sí, oramos como Samuel y le manifestamos toda nuestra tristeza, frustración, enojo e impotencia a Dios. La respuesta será la misma: “No lo tomes como algo personal, no te están rechazando a ti sino a mí”.
¿Qué hizo Samuel después de escuchar a Dios? Siguió siendo fiel, sabía que su misión terminaría solo cuando Dios se lo dijera. Muchos años después, cuando Saúl ya reinaba sobre ellos, Samuel dijo: “Lejos estará de mí pecar contra el Señor dejando de rogar por ustedes; al contrario, me comprometo a instruirlos en el camino bueno y recto”. (1 Samuel 12:23).
No desmayes por la opinión que otros tengan de ti. Mantén tu corazón sano. Continúa con tu misión escuchando solo a Dios. Espera en la justicia divina, pero sobre todo en su misericordia. Un día delante del tribunal de Cristo escucharás al Señor decir: “Bien buen siervo y fiel”.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 11 de julio, 2024
“Virtudes”
“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. 2 Pedro 1:5-7.
En este pasaje se nos exhorta a revisar nuestras virtudes cristianas y a desarrollarlas si acaso no mostramos señales claras de crecimiento. A la fe inicial, la que comenzamos a desarrollar desde el mismo momento en que entregamos nuestra vida a Cristo para que sea nuestro Salvador y Señor, debemos “añadirle” otras virtudes.
La palabra griega para añadir es epijoregeo que significa “sumar a lo que está, suplir completamente, contribuir a lo establecido”. Aplicado al contexto de este versículo, significa desarrollar una virtud mediante el ejercicio de otra. En la antigüedad se usaba la palabra epijoregeo cuando se buscaba ensamblar las voces de un coro para que suenen en perfecta armonía.
Pedro usa esta palabra para exhortarnos a ensamblar todas las virtudes cristianas de modo que resulten en perfecta armonía. De nada sirve tener una voz principal excelente si el resto del coro desafina. Podemos tener mucho conocimiento, pero si no “entonamos” bien en el amor, sonamos como címbalo que retiñe.
Te invito a que tomes un tiempo para analizar cómo están “sonando” tus virtudes y cuáles de ellas tal vez necesitan ser perfeccionadas. Si somos sinceros, sabremos exactamente en qué debemos crecer.
Permítele al Espíritu Santo obrar en tu vida. No cierres tus oídos a su voz y sigue creciendo.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 10 de julio, 20245
“Gracia en lugar de enojo”
“Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?” Jonás 4:2-4.
La palabra “enojo” usada aquí, en hebreo es kjará, significa “arder de cólera, airarse, encenderse, encolerizarse, ensañarse, inflamarse”. ¿Has experimentado alguna vez este sentimiento? Para qué entrar en detalles… A veces nos parecemos a Jonás cuando las cosas no se hacen como nosotros queremos.
Entonces Dios le respondió a Jonás con una pregunta: “¿Haces tú bien en enojarte tanto?” ¡Wow! ¿Qué pasaría si el Señor nos hiciera la misma pregunta hoy? La respuesta debería ser: No. Cada vez que nos enojamos como Jonás, solo podemos esperar consecuencias negativas.
Al final del relato, Dios prepara una lección objetiva para el profeta a través de una calabacera y le enseña que Él nunca dejará de mostrar compasión por el ser humano perdido. Por lo tanto, si era misericordioso con Israel a pesar de sus rebeldías, también podía serlo con otros pueblos que se encontraban en la misma posición. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23).
La gracia de Dios está más allá de nuestro entendimiento. No nos toca a nosotros decirle a Dios cómo debe actuar; mucho menos cuando nosotros somos objeto de su misericordia diariamente.
Te pregunto, ¿albergas ira en tu corazón? Renuncia a ella en favor del perdón. Deja que el Espíritu Santo cambie lo que sientes. Con cada paso de obediencia que damos, la paz de Cristo aumentará y la ira desaparecerá.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 9 de julio, 2024
“¿Cuál es tu decisión?”
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. Josué 24:15.
Josué tuvo la misión de guiar al pueblo de Dios a la conquista de Canaán. Al final de sus días reunió a los líderes y al pueblo y les exhortó a tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con lo que Dios les había mandado. Los enemigos externos habían sido derrotados y la tierra les pertenecía, pero había que atacar a los enemigos internos, los más peligrosos, los que se infiltran sigilosamente y nos apartan de Dios.
Muchas veces el pueblo de Israel escuchó más la voz de Satanás que la de Dios. El diablo siempre actúa con astucia para que miremos y hagamos lo que hacen los demás antes que la voluntad de Dios. “Si la mayoría lo hace, no debe estar mal”, un pensamiento tan viejo como la idolatría en Israel. Dios nunca dijo que hagamos lo que hace la mayoría, sino que le obedezcamos a Él.
Josué lo tenía muy claro y se lo dijo al pueblo sin reparos: “Ustedes hagan lo que quieran y afronten las consecuencias de sus decisiones… pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
No sé qué harán los demás. No sé si mis amigos o familiares irán a la iglesia, pero nosotros hemos tomado la decisión de seguir a Jesús y serle fieles en todo. Tal vez otros retrocedan y se aparten, nosotros no, seguiremos firmes. Incluso muchos puedan seguir a Jesús de manera nominal, cumpliendo solo con la asistencia a un servicio una hora por semana. Nosotros no, hemos dedicado nuestras vidas enteras a Jesucristo. Otros serán espectadores; pero nosotros no, serviremos a Dios en cualquier cosa que nos pida. Tal vez seamos los únicos, tal vez en algunos momentos nos encontremos solos, pero sabemos en Quién hemos creído, confiado y a Quién hemos rendido nuestras vidas.
Y tú, ¿puedes decir lo mismo que Josué?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 8 de julio, 2024
“Hacedor y Formador”
“Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.” Isaías 44:2.
Dios no se apartó del mundo después que lo creó. Es una herejía pensar que Dios dejó funcionando al mundo y lo abandonó completamente. En la Biblia podemos leer muchísimos pasajes que hablan de las intervenciones permanente de Dios y cómo está llevando a cabo sus planes.
Sin embargo, cuando Israel era disciplinado por sus pecados, pensaban que Dios los olvidaría para siempre, que ya no tendrían oportunidad de recuperar lo perdido. ¡Pero Dios nunca abandona a su pueblo! Y se lo hizo saber a través del profeta Isaías. Si Israel se humillaba y se alejaba de sus malos caminos Dios actuaría con misericordia, gracia y perdón porque era su “Hacedor”.
La palabra hebrea para Hacedor es Asá, que significa: “El que actúa, administra, aprovecha, cambia, concede, construye, dispone, consuma, ejecuta, crea, cumple, designa, favorece, que se ocupa, ordena, el que trabaja con sus manos”. ¡Wow! ¡Que Dios tan activo tenemos! No hay nada que Él no pueda hacer.
La palabra “Asá” está acompañada por la palabra “Formador”, que en el original hebreo significa “moldear; dar forma como el alfarero”. Observa que Isaías dice que Él es nuestro Formador desde el vientre de nuestra madre. Él nos dio características especiales que nos hacen únicos para su gloria, y no solamente en el aspecto físico, sino también en nuestra personalidad. Nos creó con un propósito y ha intervenido siempre para que sus planes se cumplan en nosotros.
No creas que estamos terminados ni mucho menos. Como el Alfarero, Dios nos sigue formando momento a momento. Puede ser que en este mismo instante esté usando situaciones complejas, difíciles de entender, pero Él sabe exactamente lo que está haciendo, y siempre es bueno. No te ha abandonado.
Dios conoce tu situación y quiere ayudarte. Da lugar a su amor, cuidado, fuerza y visión renovada. ¡Él es tu Hacedor y Formador! Por eso, aplica lo que dice Isaías a tu corazón: ¡No temas, porque Él te ha escogido y cumplirá lo que ha planeado para ti!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 7 de julio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Hay que animarse”
“En el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo en alianza a los jefes de centenas… Y toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Y Joiada les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como Jehová ha dicho respecto a los hijos de David.” 2 Crónicas 23:1,3.
Atalía, hija del perverso rey Acab, cuando vio que su hijo Ocozías había muerto, ¡mandó matar a todos sus nietos y se autoproclamó reina de Judá! Después de este inicio, imagínate el resto. Idolatría, violencia, injusticia, corrupción, y toda transgresión a la ley de Dios estaban a la orden del día. Pero había una esperanza…
Josabet, una hermana del rey, escondió a un hijo de Ocozías en el templo. Era el único sobreviviente con sangre real para ascender al trono. Lo ocultaron allí por seis años y al fin, Joiada “se animó”.
La palabra animarse en hebreo es kjazác que significa “valentía, obstinarse en reparar, conquistar; alentarse, ceñirse, empuñar, hacerse fuerte, resistir, estar resuelto”. Hoy en día diríamos “ponerse las pilas”, actuar decididamente. La resolución de Joiada cambió la historia. Él “se animó” a ordenar las cosas de acuerdo con la Palabra de Dios. Había que tomar una decisión muy difícil: eliminar a la reina impostora y a todo su séquito para reestablecer el trono a la descendencia de David, y lo hizo. “Entonces Joiada hizo un pacto con todo el pueblo y con el rey, de que ellos serían el pueblo del Señor” (v.16).
Después de esto todo el pueblo entró en el templo de Baal y lo derribaron, y también sus altares; e hicieron pedazos sus imágenes. Entonces Joiada restituyó a los sacerdotes y levitas a sus funciones y puso también porteros a las puertas de la casa de Dios para que no permitieran que entrara nada inmundo. Y finalmente, sentaron al rey en su trono. Leemos en el v. 21 que “se regocijó todo el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila”.
Los cambios vinieron porque uno se animó. Alguien no estuvo de acuerdo con que se siguiera ignorando la voluntad de Dios. Hoy el Señor sigue buscando a los Joiadas contemporáneos que se animen a enfrentar el statu quo espiritual actual. Hombres y mujeres que quieran reestablecer los principios de la Palabra de Dios en sus hogares, iglesias, y en todo lugar en donde el Señor les permita ejercer influencia.
Solo cuando ponemos las cosas en el orden que estableció el Señor, gozaremos de la paz y las bendiciones que nos prometió Dios.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 5 de julio, 2024
“Rodeados con cánticos de liberación”
“Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás”. Salmo 32:7.
¡Qué descanso trae a nuestra alma saber que hemos sido perdonados por Dios! Esta es la declaración de David en este salmo. Son muy bienaventurados aquellos que han sido justificados. Ahora sabemos que Dios puso nuestros pecados sobre Jesucristo en el Calvario y nos liberó del peso de la culpa.
David nos dice que Dios era su “refugio”. Esta palabra en hebreo es séter que significa “bajo cubierta, escondedero, esconder, oculto, rodear, secretamente”. Cuando los susurros maliciosos del diablo o recuerdos de nuestra vieja y pecaminosa historia vienen a nuestra mente, estamos escondidos, protegidos bajo la cubierta de la cruz. Ahora Dios ya no nos ve como injustos, sino como sus hijos. ¡Él mismo es nuestra protección!
Dios nos guarda de la angustia y otras veces en la angustia. Cuando enfrentamos situaciones difíciles o consecuencias de decisiones pasadas, Dios guarda nuestro corazón. El Espíritu Santo siempre tiene una palabra reconfortante, una promesa que aplica a nuestra situación que nos levanta y nos ayuda a seguir adelante.
Somos rodeados con cánticos de “liberación”. En hebreo esta palabra es palát que significa “librar, guardar, libertar, salvar, dar seguridad”. El Espíritu Santo nos envuelve no solo con pensamientos de justicia sino también con cánticos de alabanza. Muchas veces nos trae a memoria alguna canción que hemos aprendido en la iglesia que nos recuerda lo que Cristo hizo por nosotros. Cuando alabamos a Dios estamos recordando sus grandes obras. “¡Grande y Fuerte es nuestro Dios!” ¡Eres Todopoderoso, eres Grande y Majestuoso!” “¡Te doy gloria, gloria, a ti Jesús!”
Este Salmo termina así: “Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.” (v. 11). Le alabamos y nos gozamos por la maravillosa seguridad que llena nuestro corazón: Somos hijos de Dios.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 4 de Julio, 2024
“Alimentarnos de Jesús”
“Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.” Juan 6:57.
Jesús siempre nos dijo toda la verdad, nunca nos ocultó información. Ser un discípulo del Señor implica apropiarse de todo lo que es Jesús. Sin embargo, “muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él” (v. 66) cuando escucharon esta palabra. Hoy sigue pasando lo mismo.
Jesús dijo que debemos “comerlo”. ¿Qué significa esto? Alimentarnos de Él; cuando lo hacemos somos transformados, nos da su mismo corazón y se fortalece nuestra relación con Él.
A Jesús hay que incorporarlo en todas las áreas de nuestra vida. El Señor debe estar presente en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, cuando fijamos nuestras metas y ordenamos nuestras finanzas, debe estar presente en nuestros momentos de ocio y descanso, en la iglesia, en nuestra casa. Jesús debe ser el centro de nuestros pensamientos, el forjador de nuestra conducta, el transformador de nuestros hábitos. Debemos incorporar a Jesús a nuestra vida a tal punto ¡que nos confundan con Él!
Hubo muchos discípulos que solo querían el “pan” de Jesús, su provisión, sus milagros, pero esto de comerlo todo el tiempo… era demasiado. “Un poco está bien, pero todo el tiempo…”. Eran clientes, no discípulos. Las cosas no han cambiado mucho.
No podemos tomar algo de Jesús y otro poco del mundo, un poco de las cosas de Dios y otro poco de las filosofías del sistema. La verdad es que el Señor nos llama a tomar una decisión, es Jesús o nada. Vida eterna o muerte eterna irreversible.
A la multitud le gusta seguir a Jesús hasta que llega el momento de rendirlo todo a Él, entonces muchos se alejan. Pero los verdaderos discípulos son los que dicen: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (vs. 68-69).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 3 de julio, 2024
“Prosperado en la cárcel”
“No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.” Génesis 39:23.
¡Qué impactante es la vida de José! Desde que Dios le habló en su adolescencia acerca de la posición de liderazgo que ocuparía, nunca dejó de depender del Señor a pesar de las circunstancias. Fue aborrecido por sus hermanos, vendido a unos mercaderes, comprado por Potifar en Egipto para servirle como esclavo, acosado por la mujer de su amo y llevado preso por las acusaciones falsas de esta mujer, y aun así nunca perdió su temor a Dios y se mantuvo fiel a los principios divinos.
No había ni un vestigio de esperanza de que José pudiera salir de esa prisión. ¿Qué haría el resto de su vida en una cárcel de máxima seguridad? Deprimirse, vociferar tras las rejas que era inocente, que la vida era injusta y que odiaba a todo el mundo. No, el hijo de Jacob era diferente.
Me hubiera gustado tener más detalles de sus días en la cárcel, pero puedo imaginarme a José calmando peleas y discusiones entre sus compañeros de celda; animando al deprimido; haciendo más del trabajo que se le asignaba. Su comportamiento sin duda fue ejemplar porque llamó la atención del administrador de la prisión que pronto le delegó varias responsabilidades; prácticamente era el líder de ese despreciable lugar.
A través de su historia podemos reconocer varios motivos por los que marcaba una diferencia:
José era un joven temeroso de Dios y fiel. Ninguna circunstancia le hizo desviar su mirada del Señor.
En segundo lugar, Jehová estaba con él. José vivía bajo la presencia de Dios continuamente. Pienso qué diferente serían nuestras vidas si viviéramos momento a momento conscientes de la presencia de Dios alrededor nuestro. Cuántas cosas veríamos de manera diferente.
Y por último, Jehová lo prosperaba. No me refiero a dinero. De hecho, en la cárcel no se le pagaba a nadie ni podían recibir cosas valiosas. Entonces qué significa que era prosperado. La palabra hebrea usada aquí es tsalákj que significa “empujar hacia adelante, acometer, éxito, lograr”. ¡Dios movía a José hacia adelante para cumplir los planes que había trazado para él! En todo lo que hacía se veía la mano de Dios.
Cuántas lecciones valiosas aprendemos al estudiar la vida de José. Pero quiero recordarte que tienes al mismo Dios, poderoso para mantenerte fiel a Él y ayudarte a través de las situaciones difíciles que debas enfrentar para que sus propósitos perfectos se cumplan en tu vida. Decide confiar y apoyarte en Él cada día y lo verás hacer grandes cosas.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 2 de julio, 2024
“Conservarnos en el amor”
“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.” Judas 1:21
Cuando era adolescente, fui a ayudar a un familiar que había comprado un campo y necesitaba remover la tierra para hacer un pequeño huerto. Mientras cavaba, por el ruido, creí que había tocado algún elemento de vidrio, entonces las personas que estaban conmigo me dijeron que me detuviera y tratara de sacar con cuidado lo que estuviera enterrado. Para nuestra sorpresa era una botella de salsa de tomate que estaba intacta, y según los campesinos, lista para usarse. No sabíamos cuánto tiempo había estado allí, pero la manera de prepararla y cerrarla herméticamente la había conservado en perfecto estado.
Judas, el hermano de Jesús, escribe esta pequeña epístola exhortándonos a “conservarnos” en el amor de Dios. Esta palabra en griego es teréo y significa “guardar de pérdida o daño, preservar, mantener custodiado, reservar”.
Vivimos en un mundo corrompido, donde diariamente estamos expuestos a diferentes “agentes contaminantes” que quieren destruir lo que Dios ha depositado en nuestro corazón, por eso el Señor nos ha provisto de un conservante extraordinario: su amor eterno. Ese amor se cree, se recibe, se vive y se experimenta diariamente, de esa manera podemos preservar lo que nos ha sido dado.
No te canses de proteger lo que Dios te ha regalado. Evita lo que puede contaminar tu corazón. Pablo le dijo a Timoteo: “Consérvate puro” (1 Ti. 5:22). Sí, es la misma palabra griega. Si nos enfocamos en mantenernos puros, el diablo tendrá menos oportunidad de corromper nuestro corazón.
Pasa tiempo en la presencia de Dios, y si te das cuenta de que algo está interfiriendo tu relación con Él, toma la decisión de quitarlo de tu vida. Consérvate en el amor de Cristo porque la eternidad está más cerca de lo que imaginas.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 1 de julio, 2024
“En días de adversidad”
“¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?” Salmo 49:5.
Hay días que quisiéramos que nunca lleguen. Preferimos escondernos, irnos al otro extremo del mundo y no tener que lidiar con los problemas que se avecinan o desafíos que parecen superarnos. A esos días el salmista los define como “de adversidad”. En hebreo es la palabra rah que se traduce primeramente como “malo”, sin embargo tiene muchas acepciones que detallan como pueden ser esos días: “Aflicción, agravio, calamidad, calumnia, desastre, desgracia, difícil, doloroso, duro, fastidioso, injusto, malestar, malicia, molesto, penoso, terrible, triste”. Creo que todos hemos pasado algún “día de adversidad”, pero ¿cómo lo afrontamos?
A los días de adversidad hay que enfrentarlos en oración. Dios puede mostrarnos el propósito por el cual enfrentamos esa época difícil y la salida que tiene preparada. “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. (Jeremías 33:3).
A los días de adversidad hay que enfrentarlos con fe. El salmista se pregunta: ¿Por qué he de temer? No está diciendo que tiene temor, sino que se dice a sí mismo: “No tienes por qué sentir miedo. ¡Vives bajo el cuidado de Dios! Cuántas veces el Señor intervino en una situación que parecía no tener solución.
A los días de adversidad hay que enfrentarlos con valentía. Son días que sirven para saber cómo está nuestra fe, nuestra dependencia, nuestro sometimiento a los propósitos perfectos de Dios. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. (2 Timoteo 1:7).
A los días de adversidad hay que enfrentarlos con el poder del Espíritu Santo. Todos los recursos que necesitamos para vencer vienen de Él. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:6)
Recuerda que hemos sido redimidos por Cristo, le pertenecemos a Él y ha prometido estar con nosotros todos los días. Nuestras vidas están en sus manos. “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza”. (Salmo 62:5).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 30 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Perfil de ungido”
“Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. 1 Samuel 16:6-7.
Samuel era un hombre de Dios, consagrado a Él desde antes de nacer. Desde niño supo escuchar a Dios y obedecerlo. Su mayor deseo era agradarlo en todo. Sin embargo, era un ser humano con debilidades e imperfecto como tú y yo. El pasaje que acabas de leer nos muestra el momento en donde debió aprender una importante lección.
Samuel había ido a la casa de Isaí por mandato de Dios. En ese hogar encontraría al próximo rey de Israel. Entonces comenzaron a pasar delante de él los siete hijos de Isaí, uno más apuesto que el otro, de buena estatura, músculos desarrollados, tal vez con voces potentes. Al llegar el primogénito, Samuel pensó: ¡Este es el ungido de Dios! Tenía todo el biotipo para serlo, pero Dios estaba viendo el “cardiotipo” (permíteme inventarla). Al Señor le importaba el corazón.
Ninguno de ellos era el elegido por Dios. Samuel se sentía desconcertado. Entonces le preguntó a Isaí si tenía más hijos, y la respuesta fue: “Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él…” (v.11). Y así fue que esperaron hasta que viniera David, el “descartado”. Y cuando llegó David, Dios le dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David…” (vs. 12-13).
¿Existen estereotipos para reconocer a los ungidos de Dios? ¿Cómo deberían ser? ¿Bien vestidos y bien peinados, con el ceño fruncido, con voz fuerte, que usen un vocabulario grandilocuente y que tengan muchos “seguidores”? En serio, ¿cómo deberían ser?
Para Dios hay un solo punto importante: Tener un corazón como el suyo, lo demás es secundario. Incluso la capacitación, ya que el que está ungido por Dios, también es capacitado por su Espíritu y los resultados son evidentes en su vida. “Por sus frutos los reconoceréis”, nos advirtió el Señor Jesús.
Los que tienen un corazón como el de Dios son humildes, reconocen sus propias necesidades ante Él, se muestran humanamente vulnerables pero divinamente poderosos, viven lo que predican, actúan como lo haría Jesús, están alerta ante cualquier pecado en sus vidas y buscan crecer en santidad. Algunos predican desde un púlpito, otros mientras trabajan, estudian, conversan con amigos, crían a sus hijos o suplen necesidades para la gloria de Dios.
Dios sigue buscando personas como David, con corazones sensibles y deseosos de obedecerle. ¿Eres tú a quien el Señor está buscando?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 28 de junio, 2024
“Nunca es en vano”
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 1 Corintios 15:58.
Todo lo que hacemos en el Señor tiene repercusión en la eternidad. Diariamente hacemos muchas cosas sin pensar en el impacto que pueden tener esas acciones. Ayudamos a un compañero de trabajo para que haga mejor su tarea, invitamos a un amigo a un café para animarlo, le damos un abrazo sincero a alguien que sufrió una pérdida irreparable, le hablamos con amabilidad a alguien que está alterado, y un sinnúmero de cosas que hacemos porque somos movilizados por el Señor.
Qué bueno es recibir una palabra de gratitud aunque no la busquemos; pero lo cierto es que son más las veces que recibimos un mal por el bien que hicimos, un desprecio en vez de una recompensa, o indiferencia en lugar de reconocimiento, cosas que nos pueden desanimar a seguir haciendo el bien. Por eso la Palabra nos anima a no desmayar. “Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien” (2 Tesalonicenses 3:13).
Por ahora no sabemos cómo y cuánto hemos afectado a otros con el bien que les hicimos, pero hay un día señalado en el que sabrás que tu trabajo en el Señor no fue en vano. Lo que estás haciendo dirigido por el Señor tiene recompensa eterna. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:12.
Tomemos en cuenta el consejo del apóstol Pablo, “sigamos firmes y constantes”. ¡No te desanimes! El Señor te está mirando y sabe exactamente todo lo que has hecho por amor a Él.
“Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”. 2 Crónicas 15:7.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 27 de junio, 2024
“Preparados para el examen”
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4.
En mis años de escuela secundaria tenía un compañero que sobresalía en todas las materias. Siempre sacaba diez en los exámenes. Nunca se inmutaba por un examen sorpresa, examen parcial o final, es más, parecía disfrutar el momento de la evaluación mientras todos los demás nos llevábamos las manos a la cabeza. Es que Raúl estudiaba y sabía lo que sucedería al final de cada prueba.
¿Y nosotros? ¿Podemos estar tranquilos mientras atravesamos tiempos de pruebas? Santiago dice que sí, es más, que debemos procurar alcanzar el máximo gozo. La palabra “sumo”, pas en griego, significa “el todo, completo”. ¿Cómo alcanzar esto? Bueno, Raúl diría que “hay que prepararse para la prueba”, y de esa manera estaremos seguros y tranquilos.
No estoy seguro de que nos hayan enseñado mucho acerca de “prepararnos para”. Es más fácil “reprender al diablo” para que no tengamos pruebas y tentaciones que asumir que vamos a pasarlas. Ejercemos toda nuestra fe para proclamar que “ese examen” no nos llegará, pero cuando llega, nuestra fe se tambalea.
Necesitamos entender que las pruebas van a llegar, por lo tanto, debemos prepararnos para enfrentarlas. ¿Cómo? Estudiando la Palabra de Dios. El Espíritu Santo nos recordará todas las promesas de Dios de las que podemos echar mano para atravesarlas con éxito. Sin su Palabra no estaremos seguros y tampoco podremos conocer el o los propósitos que Dios espera cumplir en nuestra vida a través de esa situación.
También debemos afianzar nuestra relación con el Señor a través de la oración. Si vamos a esperar a que llegue la prueba para orar, estaremos en peligro. Los creyentes que pasan con gozo una prueba han permanecido en oración cada día y se han preparado para cualquier contingencia.
Las pruebas no durarán para siempre, pero como dijo el apóstol Pablo en 2 Corintios 4:17, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 26 de junio, 2024
“¡Ensancha mi corazón!”
“Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar.” 1 Reyes 4:29.
Todos sabemos que Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias, pero quizás no hemos puesto atención a que también le dio “anchura de corazón”.
La persona que tenía un “corazón ancho” tenía una visión correcta de las cosas, sabiduría para ser aplicada en el momento oportuno y disposición para amar como Dios amaba.
Lo contrario a esto es tener un corazón estrecho. Muchas cosas pueden llevar a alguien a estrechar su corazón; pueden ser experiencias desagradables del pasado, miedo a la desilusión, vergüenza. Estas y otras cosas le roban el lugar a la esperanza, la generosidad, la paciencia que ayudan a ensanchar el corazón.
Cuando le entregamos nuestra vida a Cristo comienza un proceso de transformación (Ezequiel 36:26). Él comienza a ensanchar nuestro corazón para llenarlo con su amor (1 Juan 4:18).
El corazón ensanchado nos permite aplicar más y mejor la Palabra de Dios a nuestra vida. En el Salmo 139:32 leemos: “Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón”. Estas palabras nos dan a entender que con un corazón ancho es más fácil vivir bajo los mandamientos de Dios.
El corazón ensanchado puede amar más allá de los límites humanos. El apóstol Pablo lo expresó a sus hijos espirituales de esta manera: “Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.” (2 Co. 6:11). Este hombre de Dios podía amarlos de manera incondicional, abnegada, constante, porque tenía el corazón abierto para que el Señor lo llenara de su amor por ellos.
No es suficiente la inteligencia y la sabiduría, el Señor quiere que tengamos su mismo corazón, sensible, dócil, atento a las necesidades y a amar como Él nos ama. Pidámosle hoy al Señor que ¡ensanche nuestro corazón!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 25 de junio, 2024
“Como el rocío”
“Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.” Oseas 14:5.
Las metáforas que Dios usa para revelarse a su pueblo como su Sustentador son maravillosas. Israel había visto muchas veces intervenir al Señor en tiempos de sequía enviando lluvias torrenciales, o con granizo para proteger al ejército de Israel de sus enemigos, pero ahora Dios se manifiesta como el “rocío” para Israel.
Durante unos seis meses al año, llueve muy poco en Tierra Santa, pero siempre cae un rocío que riega la vegetación. Los israelitas decían que cuando había sequía, gracias al rocío se engrosaban las uvas para tener una buena cosecha y mantener fuertes y sanas a las plantas y los árboles.
Por eso Dios le recuerda a su pueblo que Él será como el rocío, no importa la temporada, serán refrescados y renovados para que puedan crecer y producir frutos. Y añade que “florecerán como el lirio” y les dará estabilidad porque sus raíces serán como las de los cedros del Líbano.
A veces queremos solo un par de lluvias mensuales de Dios, pero Él quiere relacionarse con nosotros diariamente porque sabe que sin su “rocío” nos secamos.
No esperes a que los problemas te agobien o las circunstancias te desestabilicen, ve al Señor, deja que te refresque, que renueve y aliente tu corazón cada día. La acción de su Espíritu Santo sobre ti producirá vida y crecimiento.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 24 de junio, 2024
“Síndrome del Hermano Mayor”
“Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”. Lucas 15:31-32
La parábola del hijo prodigo podemos dividirla en dos. En los versículos 11 al 25 se encuentra la historia del hijo menor que se fue de la casa y finalmente regresó arrepentido después de haberlo perdido todo. Y del versículo 25 al 31 tenemos la historia del hermano mayor que se enojó muchísimo por la fiesta que el padre había organizado para celebrar el regreso de su hermano.
¿Alguna vez te sentiste inquieto al ver que el Señor bendecía abundantemente a alguien que acababa de conocerle, y tú seguías esperando por algo que le habías pedido hace mucho tiempo? Si es así, pude ser que hayas sufrido el “Síndrome del Hermano Mayor”. Estos son algunos de los “síntomas”:
a. Enojo: Disgusto por la alegría de la familia espiritual al celebrar “demasiado” el regreso de un perdido.
b. Enfoque en sí mismo. Solo puede dar gracias por las bendiciones que él recibe.
c. Superioridad: Creer que sus acciones son mejores que las de los demás y merece una mejor recompensa.
d. Pérdida de la memoria: Olvida todos los beneficios recibidos.
e. Desprecio: Se aleja y juzga a los que el Padre ha aceptado.
Al juzgar incorrecto que Dios bendiga a alguien, estamos creyendo que Él se equivoca y que no debería mostrar tanto amor y misericordia con algunos, olvidándonos así que nosotros seguimos siendo objeto de su amor y misericordia aunque no lo merecemos.
Dios espera que nos gocemos por los perdidos restaurados, por los pecadores perdonados y bendecidos, por los descarriados que han vuelto a casa, y que participemos de la fiesta.
¡Celebra las bendiciones que el Padre da a otros y gózate por su gracia abundante!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 23 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Hay fuerza en el Espíritu”
“Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.” Jueces 14:6.
Cuando mi hermano José y yo éramos niños, mi papá nos contaba…, mejor dicho, dramatizaba para nosotros el relato de la historia de Sansón. Nos parecía estar dentro de la escena, siendo testigos de la hazaña de este hombre. ¡Tremenda fuerza la de Sansón! Sin embargo, mi papá siempre nos recordaba que su fuerza venía del Espíritu Santo.
¿Y si Sansón no era tan musculoso como lo presentan las ilustraciones bíblicas o en las películas? La verdad es que no necesitaba músculos para deshacer a un león. Cuando la ocasión lo requería, el Espíritu Santo venía sobre él y hacía lo que humanamente era imposible. Al final, la gloria y el poder eran de Dios, no de los músculos ni del pelo de Sansón.
Pero él no fue el único que mató a un león con sus manos, también lo hizo David, incluyendo a un oso (1 Samuel 17:34-36). El pastor de ovejas no tenía el pelo largo como Sansón, y al parecer no tenía músculos muy marcados. De hecho, Goliat lo menospreció y se burló de él. Sin embargo, fue el Espíritu Santo el que lo capacitó para vencer a estos animales y también para cumplir con sus tareas como rey.
Hoy, el mismo Espíritu de Dios habita en nosotros desde el momento que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador. Obviamente que no hace residencia en nuestras vidas para que vayamos destrozando leones, literalmente hablando, pero su poder se manifiesta cuando necesitamos fuerzas espirituales, emocionales y hasta físicas.
El apóstol Pablo lo experimentó en muchas ocasiones y su conclusión fue que todo lo podía en Cristo que le daba las fuerzas necesarias. Seguro que sabes de memoria Filipenses 4:13. Pablo dice “me fortalece”. Esta palabra en griego es endynamóo, muy usada hoy para hablar de empoderamiento. Se refiere al poder de Dios para vencer cualquier reto.
Quizás tengas que recordar en algún momento de esta semana este devocional. Si enfrentas algún desafío que requiere de ti todas tus energías tanto físicas como emocionales, recuerda que el Espíritu Santo está listo para actuar y capacitarte de manera sobrenatural. Tus “leones” serán como cabritos cuando los enfrentes con el poder del Espíritu Santo.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 21 de junio, 2024
“¿Para qué tenemos la Biblia?”
“Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” Juan 20:31.
Hace algunos años atrás, mientras me realizaba un chequeo médico de rutina, vi que la enfermera que me atendía llevaba un colgante con la estrella de David, entonces le pregunté si era judía y me respondió que sí, pero también cristiana. Eso abrió las puertas a una corta pero impactante conversación. Me contó que su hijo se había enamorado de una chica cristiana, y para casarse ella tenía que cumplir con todos los ritos del judaísmo. La joven aceptó, pero con la condición de que ellos leyeran toda la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. Aceptaron a regañadientes, pero cumplieron la promesa.
En este punto de la conversación la enfermera comenzó a cambiar su cara, y continuó su relato: “Usted no lo va a creer, pero cuando comenzamos a leer Mateo nos impactó todo lo que decía sobre Jesús. Fue increíble para nosotros ver como todas las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento se cumplieron en Cristo. Nos devoramos el Nuevo Testamento, a tal punto que no solo recibimos a Jesús como nuestro Salvador, sino que ¡estamos esperando su Segunda Venida para reinar junto con Él por la eternidad!” ¡Wow… Aleluya! ¡Qué tremendo testimonio de lo que hace la Palabra de Dios!
Ese es el propósito principal por el cual Dios nos dejó la Biblia. Juan dice que es para conocer al Hijo de Dios, su obra en la cruz, y para que creyendo en Él tengamos vida eterna.
Entonces, ¿por qué leemos la Biblia? ¿Para cumplir con Dios y que no se enoje porque no la leemos? ¿Para recibir bendiciones? ¿Para que seamos guardados del mal? ¿Para levantarnos el ánimo? ¿O hemos entendido el propósito eterno de Dios?
Jesús les dijo a los religiosos: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Esa es la clave. La Biblia nos revela a Jesucristo, y los cristianos apasionados por Él debemos leer su Palabra para conocerlo más profundamente, para tener su mismo corazón y para saber lo que significa pasar toda una eternidad con Él.
Leamos la Biblia, interpretémosla correctamente, apliquémosla en todos los órdenes de nuestra vida, y demos a conocer el mensaje a otros porque somos portadores de la verdad que salva.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 20 de junio, 2024
“Expectativas sobre las formas de obrar de Jesús”
“Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? … Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejadle ir”. Juan 11:37, 44.
Lo que esperamos que Jesús haga en una situación extrema muchas veces es diferente a lo que Él tiene planeado. Cuando murió Lázaro, la gente que rodeaba a Marta y María se hacía esta pregunta: “¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?” En otras palabras, si Jesús tiene tanto poder, ¿por qué no impidió que muriera? Si Jesús amaba tanto a Lázaro al punto de llorar por él, ¿por qué no lo sanó?
La pregunta no espera una respuesta, es más bien un argumento arrogante. “Si yo fuera Jesús, no hubiera hecho lo que Él hizo”. “Si yo fuera Jesús, sería más compasivo y lo hubiera sanado”. “Si yo fuera Jesús…” ¿De verdad creemos que podemos hacer las cosas mejor que el Señor? Jesús es omnisciente, lo sabe todo, y sus planes son perfectos. El Señor tiene propósitos más elevados de los que nosotros podamos imaginar.
El Señor sabía que sus amigos estarían tristes por cuatro días, pero lo que experimentarían después de su intervención poderosa cambiaría sus vidas para siempre. Lázaro y sus hermanas jamás fueron las mismas personas; su fe creció a pasos agigantados. ¿No es lo mismo que Dios espera de todos nosotros? ¡Él quiere que experimentemos su poder glorioso y que tengamos testimonios personales de lo que puede hacer en nuestras vidas!
Hoy también muchas personas tiene ideas preconcebidas acerca de lo que Jesús debe hacer y cómo debe hacerlo, sin embargo el “modus operandi” de Jesús ya está establecido en su Palabra. Él vino para salvar, esa es su prioridad, lo demás tiene que ver con los planes que trazó para nuestra vida, y debemos aprender a someternos a su voluntad perfecta.
Jesús todo lo puede, pero eso no significa que tenga que hacer las cosas a nuestra manera. Él sigue siendo Dios, Soberano, Sabio y Todopoderoso. Cuando nos transformamos en sus discípulos, le seguimos aunque tardemos “cuatro días” en entender algunas de sus obras.
Si aún no has tenido respuesta a alguna de tus peticiones, confía en su sabiduría. Él sabe lo que está haciendo y su respuesta llegará en el tiempo que ha fijado. Descansa en su perfecta voluntad y en su inmenso amor por ti.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 19 de junio, 2024
“Sin agujeros”
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.” Isaías 43:25.
Recuerdo cuando mi maestra de escuela primaria nos dijo que podíamos comenzar a escribir en nuestros cuadernos con lapicera de tinta. Hasta ese momento lo hacíamos con lápiz y corregíamos lo que estaba mal con la goma de borrar, esa era la manera fácil de ir perfeccionando nuestra letra. Cuando llegó el día de dejar a un lado el lápiz y usar tinta, no sentimos mayores, creímos que ya estábamos listos para firmar cheques y documentos oficiales como hacían los adultos.
Pero el problema apareció cuando quisimos corregir nuestros errores, no era fácil. Usábamos nuestra goma de borrar con determinación, intentando cada vez con más fuerza, hasta que por fin la mancha desaparecía y volvíamos a ver la hoja en blanco… ¡pero en realidad lo que se veía era la hoja de abajo a través del agujero que habíamos hecho al borrar!
Algo similar pasa con nuestro corazón. Cuando cometemos un pecado queremos borrarlo con nuestros propios esfuerzos, pero es como borrar tinta con una goma, podemos hacer más grande el problema; por eso necesitamos otro tipo de limpieza.
Dios dice que Él es el único que puede “borrar” nuestras rebeliones, a tal punto que no quedará ni rastro de los malos trazos. La palabra borrar en hebreo es maká que significa “golpear o frotar; alisar (como con aceite), deshacer, destruir, limpiar”. Claro, en la época de Isaías no había goma de borrar, eran otros procedimientos. Para borrar algo escrito en metal, había que pulirlo, frotarlo. Si había que borrar un pergamino, se necesitaba raspar y frotar con aceite para recuperarlo. Y para la limpieza del corazón, Dios es el único “quitamanchas”, solo Él puede eliminar el pecado definitivamente.
Lo más tremendo de esta limpieza es que Dios no se acuerda más de lo que habíamos hecho. Cuando nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados, podemos escuchar al Señor decirnos: “Yo perdono y olvido”. ¡Qué descanso!
Démosle gracias al Señor Jesús por su sacrificio perfecto, completo y total para limpiar nuestros pecados, y dependamos cada día de su ayuda para caminar en santidad.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 18 de junio, 2024
“Ambiente perfumado”
“Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.” Juan 12:3.
En la década de los ’80 se había puesto de moda entre las jóvenes un perfume ¡difícil de olvidar! Parecía que todas las chicas habían decidido no pasar desapercibidas. Esa fragancia era tan fuerte que era imposible no darte cuenta de la presencia de alguna de las fans de esa fragancia. ¡Imagínate lo que era una reunión de jóvenes con cinco de ellas con este olor!
El perfume de nardo puro usado en la antigüedad era muchísimo más caro y de una fragancia más refinada que el usado por las jóvenes de mi ciudad. El costo de una libra de ese perfume era igual al salario de un año de trabajo; y sabemos que María había invertido todos sus ahorros en él seguramente pensando en el día de su boda o en el funeral de un ser querido. Sin embargo, el amor de María por Jesús la llevó a tomar el perfume y derramarlo en los pies del Maestro. Los pies de Jesús quedaron impregnados de la fragancia y añade Juan, “la casa se llenó del olor del perfume”. Nadie quedó indiferente a esa muestra de amor al Señor.
Nuestra devoción por Jesús no debería ser un secreto. No puedes aplicarte un poco de tu perfume favorito secretamente y pretender que nadie se dé cuenta. Cuando todo lo que hacemos es motivado por el amor que le tenemos al Señor y el deseo de agradarlo en toda circunstancia, en donde estemos, esa fragancia debería “llenar toda la casa”.
¿Llenamos del perfume de nuestra devoción a Jesús en donde nos encontramos? ¿Esa “fragancia” es percibida por nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos? ¿Nuestro amor por Jesús es fácilmente percibido por nuestro cónyuge y nuestros hijos?
No puedes decir que amas al Señor y mantenerlo “encerrado”. Nadie se avergüenza ni esconde algo cuando sabe el valor que tiene. María hizo la diferencia cuando abrió el frasco. Fue una entrega sin reservas a Jesús y lo hizo públicamente, como debe ser.
Es hora de abrir tu frasco y darle toda tu devoción a Él. Deja que todos los que te rodean sepan quién es tu Salvador.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 17 de junio, 2024
“Hechura suya”
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10.
No nos salteemos nunca este versículo. Hay una revelación especial de Dios para nosotros. Dice que somos “hechura” de Dios, formados con un propósito.
La palabra griega para “hechura” es el término poiema de donde se deriva la palabra castellana poema, y denota “aquello que es hecho a mano”, “un diseño realizado por un artesano”. Somos una obra maestra de Dios, la “poesía en la mente del Autor” antes de escribirla, el “diseño del Alfarero” antes de darle forma al barro. Somos únicos e irrepetibles, tenemos el sello del Hacedor en nuestras vidas.
David lo expresó de esta manera: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. Salmo 139:13-16.
Pero no somos una obra terminada, estamos en construcción. Dios usa todas las situaciones que vivimos para añadir un capítulo más a su poesía. A veces puede parecernos un relato épico, otras veces una tragedia, la realidad es que Él sabe lo que está “escribiendo”. Al final del proceso nos daremos cuenta que todo ayudó a bien.
Descansa en la sabiduría del Poeta y permite que hoy haga su trabajo. “Ahora pues, oye………… (pon aquí tu nombre), siervo mío, y tú…, a quien yo escogí. Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío…, y tú,… a quien yo escogí”. Isaías 44:1-2.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 16 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“¡Soy una nueva criatura!”
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17.
Tal vez sepamos este versículo de memoria, pero la clave de su cumplimiento está en la aplicación diaria. Léelo nuevamente, pero lento y pausado, poniendo énfasis en cada palabra, y con la certeza de que está escrito para ti. Ahora cambia la palabra “alguno” por tu nombre y léelo en voz alta. Cuéntame qué sentiste…
¡Soy una nueva criatura! Tan nueva como si Dios me acabara de crear, como Adán despertando a la vida. Semejante a un cuaderno sin estrenar, listo para comenzar a escribir una nueva historia.
Pero pasan los años y la nueva criatura parece desgastarse, y terminamos siendo “nuevas criaturas viejas”. Llegamos a pensar que fuimos nuevas criaturas solo el día en que recibimos a Cristo como Salvador. A partir de allí, nuestro “cuaderno” empezó a ensuciarse, aparecieron dobleces en las hojas, rayones… ¿Qué pasó con la nueva criatura?
El versículo no dice “nueva criatura fue”. No. Está en presente. Cada día somos una criatura nueva. Esto es posible por la obra del Espíritu Santo. “Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo” (Tito 3:5). El primer día que nos salvó, nos regeneró, pero su obra no terminó allí. Diariamente el Espíritu Santo renueva nuestro espíritu.
Nadie está exento de pecar, de contristar al Espíritu, de desobedecer su voz, de darle más lugar a la duda que a la fe. Sabemos por la Palabra de Dios que cuando esto sucede, debemos arrepentirnos verdaderamente, pedir perdón a Dios, y decidir no volver a repetir el error. “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. (Filipenses 3:13-14).
El secreto para vivir renovado está en el comienzo del versículo: “El que está en Cristo”, también en presente. La preposición griega “en” significa “dentro de”. Bien metido en Cristo, identificado con Él en su muerte, sepultura y resurrección. Hemos muerto a nuestra vieja vida y ahora vivimos para agradar al Señor.
Si estás en Cristo, Él guiará tu vida, te recordará su Palabra, tomarás decisiones comprometidas con tu nueva vida. Vive expectante de lo que Cristo hará en ti. ¡Las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 14 de junio, 2024
“Todos los días te bendeciré”
“Todos los días te bendeciré, por siempre alabaré tu nombre. Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; su grandeza es inescrutable.” Salmo 145:2-3.
¿Cómo empezaste la mañana? ¿Tuviste una mala noche? ¿Te despertaste pensando en los problemas que tienes que resolver? Si no comenzaste bien tu día, es momento de enderezar el rumbo.
El salmista David nos recuerda que lo mejor que podemos hacer es “bendecir cada día a Dios”. La palabra “bendecir”, en hebreo barak, significa “arrodillarse en actitud de adoración y agradecimiento”, pero también se usaba para “saludar, dar la bienvenida”. ¿No crees que puedes darle la bienvenida al Espíritu Santo cada mañana y entregarle el control de tu vida para que te guíe?
Recuerda que es David el que escribió estos versículos. Si lees detenidamente todos sus salmos notarás que tuvo días en que se sintió solo, inseguro, angustiado, con temor. En otras palabras, era tan humano como nosotros.
Sí, es difícil bendecir cuando tus amigos te traicionan, tus familiares más íntimos de abandonan, tus hijos te rechazan, y todo el mundo se vuelve en tu contra. David experimentó todo esto en carne propia, sin embargo, había resuelto bendecir a Dios cada día, pase lo que pase.
¿Por qué era tan fuerte su determinación? Porque conocía a Dios, sabía en Quién creía y lo que podía hacer. Él podía decir: “Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; su grandeza es inescrutable.” Dios es más grande que nuestros problemas, es más grande que nuestras necesidades, es más grande que nuestro enemigo, ¡y su grandeza es inescrutable! Esta palabra en hebreo es áyin-kjéquer que significa “aquello imposible de comprender o de conocer dada su profundidad, infinito”.
¡Cómo no bendecir al Dios que hace grandes cosas, al que es Inigualable, Eterno, Todopoderoso! Hoy nos postramos delante de Él para reconocer su grandeza y darle la gloria que merece por siempre.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 13 de junio, 2024
“Cuidado con el enojo”
“Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?” Jonás 4:2-4.
¡Increíble que alguien pudiera orar con tanto enojo! Jonás quería que Dios destruyera a Nínive, la capital de Asiria. Allí vivía gente sanguinaria, cruel y despiadada, los peores enemigos de Israel. Sin embargo, Dios los estaba perdonando porque se habían arrepentido de sus pecados. La misericordia de Dios se estaba derramando más allá de Israel y Jonás no podía aceptar esto. En su mente estaba claro que lo que merecían era la destrucción total.
La palabra “enojo” usada aquí, en hebreo es kjará, significa “arder de cólera, airarse, encenderse, encolerizarse, ensañarse, inflamarse”. ¿Has experimentado alguna vez este sentimiento? Para qué entrar en detalles… A veces nos parecemos a Jonás cuando las cosas funcionan del modo opuesto a nuestros deseos.
Entonces Dios le respondió a Jonás con una pregunta: “¿Haces tú bien en enojarte tanto?” ¡Wow! ¿Qué pasaría si el Señor nos hiciera la misma pregunta hoy? La respuesta debería ser: No. Cada vez que nos enojamos como Jonás, solo podemos esperar consecuencias negativas.
Al final del relato, Dios prepara una lección objetiva para el profeta a través de una calabacera y le enseña que Él nunca dejará de mostrar compasión por el ser humano perdido. Por lo tanto, si era misericordioso con Israel a pesar de sus rebeldías, también podía serlo con otros pueblos que se encontraban en la misma posición. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23).
La gracia de Dios está más allá de nuestro entendimiento. No nos toca a nosotros decirle a Dios cómo debe actuar; mucho menos cuando nosotros somos objeto de su misericordia diariamente.
Te pregunto, ¿albergas ira en tu corazón? Renuncia a ella en favor del perdón. Deja que el Espíritu Santo cambie lo que sientes. Con cada paso de obediencia que damos, la paz de Cristo aumentará y la ira desaparecerá.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 12 de junio, 2024
“Aprovecha tus oportunidades”
“Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.” Hechos 28:30-31.
¡Cuántas situaciones difíciles tuvo que atravesar el apóstol Pablo para que se cumpliera este versículo! Fue apresado en Jerusalén; un grupo de judíos ultra religiosos planeó matarlo; fue eximido de ser juzgado en Jerusalén por haber apelado al César; sufrió un naufragio, fue picado por una serpiente venenosa. Incluso algunos dudaban de que fuera un apóstol de Cristo. ¿Qué más podía pasarle?
Pablo dice que todos sus sufrimientos redundaron en beneficio del reino de Dios (Filipenses 1:13). En esos años, muchos recibieron a Cristo como Salvador; el evangelio fue predicado a las personas más prominentes e influyentes de su época.
Al llegar a Roma, mientras esperaba ser juzgado, Pablo siguió predicando el evangelio. Él se encontraba en una casa alquilada y bajo la custodia permanente de un soldado romano, pero podía predicar abiertamente y sin impedimentos. Hacía tiempo que no había experimentado esa libertad religiosa, y por supuesto no desaprovechó un solo momento. Siguió cumpliendo con la misión que Dios le había encomendado.
Pablo nos dejó un gran ejemplo: aprovechar las oportunidades que tenemos hoy. Si esperamos a que llegue el momento ideal para hablar del Señor, se nos pasará la vida y nos estaremos lamentando por haber perdido las ocasiones que se nos presentaron.
¿A quién estás compartiendo lo que Dios está haciendo en tu vida? Revisa el historial de tu teléfono. ¿Cuáles son las aplicaciones que más usas? ¿Qué sitios de internet frecuentas? ¿Qué compartes en tus redes sociales? ¿Quiénes son las personas con quien más has hablado? ¿A cuántas de ellas les has compartido una palabra de Dios?
Vivimos en un país con libertad de expresión… pero para los cristianos verdaderos esa libertad está restringida. Sin embargo, tenemos ámbitos en donde todavía podemos hablar de Jesús “abiertamente y sin impedimentos”. Hay personas que todavía no han escuchado la palabra de Verdad, que no tienen esperanza de vida eterna, y el tiempo se acorta. Tú tienes el mensaje, ¡compártelo!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 11 de junio, 2024
“Haga Jehová lo que bien le parezca”
“Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le parezca.” 1 Crónicas 19:13
David quiso ser misericordioso con los amonitas, una nación enemiga de Israel, pero ellos le devolvieron mal por bien. Formaron un ejército numerosísimo, tomando a sueldo al ejército de cuatro naciones más y atacaron a Israel. Joab, el general del ejército de David, organizó dos grupos para contrarrestar los ataques, y aunque la situación en la que se encontraban era muy difícil, él dijo: “Que Jehová haga lo que bien le parezca”.
No parece ser la mejor declaración de fe, sin embargo, con estas palabras estaba manifestando verdadera dependencia de Dios. De hecho, en el original hebreo la expresión es: “Jehová nuestro Dios hará lo bueno a su parecer”. Joab estaba diciendo que la última palabra la tenía el Señor.
Pero había una parte que ellos sabían que debían hacer, tomar las armas y salir a pelear. Por eso Joab animó a todos a “esforzarse”. Esta palabra en hebreo es kjazác que significa “ser fuerte, valiente, fortalecerse, conquistar, animarse, apoderarse, resistir, ser resuelto”. ¡Aleluya! Cada una de estas palabras nos recuerda lo que dijo el apóstol Pablo en Fil. 4:13: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!”
Casi diariamente, como hijos de Dios, enfrentamos batallas espirituales. Hay días que los ataques del enemigo parecen más intensos que nunca. Aumentan las situaciones difíciles, personas que nunca hubiéramos imaginado se levantan contra nosotros. Sin embargo, eso no debe debilitar nuestra fe. Debemos declarar con confianza que Dios es nuestro Poderoso Guerrero y pelea nuestras batallas. ¡Hay victoria en Cristo!
Tu parte es esforzarte, levantarte con la autoridad que Jesús te delegó y no tener temor del enemigo. Como dijo Joab, ¡el Señor hará lo bueno por tu vida!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 10 de junio, 2024
“Mente santificada”
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.” Romanos 8:5.
Si somos hijos de Dios, el Espíritu Santo ha venido a morar en nosotros. Él habla a nuestra mente, a nuestra conciencia, y nos ayuda a discernir entre lo que nos edifica y lo que no.
El Espíritu Santo no nos impone nada porque está sujeto a nuestro libre albedrío. En su amor, el Señor nos dio la libertad de escoger, pero también nos enseña cuáles serán las consecuencias de nuestras elecciones. Si queremos una vida espiritual victoriosa, debemos comenzar por nuestra mente. Como alguna vez dijo el pastor Charles Stanley: “La mente es nuestra torre de control”.
La verdad es que nuestros pensamientos nos afectan más de lo que podemos darnos cuenta. Nuestra manera de pensar determina nuestras actitudes, emociones, deseos y acciones. Por eso, cuanto más lugar le demos al Espíritu Santo, mayor será nuestra fortaleza para ganar las batallas que se libran en nuestra mente.
Debemos tener una mente pura. En Filipenses 4:8 leemos: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. ¿Tienes problemas con pensamientos impuros? Examina lo que estás dejando entrar a tu mente. El Espíritu Santo quiere ayudarnos a filtrar diariamente nuestros pensamientos porque sabe que del pensamiento a la decisión de pecar hay un paso.
Debemos tener una mente positiva. No es positivismo, no es confesión positiva, es pensar con fe, con actitud de vencedor, recordando las promesas de Dios. Dedica tiempo a la Palabra de Dios, llenando tu mente con verdades que te mantengan firme y creyendo.
Debemos tener una mente productiva. Escuché decir una vez que una “mente ociosa es el taller de Satanás”. ¿Recuerdas lo que le sucedió a David mientras estaba aburrido y ocioso en su terraza? Todo comenzó con una mirada y luego sus pensamientos lo condujeron a pecar. Usa bien tú tiempo. Pon atención a tu crecimiento. “Ustedes también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto…” 2 Pedro 1:5-8.
¿Quieres ser fuerte a la hora de enfrentar tentaciones? Pregúntate con qué has estado alimentado tu mente últimamente. “Poned la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col. 3:2). Guiados por el Espíritu Santo podemos elegir qué pensar y cómo actuar.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 9 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“¿Cuánto vale tu tiempo?”
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:15-16.
Si realmente anhelamos ser sabios en todo, debemos considerar seriamente esta exhortación del apóstol Pablo. No necesitamos un devocional para saber que los días son malos, pero debemos preguntarnos si realmente estamos aprovechando bien el tiempo.
La palabra griega para “aprovechar” es exagorazo que significa “comprar, rescatar, redimir, liberar”. Esta frase se usa también con el sentido de “comprar una oportunidad”. Por supuesto que el tiempo no se puede comprar, pero ¿cuánto pagarías por un día más de vida? Tu respuesta manifestará el valor que le das a tu tiempo. Estoy seguro que si tuviéramos que pagar por él, lo invertiríamos mucho mejor.
Hay tres verdades que siempre deberíamos tener presentes a la hora de decidir cómo usar el tiempo:
- “El tiempo no nos pertenece”. Es un regalo de Dios, por lo tanto, Él tiene derecho de involucrase en nuestra vida y es sabio acudir al Señor para pedir que nos guíe.
- “El tiempo es irreversible”. No vuelve atrás. Es breve. Nuestra vida tiene principio y fin.
- “El tiempo no se ahorra, se invierte”. No es dónde lo guardo, sino cómo lo uso.
Alguien dijo en una oportunidad que “apoderarse del día es difícil para la mayoría e imposible para algunos. Por lo tanto, cuando el día se apodera de mí, cuando las cosas se salen de control, es el momento de detenerme y orar para pedir más sabiduría”.
Nunca es demasiado tarde para poner en orden las próximas 24 horas, y las siguientes… Pon tu confianza en el Señor, pídale que te guíe, y podrás experimentar la satisfacción de un día bien vivido.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 7 de junio, 2024
“¿Quién como tú?”
“Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú…?” Salmo 35:10.
¿Sabes por qué los judíos balancean su cuerpo mientras oran y recitan pasajes bíblicos? Según los rabinos, es justamente en cumplimiento de este salmo. Ellos dicen que alaban a Dios con todo su cuerpo, y cada uno de sus huesos exclama: “¿Quién como tú?”
Esta frase expresa la grandeza de un Dios incomparable, a quien aprendemos a conocer a través de la Biblia y por sus intervenciones poderosas en nuestra vida. Pero también es una declaración de fe y confianza, cuando todavía no tenemos las respuestas a nuestras peticiones.
Cuando David escribió este salmo estaba siendo perseguido. Él no había provocado esa situación (v. 7), incluso el texto parece indicar que las personas que lo rodeaban se hacían pasar por sus amigos cuando en realidad buscaban su destrucción. Entonces David clamó a Dios por ayuda, y seguro de que intervendría, exclamó: “Jehová, ¿quién como tú?”
La ayuda que pueden ofrecernos nuestra familia o nuestros amigos es limitada. El único que puede ayudarnos siempre y de manera incondicional es el Señor. Él siempre está dispuesto y preparado para ayudarnos en nuestros momentos difíciles. Por eso podemos exclamar: “Jehová, ¿quién como tú?”
Observa algunos pasajes de personas que exclamaron esta frase al ver las obras sobrenaturales de Dios.
“¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” Éxodo 15:11.
“Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; oh Dios, ¿quién como tú?” Salmo 71:19.
“Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea.” Salmo 89:8.
“¿Quién como Jehová nuestro Dios, que tiene su trono en las alturas, pero se digna inclinarse para ver
lo que ocurre en el cielo y en la tierra?” Salmo 113:5-6.
¿No te motivan estos pasajes bíblicos a alabar al Señor, reconociéndolo como el único Todopoderoso? Todo nuestro ser, ¡incluyendo nuestros huesos!, deben manifestar que no hay nadie como nuestro Dios. ¡Quién como tú!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 6 de junio, 2024
“Dios es nuestro consuelo”
“Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?” Isaías 51:11.
En este capítulo, Isaías menciona que el pueblo de Dios estaba siendo presionado por personas que se oponían a los planes del Señor. Es en ese momento que reciben una palabra de Dios: “No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes” (v. 7). Dios sabía lo que estaban pasando, y la presión que estaban soportando tenía un límite, no iría más allá de lo que Él permitiera.
Para animar a su pueblo les dice que Él es su “Consolador”. Esta palabra en hebreo es nakjám que significa “aliento, aliviar, moverse por misericordia”. Ellos debían recordar que nunca estarían solos. Dios les daría las fuerzas para levantarse, el valor para avanzar, y el ánimo para mantenerse confiados.
Antes de ascender a los cielos, Jesús les dijo a sus discípulos que les convenía que Él se fuera para poder enviar al Consolador. Después de Pentecostés, el mismo Dios Consolador de los tiempos antiguos sigue con su pueblo. El Espíritu Santo ahora habita en cada uno de los que recibieron a Cristo como Salvador de sus vidas.
¿Te sientes presionado en este momento por personas o circunstancias difíciles? Dios sabe por lo que estás pasando. Él es tu Consolador, el que te sostiene para que no resbales, el que te levanta si has caído, el que te protege durante los tiempos más oscuros, el que te da paz sobrenatural.
La ayuda que el Señor nos brinda es personal y está siempre a nuestro alcance. Recibimos su consuelo por medio del Espíritu Santo, quien vive en nosotros y es suficiente para satisfacer cualquier necesidad.
“En el día que temo, yo en ti confío… En Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre?” Salmo 56:3-4.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 5 de junio, 2024
“Corazón limpio”
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8.
Hay un requisito indispensable para ver a Dios, ya sea verlo con nuestros ojos espirituales o con los físicos en la eternidad, debemos tener el corazón limpio.
Si hoy alguien nos preguntara si tenemos el corazón limpio, es probable que sin perder un segundo respondamos “¡por supuesto!” o “¡claro, yo soy cristiano!”, sin embargo, al poco tiempo, nuestra conciencia nos empieza a molestar. Hummm… algo no está bien. Bueno, limpio limpio…
¿Alcanza con haber recibido a Cristo en nuestro corazón para decir que siempre tendremos el corazón limpio? ¡Ojalá fuera así! Pero la realidad es que Satanás nos tienta diariamente, y a veces dejamos que algunos de sus dardos de fuego penetren nuestro corazón. Entonces se desvanece el gozo y la paz y solo queremos escondernos de Dios como Adán y Eva.
Pero no tenemos que vivir así. Si vamos al Señor y nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados, Él nos perdona y nos limpia. David lo expresó de esta manera en el Salmo 51:1, 2, 4, 10-12: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado… Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación…”.
Ahora sí, con el corazón limpio, podemos ser “bienaventurados”. Esta palabra (makarios en griego) denota a alguien muy feliz, muy bendecido. Expresa regocijo y satisfacción especial, concedidos a la persona que ha experimentado el perdón de Cristo y su salvación.
Gracias Jesús por limpiar mi corazón aplicando el único “quitamanchas” que lo hace posible, ¡tú preciosa sangre!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 4 de junio, 2024
“¿Sanar o salvar?”
“Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?” Mateo 9:5.
En cierta ocasión, cuatro amigos trajeron a un paralítico para que Jesús lo sanara. Como no podían pasar la cama por la puerta debido a la multitud, decidieron hacer un agujero en el techo y bajarlo por allí. De pronto, el paralitico se encontraba cara a cara con Jesús. ¿Qué haría el Maestro? Conociendo al Señor lo sanaría… Pero le dice: “Tus pecados te son perdonados”. Todos se quedaron en silencio por unos segundos y de repente se escuchó un murmullo: “¿Cómo….? ¿Qué dijo…?” Sí, lo que escucharon. No lo sanó inmediatamente, sino que le perdonó sus pecados.
Entonces comenzaron a mirarse unos a otros y a acusar a Jesús de blasfemo. “¡Solo Dios puede perdonar pecados!” En ese momento Jesús los interrumpe y les pregunta: “¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o levántate y anda?” Imagino a algunos cabizbajos y a otros mirando hacia el agujero en el techo. “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (le dice al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.” (v. 6). ¡Y el paralitico se levantó y comenzó a caminar! ¡Aleluya!
Jesús primero perdonó los pecados del paralitico y después lo sanó. Primero atacó la raíz de todos los problemas quitando el pecado del medio. El Señor dejó claro que el perdón de pecados es más importante que la sanidad. De nada sirve tener la mejor salud del mundo y perdernos en el infierno. En el Salmo 103:3 leemos: “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias”. Primero nos perdona y después sana nuestras dolencias. Está claro el orden de prioridades.
Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos, y sigue haciendo milagros. Pero primero es el Salvador, el que nos reconcilia con el Padre, el que nos da vida nueva y nos adopta como hijos de Dios. Siempre estaremos agradecidos al Señor por los milagros que hace en nuestra vida, pero no olvidemos que la obra más grande que se llevó a cabo en la cruz fue el perdón de nuestros pecados.
“Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 3 de julio, 2024
“Libres del temor”
“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” Salmo 34:4.
Al leer el encabezamiento de este Salmo sabrás que David estaba huyendo de Saúl. Es muy probable que escribiera estas palabras en la cueva de Adulam, mientras buscaba refugiarse del peligro que lo rodeaba. En medio de la persecución y al borde de la muerte, David pudo alabar a Dios diciendo que Él le había librado de todos sus temores. ¿Todos? Bueno, dice exactamente eso.
La palabra temor en hebreo es megorá que significa “miedo, terror, pavor”. Es mucho más que una preocupación. Cuando sientes esta clase de temor, sientes que puedes perderlo todo en un segundo, incluyendo tu vida.
Podemos sentir megorá cuando nuestro matrimonio está a punto de quebrarse, cuando alguno de nuestros hijos está en peligro de muerte, cuando nuestro futuro parece derrumbarse, cuando podríamos perder la libertad, cuando todo lo que habíamos construido empieza a derrumbarse.
¿Puede un hijo de Dios sentir esta clase de temor? David dice que sí: “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” (v. 19). ¡Hay liberación en el Señor! ¿Qué hizo David para librarse de todos estos temores? ¿Cuál fue el secreto?
Lee todo el Salmo 34. El salmista se había propuesto bendecir a Dios en todo tiempo, aun en medio del temor. ¡Hay que cantar cuando estamos aterrorizados! Buscó el rostro de Dios y fue alumbrado, clamó al Señor y fue liberado, pidió protección y el ángel de Dios lo defendió milagrosamente.
¿A qué le tienes temor? ¿Crees que Dios no puede controlar eso? Debes atreverte a confiar en Él. Da un paso de fe y pon tus temores en las manos del Señor. “Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él.” (v. 8). Él es quien tiene la respuesta a tu necesidad y si crees, quitará toda carga que pueda estar agobiándote en ese momento. El Señor es tú refugio.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 2 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“La respuesta divina a nuestro clamor”
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3.
Jeremías vivía rodeado de personas en una condición espiritual deplorable. El pecado abundaba, la disciplina prometida por Dios no llegaba y el profeta parecía predicarle a las rocas y a los árboles. A nadie le interesaba escucharlo, la mayoría seguía el camino de sus propios deseos; y por predicar la verdad, Jeremías terminó en la cárcel. Entonces recurre a Dios, y la respuesta que recibe es: “Clama, porque voy a mostrarte cosas grandes y ocultas que aún no conoces”.
La palabra hebrea para clamar es cará que significa “llamar fuera para, aclamar, anunciar, gritar, invocar, llamar, nombrar, pedir, pregonar, proclamar, dar voces.” Evidentemente un clamor no pasa desapercibido.
El clamor está relacionado con la pasión, el celo, la determinación de escuchar al Señor bajo cualquier circunstancia, pero también se refiere a la angustia que provoca el pecado y sus consecuencias, la tristeza por la desidia e indiferencia ante los llamados de Dios.
Quienes claman buscan alejarse de la mediocridad espiritual, son los que no se conforman con migajas pues saben que en la mesa del Padre hay pan que satisface verdaderamente al alma; son los que buscan agua de vida donde apagar su sed interior. Clamar a Dios es mucho más que un mero hábito de oración, es expresar con gran sentimiento lo que hay en nuestro corazón, pedir una intervención divina urgente.
El pastor E.M. Bounds, en los comienzos del siglo pasado, escribió: “El deseo da fervor a la oración. El alma no puede permanecer indiferente cuando algún gran deseo la atrae y la inflama... Deseos fuertes producen oraciones fuertes. El descuido de la oración es la señal temible de la muerte de los deseos espirituales. El alma se ha alejado de Dios cuando el deseo por él ya no la impulsa a orar. No puede haber verdadera oración sin el deseo”.
Tal vez deberíamos comenzar pidiéndole a Dios que despierte el deseo de orar, de pasar tiempo con Él en su presencia. Aprendemos a clamar orando.
Dios nunca fue indiferente al clamor de sus hijos. Siempre libró, hizo justicia, milagros, proveyó, abrió puertas, trazó nuevos caminos, reveló secretos, pero cuando se clamó con todo el corazón. “Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. (Jeremías 29:13).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 31 de mayo, 2024
“No a la indiferencia”
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.” 1 Tesalonicenses 5:14.
Uno de los peligros más grande que puede afectar al Cuerpo de Cristo es la indiferencia. Tal vez impulsada por el pensamiento contemporáneo de vivir enfocado en uno mismo, ser autosuficiente, y el condicionante de la tolerancia, hace que seamos más propensos a no corregir lo torcido y alentar lo recto.
Pablo le da una serie de consejos a la iglesia de Tesalónica con el fin de que vivan de acuerdo a lo establecido por Cristo, y que no sean indiferentes a aquellas cosas que necesitan atención en la familia espiritual.
El primer consejo del apóstol es que deben amonestar a los ociosos. Dios quiere que cada uno de sus hijos sea productivo, responsable y comprometido. Los “ociosos”, según la palabra griega, son los que viven desordenadamente, manifiestan irresponsabilidad en sus trabajos, son incumplidores e insubordinados. Puede ser que muchos vengan al Señor con este estilo de vida, sin embargo, es nuestra responsabilidad corregir esto en amor para que vivan diligentemente.
Hay que alentar a los de poco ánimo. “Poco ánimo” hace referencia a los que les falta valentía, los que son temerosos. Fíjate que no hay que amonestar al desanimado. A los que están pasando por pruebas severas, hay que alentarlos para que puedan mantenerse firmes y no retrocedan.
Hay que sostener a los débiles. Se refiere a los que están sin fuerzas, enfermos, débiles física y emocionalmente, frágiles. A ellos hay que extenderles una mano para levantarlos y ayudarlos a seguir adelante.
Hay que ser pacientes. Todos necesitamos que sean pacientes con nosotros muchas veces. La palabra griega para “paciente’ se refiere a alguien que tiene un espíritu que sabe aguantar con paz y gozo, que tarda en enojarse. ¡Seguro que ese eres tú!
¡Gracias a Dios por la Iglesia, la verdadera familia espiritual! En su seno tenemos corrección, aliento y apoyo mientras crecemos. No olvidemos estos consejos y pongamos en práctica la Palabra.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 30 de mayo, 2024
“Siempre nueva criatura”
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17.
Antes de venir a Cristo traíamos una mochila cargada de pecados, pero al entregarle al Señor ese peso agobiante y confiar en su sacrificio perfecto en la cruz, fuimos perdonados y hechos libres.
Sin embargo, puede ser que a veces vengan a nuestra memoria viejos recuerdos que nos animen a retroceder, malos sentimientos que nos quieran confundir, incluso algunos vestigios de malos deseos que ya habíamos sometido a Dios, y el diablo aprovecha para acusarnos y hacernos pensar que la nueva criatura ya no es tan nueva…
¿Qué hacemos en esos momentos? ¿Seguimos alimentando los viejos recuerdos o escuchamos la voz del Espíritu Santo? Él nos recuerda la Palabra de Dios y la obra que hizo Cristo por nosotros. Nos dice que “somos” nueva criatura, en tiempo presente. Siempre presente. Definitivamente, las “cosas viejas” pasaron para Dios, de tal manera que Él ya no se acuerda de lo que nos arrepentimos y le pedimos perdón.
Jesucristo nos ha dado una vida nueva, pero no significa que está totalmente perfeccionada. Diariamente nos sigue transformando. Colosenses 3:10 dice: “Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. Nos va renovando constantemente.
No permitas que el diablo te haga retroceder con sus mentiras. Eso sí, ocúpate de “estar en Cristo” porque esa es la clave. Que tus pensamientos, tus sentimientos, tus recuerdos, tus motivaciones, tus deseos, siempre estén en Cristo, entonces el Espíritu Santo completará diariamente su obra en ti.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 29 de mayo, 2024
“Fe para provisión”
“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.” Lucas 5:4-6.
Hace varios años atrás, el grupo de niños y adolescentes de la iglesia de Pehuajó, cuidad donde fui criado, fue de pesca a la laguna La Salada. Cuando llegamos al lugar se nos ocurrió decirles a los chicos que comeríamos únicamente lo que pudiéramos pescar. ¡Queríamos que tuvieran una experiencia única, imposible de olvidar! Claro, no contamos con que los peces ese día habían decidido irse a la otra punta de la laguna…
Mientras los improvisados pescadores experimentaban su día de supervivencia, tuve que volver a la ciudad para recoger a algunos niños que no tenían transporte. Ya de regreso, el ambiente no era el mejor, lo único que podía escuchar era: “Pablo, no estamos pescando nada”. Entonces nos reunimos para orar y pedirle al Señor que nos ayudara a pescar algo para poder comer. Volvimos otra vez a la laguna, y poco tiempo después, ¡teníamos 70 pescados! Ese día comimos en abundancia y sobró gracias a la oración de fe de unos niños desesperados.
Jesús, el Creador del universo, no solo conoce cada rincón de nuestro planeta sino que tiene autoridad sobre él y lo gobierna con su palabra. Él proveyó unos peces a un grupo de niños y adolescentes, de la misma manera que lo hizo con unos agotados pescadores en el lago de Genesaret.
Estoy seguro que en este momento tu búsqueda no está relacionada con unos peces, tu necesidad es otra, pero tienes al mismo Dios capaz de obrar un milagro, solo requiere de ti fe. Tu necesidad debe movilizarte a creer en lo que solo Dios puede hacer. Pedro dijo: “En tu nombre lo haré”. Por supuesto que los peces no cayeron del cielo, Dios no alimenta al que no quiere trabajar. Pedro tuvo que moverse, obedecer la Palabra de Jesús y hacer la tarea, y su fe fue recompensada.
Jesús sigue haciendo milagros a los que le creen. Siempre respaldará esa fe, porque al que cree, todo le es posible.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 28 de mayo, 2024
“Si temor a las presiones”
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos…” Salmo 46:1-2a
Ya sabemos qué es una tribulación. La Biblia define esta palabra como cualquier tipo de presión que venga sobre nosotros. Puede ser personal, familiar, matrimonial, laboral, financiera, espiritual. Naturalmente no nos gustan las presiones, pero son necesarias para purificar nuestra alma, afirmar nuestro corazón y hacernos más fuertes en Cristo.
En las presiones conocemos más a Dios y los recursos que tiene para nosotros. ¿Acaso no descubriste que tienes un punto de resistencia mayor de lo que pensabas? ¿No experimentaste la sabiduría divina para tomar decisiones en medio de una tribulación? ¿No viste la mano de Dios en esos momentos difíciles?
El salmista menciona tres acciones de Dios hacia sus hijos en tiempos de prueba:
1. Nos “ampara”. Si te gustan las palabras hebreas es el vocablo makjasé, que significa “refugio, confianza, esperanza; lugar donde alguien puede encontrar protección, abrigo, seguridad”. Es sentirse acogido por Dios cuando nadie nos ofrece ayuda. El único refugio donde encontrar seguridad y protección.
2. Nos “fortalece”. La palabra hebrea es oz y significa “fuerza, seguridad, poderío, potencia, vigor”. Hace referencia a un castillo imponente e impenetrable. Así es Dios con nosotros en tiempos de dificultad. Estamos protegidos por Él. El diablo no puede tocarnos porque el Señor mismo nos ha cercado con su poder. ¡Aleluya!
3. Nos “auxilia”. La palabra hebrea es ezrá que significa “ayuda, socorrer, defender, proteger”. La expresión da la idea de “actuar con vehemencia y rápidamente”. Dios acude a nuestra ayuda con todo su poderío para intervenir a tiempo.
Las circunstancias que ejerzan presión sobre nosotros son oportunidades de ver la grandeza del Omnipotente. Cuanto más ponemos nuestra mirada en el Poderoso Gigante, más pequeños veremos los problemas.
Ven a refugiarte en el Señor. Ora y pon tus cargas a sus pies. Él ya ha preparado la salida a tu prueba y serás testigo una vez más de su poder.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 27 de mayo, 2024
“El secreto para permanecer firmes”
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.” Salmo 1:3-4.
Un árbol plantado junto a corrientes de agua puede vivir más años que un ser humano. No solo permanece firme y siempre verde sino que sigue creciendo en altura, anchura y profundidad. El secreto está en ser plantado en el lugar correcto, donde tenga agua y reciba los nutrientes necesarios.
Estos dos versículos tienen una aplicación sencilla pero profunda. ¿Cómo es posible que alguien pueda permanecer firme en sus convicciones cristianas durante toda su vida? ¿Cuál es el secreto para que un cristiano sea fiel a Dios, a su Palabra, a su iglesia, y le sirva todos los días de su vida? Debemos prestar atención a las verdades de este Salmo.
El salmista compara a un árbol firme, siempre verde y que produce buenos frutos con una persona que se alimenta diariamente de la Palabra de Dios, no sigue malos consejos, no anda con personas que se burlan de los caminos de Dios, y además se deleita en obedecer al Señor.
También nos recuerda que si seguimos el consejo de Dios seremos bienaventurados, muy dichosos, y todo lo que hagamos prosperará. Pero, ¿qué sucede con la persona que no se alimenta de la Palabra de Dios, que no es hacedor de ella y sigue solo el consejo que quiere escuchar? Dice el salmista que será como el “tamo”.
La palabra hebrea para tamo es mots que significa “lo que es aventado, lo que se lleva el viento”. El tamo es la cáscara liviana que cubre el grano que debe ser quitada antes de molerse para hacer harina. En la antigüedad, ponían el grano en una zaranda, lo sacudían y lo lanzaban hacia arriba para que el viento se llevara el tamo y quedara el grano limpio. ¡Qué triste final para el que sigue el camino del mal!
¿Deseas conocer realmente la voluntad de Dios? ¿Tomas tiempo para meditar en Su Palabra? ¿Te aseguras de aplicar a tu vida lo que Dios te habla? La verdad divina que penetra nuestro corazón, mente y voluntad, finalmente se expresa con obediencia y en la obediencia siempre hay bendición.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 26 de mayo, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Déjale las formas a Jesús”
“Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.” Marcos 7:32-35.
Jesús conocía las intenciones de los corazones, no había nada que la gente pudiera hacer sin que Él lo supiera; por eso muchas veces actuó de manera inesperada, diferente, hasta contracultural. El Señor quería dejar en claro con palabras y acciones que era y es Soberano.
En cierta ocasión le trajeron una persona sordomuda para que la sanara, y llama la atención que le rogaran que “le pusiera la mano encima” como método de sanidad. Venían con la idea preconcebida que para que el necesitado recibiera un milagro debía hacerse así. Pero el Señor actuó de una manera que estoy seguro los dejó boquiabiertos (incluso a nosotros cuando leemos este pasaje). Necesitamos volver al comienzo del texto para saber que no nos equivocamos en la lectura: ¡Jesús le metió los dedos en las orejas!
Mientras las personas estaban mirando perplejas cómo Jesús estaba atendiendo al sordomudo, los volvió a sorprender con una acción más extraña todavía: ¡Jesús pone de su saliva en la lengua del enfermo! Con estas acciones Jesús demostró que no era el método sino su poder el que obra milagros.
¿Qué estaríamos dispuestos a aceptar para recibir un milagro del Señor? ¿Lo estamos condicionando a las formas que nosotros creemos que deben hacerse las cosas? Hasta que no dejemos de imponerle la manera en la que tiene que obrar, puede ser que nos quedemos sentados esperando el milagro sin ver nunca la respuesta.
Para Dios, lo más importante es nuestro sometimiento a su voluntad, nuestra obediencia a su Palabra, la sujeción de nuestros deseos a los suyos. Cómo hará su obra, es asunto puro y exclusivo de Él.
Que hoy el Señor encuentre humildad y fe en nuestros corazones, ingredientes indispensables para que realice su obra en nosotros. Las formas déjaselas a Jesús, Él sabe cómo intervenir en tu vida.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 24 de mayo, 2024
“La mejor decisión en casa”
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. Josué 24:15.
Josué tuvo la misión de guiar al pueblo de Dios a la conquista de Canaán. Al final de sus días reunió a los líderes y al pueblo y les exhortó a tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con lo que Dios les había mandado. Los enemigos externos habían sido derrotados y la tierra les pertenecía a los israelitas, pero había que atacar a los enemigos internos, los más peligrosos, los que se infiltran sigilosamente y nos apartan de Dios.
Muchas veces el pueblo de Israel escuchó más la voz de Satanás que la de Dios. El diablo siempre actúa con astucia para que miremos y hagamos lo que hacen los demás antes que la voluntad de Dios. “Si la mayoría lo hace, no debe estar mal”, un pensamiento tan viejo como la idolatría en Israel. Dios nunca dijo que hagamos lo que hace la mayoría, sino que le obedezcamos a Él.
Josué lo tenía muy claro y se lo dijo al pueblo sin reparos: “Ustedes hagan lo que quieran y afronten las consecuencias de sus decisiones… pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
La palabra servir en hebreo es abad que significa “trabajar (en todo sentido); hacer tareas de un siervo, adorar, dar culto, honrar, ministrar, servir”. Josué y su casa estaban decididos a trabajar 24/7 para Dios. Todo lo que hacían estaba enfocado en el Señor, aun las tareas diarias, su tiempo de descanso, con todo querían honrar a Dios. Ningún ídolo, material o simbólico, tenía lugar en el corazón de este hijo de Dios.
No sé qué harán los demás. No sé si mis amigos o familiares irán a la iglesia, pero nosotros hemos tomado la decisión de seguir a Jesús y serle fieles en todo. Tal vez otros retrocedan y se aparten, nosotros no, seguiremos firmes. Incluso muchos puedan seguir a Jesús de manera nominal, cumpliendo solo con la asistencia a un servicio una hora por semana. Nosotros no, hemos dedicado nuestras vidas enteras a Jesucristo. Otros serán espectadores; pero nosotros no, serviremos a Dios en cualquier cosa que nos pida. Tal vez seamos los únicos, tal vez en algunos momentos nos encontremos solos, pero sabemos en Quién hemos creído, confiado y a Quién hemos rendido nuestras vidas.
Yo tomé esta decisión hace cincuenta años atrás y nunca la he cambiado por nada: “Yo y mi casa serviremos al Señor”. ¿Cuál es tu decisión?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 23 de mayo, 2024
“Lo que diga el mundo, pasará”
“La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento del Señor sopla sobre ella. Y a decir verdad, el pueblo es como la hierba. Sí, la hierba se seca, y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”. Isaías 40:7-8.
Dios le dice a Isaías que hay un contraste enorme entre lo que dice la mayoría de la gente y lo que Él dice; y usa una figura retórica para describir al pueblo: como hierba que se seca.
La palabra “pueblo” en el original hebreo es am que significa “gente congregada, una etnia o tribu, una nación, un rebaño”. Hace referencia al pensamiento colectivo de una población. Esta misma palabra la usa Jeremías para describir las costumbres, cultura y cosmovisión de un pueblo. “Porque las costumbres de los pueblos son vanidad” (Jeremías 10:3a). En síntesis, “pueblo” se refiere no solo a la gente sino también a su manera de pensar y actuar.
Creo que todos estamos de acuerdo en que la manera de pensar y actuar cambian permanentemente. Lo que hoy está de moda, mañana no lo está. Lo que hoy busca definir el estilo de vida de la gente, mañana es reemplazado por una nueva idea. Entonces, ¿es correcto basar nuestra vida en filosofías temporales? ¿Es racional dejarse guiar por estándares y valores que no tienen fundamento permanente? ¿Vamos a conducir nuestra vida por lo que dice la mayoría sin Dios, sabiendo lo que produce lo superficial y pasajero?
Solo, “la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. No es una moda, no es una filosofía temporal, no es una costumbre pasajera. Cuando nuestra vida tiene como fundamento lo que dijo Dios, podemos estar seguros de que caminamos en la verdad.
No olvides que en el sistema actual nada es permanente; el placer es temporal, la satisfacción corta, la felicidad pasajera. Solo podrás experimentar contentamiento, paz y esperanza, si las enseñanzas de la Palabra de Dios son tu alimento diario, y decides hacer su voluntad cada día.
“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:17.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 22 de mayo, 2024
“¿Todo el pueblo lo sabe?”
“Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”. Rut 3:11.
Rut era moabita, pero hizo una decisión radical que afectaría su vida permanentemente, dejó su país, su familia, su cultura, sus dioses y se integró al pueblo de Israel (Rut 1:16-17). El testimonio de su suegra la llevó a tomar esta decisión. A partir de ese momento, Rut comenzó a conocer a Dios, pensar como pensaba el pueblo de Dios y actuar bajo los mandamientos de Dios.
El testimonio de Rut era intachable: trabajadora, servicial, humilde, emprendedora, fiel. Era una mujer llena de gracia, a tal punto que Booz, el dueño del campo en donde ella trabajaba, la definió como una “mujer virtuosa”. ¡Qué alago!
La palabra hebrea para “virtuosa” significa “persona llena de fuerza, de recursos, de valor y fortaleza; que es apta, de bien, capaz, esforzada, fuerte, ilustre, poderosa, que hace proezas, valiente, llena de virtud”. ¡Wow! ¡Cuántas virtudes en una sola palabra! Así era Rut. ¡Tremenda mujer de Dios!
Además Booz mencionó que toda la gente de su pueblo sabía esto. El chisme corrió de puerta en puerta, vecino por vecino… Todos hablaban bien de Rut, porque su conducta así lo demostraba.
Ahora viene la pregunta que puede incomodarnos un poquito: ¿Dicen lo mismo de nosotros? ¿Todos saben que somos virtuosos por lo que demostramos cada día?
Los que un día hemos tomado la decisión que tomó Ruth, dejar el estilo de vida del mundo para ser parte del pueblo de Dios, tenemos la responsabilidad de conducirnos como hijos de Dios. “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Efesios 5:8).
Si dejamos que el Espíritu Santo trabaje diariamente en nuestra vida, poco a poco las cualidades de un hombre y una mujer virtuosos se evidenciarán a través de nuestra conducta y carácter.
Deja que todos sepan que eres parte del pueblo de Dios.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 21 de Mayo, 2024
“Exclusiva posesión”
“Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos”. Deuteronomio 26:18.
Antes de conocer a Cristo vivíamos en pecado y nuestro destino eterno era terrible. Pero gracias a su misericordia y perdón, todo cambió. Nuestro destino es la eternidad y las cosas maravillosas que el Señor ha preparado para sus hijos. Él pagó el rescate por nosotros en la cruz y ahora le pertenecemos a Dios. Nunca debemos olvidar esto.
Dios mismo dice que somos su “exclusiva posesión”. Esta expresión castellana es una traducción de la palabra hebrea segullá que significa “tesoro; riqueza guardada; algo muy preciado y único”. ¡Aleluya! ¡Qué hermosa expresión de Dios hacia su pueblo! Él dice que somos su tesoro más preciado y exclusivo. Cada día se deleita en vernos, escucharnos, guiarnos, cuidarnos, amarnos.
Dios no comparte sus tesoros con nadie; de hecho, es celoso de lo suyo. “Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es” (Éxodo 34:14). Por eso Dios está en contra de los ídolos, no porque tenga alguna disputa con ellos, porque obviamente no existen, sino porque el ser humano deja de vivir para agradarle a Él.
Hoy tenemos la oportunidad de comenzar este día reconociendo a Quién le pertenecemos y gozarnos por lo que Él dice que somos. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” (1 Pedro 2:9-10).
Alégrate porque eres un tesoro para Dios. Recibe su paz porque Dios guarda y protege a los que le pertenecen. Disfruta su amor. Dale gloria porque Él está escuchando tu alabanza. Manifiesta adoración con todo lo que hagas porque estás hecho para alabanza de su gloria.
Pastor Pablo Giovanini
Viernes 26 de julio, 2024
“Reverenciar a Dios”
“Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre”. Nehemías 1:11a.
Nehemías, después de enterarse de la deplorable situación de Jerusalén, lo primero que hizo fue orar. Por favor, lee todo el capítulo uno de su libro y encontrarás detalles que te permitirán descubrir su corazón.
Creo que es cierta la famosa frase que dice que “podemos encontrar de todo en la viña del Señor”, y aunque normalmente se menciona cuando tenemos la atención puesta sobre algo negativo, personalmente prefiero enfocarme en ese grupo de cristianos sinceros que se destaca por el gozo que experimentan al honrar a Dios en todo tiempo. Son como Nehemías, nada los hace retroceder; pueden enfrentar desafíos, oposición, pruebas, tentaciones y seguirán amando al Señor y determinados a hacer su voluntad. Nehemías los llama los “siervos que desean reverenciar el nombre de Dios”.
Esta frase merece profundizarse. En primer lugar, la palabra deseo, jafets en hebreo, es mucho más que una simple apetencia o gusto, significa “deleitarse, estar complacido, tener contentamiento, delicia”. La palabra reverenciar en hebreo es yare que significa “temer, respetar, honrar, tener en estima”. Nehemías está diciendo que él es parte del grupo que se deleita con gran placer en honrar a Dios con todo lo que hace. ¡Cómo Dios no va a respaldar a los que tienen tal corazón!
Los que se complacen en honrar a Dios no son los que esperan que el Señor lo arregle todo, o quienes esperan que alguien más se ocupe de las necesidades, son lo que oran: Dios, úsame a mí.
Nehemías acudió a Dios, le presentó el problema y se puso a su disposición de Él para hacer lo que fuera necesario. Actuó en fe confiando que Dios lo respaldaría y animó a otros a que se unieran a él. La historia dice que en solo 52 días terminaron la reconstrucción del muro de Jerusalén, Dios les dio la victoria sobre sus enemigos y recuperaron su dignidad.
Déjame preguntarte: ¿Eres parte del grupo de los siervos que desean reverenciar a Dios?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 25 de julio, 2024
¡Crea que le ama!
¿Cree que Dios le ama? ¿Siente su amor por usted?
Creo que la mayoría de los cristianos saben del amor de Dios hacia ellos teológicamente, pero siguen sin experimentar Su amor. Dudan de que Él los pueda amar.
Muchos hoy viven bajo una nube de culpa, temor y condenación. Nunca han sido realmente libres, nunca han podido descansar en el amor de Dios por ellos; llevan una carga secreta en sus corazones todo el tiempo. Sirven al Señor, alzan sus manos en adoración, comparten con otros su fe, se acercan a su presencia en oración, son fieles, y a pesar de todo siguen esforzándose cada día por hacer las paces con Dios y conseguir ser amados.
Yo estuve en ese lugar, y hasta que resolví que no se trataba de confiar en lo que dictaban mis sentimientos sino en lo que Dios me prometía en Su Palabra, no sentí gozo, paz, y tampoco podía entender quién era en Cristo.
La seguridad del amor de Dios por usted es la verdad fundamental bajo la cual todas las otras verdades se deben construir. “Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan comprender cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios”. (Efesios 3:17-19).
El Señor no nos salvó para que vivamos en culpa y condenación, sino para hacernos libres. Dios no es nuestro enemigo, es nuestro Padre. Usted es verdaderamente amado por Él. No es cuestión de elaborar esto en su mente, sino de decidir creer en lo que Dios dice.
Tome un momento y dígale al Señor: “Quiero conocer tu corazón. No puedo recibir una revelación de tu amor hacia mí a través de ninguno libro, ni de lo que alguien más me pueda decir, solo puede venir de ti. ¡Quiero mi propia revelación de tu amor, directamente de tu corazón, y que eso cambie para siempre mi relación contigo!”
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros…” 1 Juan 4:16. ¡Este es el día de experimentar el amor de Dios en su vida!
Alexandra Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 24 de julio, 2024
“Mi Señor”
“Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti.” Salmo 16:2.
El Salmo 16 contiene promesas y bendiciones tremendas (te animo a leerlo todo), pero quiero enfocarme especialmente en la frase “mi Señor”, en hebreo Adonai (Adon: Señor; ai: mío) que significa: “Soberano, amo, dueño, quien tiene el control”. Esta palabra hace alusión al derecho de Dios de ejecutar su voluntad según sus planes sin la más mínima posibilidad de que algo o alguien los impida.
La palabra Adonai tiene la particularidad de ser una confesión personal. Cuando decimos que Jesús es nuestro Señor, no debería ser solo una frase, sino que a través de nuestra vida deberíamos manifestar esta verdad.
En el Nuevo Testamento, que fue escrito en griego, el término kyrios tiene el mismo significado. En el tiempo de la iglesia primitiva, quien llamara Kyrios a Jesús se manifestaba rebelde al “kyrios” César, ya que todo ciudadano debía someterse a su voluntad. “Nadie puede servir a dos señores” dijo Jesús, y esto también aplicaba a la declaración pública de Jesús como el amo y dueño de la vida en oposición al César. A partir de aquí fue que tantos cristianos fueron martirizados por el imperio romano.
Que Jesús sea “mi” Señor no significa que Él esté a merced de mis deseos y deba moverse de inmediato para contestar todas mis peticiones. En ese caso, yo estaría tomando el lugar de adonai o kyrios… Cuando decimos “mi” Señor, estamos manifestando nuestra completa rendición a su voluntad, nuestro sometimiento a su gobierno, nuestra renuncia al control personal para ser controlados por el Espíritu Santo.
¿Realmente Jesús es tu Adonai? ¿Lo dices diariamente? ¡Tú eres mi Señor! ¡Existo para amarte, servirte y adorarte por toda la eternidad! Cuando lo puedes decir sinceramente y seguro de que es una realidad en ti, entonces también podrás decir: “No hay para mí bien fuera de ti.”
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 23 de julio, 2024
“Pero Dios… nunca llega tarde”
Recientemente recordé una preciosa canción que lleva por título: “Pero Dios…”. Una de sus estrofas dice: “Sé que tu corazón se está rompiendo, el dolor viene en oleadas. Donde quiera que miras parece que no hay paz. Tu visión ha sido cegada y nada tiene sentido. Intentas no rendirte, pero en cualquier momento podrías aceptar la derrota. Pero Dios… ve los milagros que están más allá de tu vista. Al final no hay otra respuesta que: ‘Pero Dios’”.
Piense por un momento en eso que le preocupa o le hace derramar lágrimas… Ahora déjeme recordarle estas dos palabras: “Pero Dios…”. Puede ser que usted no vea ninguna salida, pero Dios… tiene la última palabra.
Cuántas veces parecía ser el final de algo, pero Dios… llegó a tiempo. La Biblia está llena de ejemplos. Dios detuvo las aguas en un montón cuando parecía que su pueblo moriría a manos de los egipcios. La harina y el aceite comenzaron a multiplicarse cuando una madre y su hijo ya no tenían esperanzas de sobrevivir. Daniel fue arrojado a los leones, pero Dios cerró la boca de los animales. Cuando un grupo de atemorizados discípulos pensaron que morirían ahogados, el Señor reprendió al viento y a las olas y hubo una gran calma.
Dios sigue siendo el mismo y no se ha olvidado de usted. Esta es su promesa: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán. Pues yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.” Isaías 43:2-3.
Si permanece firme, confiando en Él y rechazando las mentiras del diablo que buscan convencerle de que ya no hay salida para su situación, entonces Dios le mostrará una vez más que nunca llega tarde.
Alexandra Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 22 de julio, 2024
“Necesito una señal”
“Y él respondió: Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.” Jueces 6:17.
Cuántas veces pedimos más señales que nos confirmen lo que Dios nos habló! Esta es tu señal: Dios existe, está a tu lado, tiene un propósito y lo cumplirá en tu vida. Es su promesa y está dada para todos los que creen en Él y le obedecen. Eres parte de los llamados por Dios para darle gloria. Entonces, toma decisiones que le honren y aprovecha los desafíos para tener más testimonios de su poder.
A veces nos paralizamos después de escuchar una palabra de Dios. Por supuesto, al principio, en su paciencia y misericordia Dios movilizará algunas circunstancias para ayudarnos a creer como lo hizo con Gedeón. Pero si ya hemos alcanzado cierta madurez en el camino del Señor, debemos dejar de lado las señales y empezar a actuar por fe.
Gedeón tenía al mismo ángel de Jehová enfrente de él y aun así le pidió una señal. ¿En serio? Bueno, el ángel hizo un milagro para ayudarle a creer. Pero Gedeón seguía inseguro, no sabía si debía enfrentar a los madianitas, entonces le pide otra prueba a Dios: “Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua” (vs. 36-38). Otro milagro. ¿Cuántos más?
Gedeón tenía este problema, siempre buscaba señales. Nunca creció su fe en este aspecto. Fíjate que al final de sus días le pidió al pueblo que le proveyera el material para hacerse un efod y tenerlo en su casa. Este atuendo solo lo usaba el sacerdote para determinar lo que Dios quería hacer. ¡Parecía que esto solucionaba el problema de las señales! Sin embargo, fue de tropiezo para su vida y para todo Israel. “Y todo Israel se prostituyó tras de ese efod en aquel lugar; y fue tropezadero a Gedeón y a su casa”. (Jueces 8:27).
Nunca olvides que a Dios le agrada la fe. “Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan.” (Hebreos 11:6).
A partir del descenso del Espíritu Santo, ya no son necesarias las señales para conocer la voluntad de Dios. De hecho, habrá señales, pero “le seguirán” a los que creen. (Marcos 16:17).
Hoy es día de avanzar por fe en lo que Dios te ha hablado. No dudes, Dios está contigo, obedece a su Palabra y sus promesas se cumplirán.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 21 de julio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“¿Qué tipo de terreno somos?”
“Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.” Mateo 13:3-9.
Las enseñanzas de Jesús son fáciles de comprender, pero a la vez nos llevan a pensar más profundamente. El Señor sembró la semilla de la Palabra de Dios en todo tiempo y lugar, pero no siempre produjo el crecimiento esperado. ¿Era culpa el sembrador? No. ¿La semilla no quería crecer? Tampoco. La variable más importante para evaluar si habrá buena cosecha o no es el tipo de terreno donde se siembra.
Jesús se tomó el tiempo de explicarles a sus discípulos el significado de esta parábola en los versículos 19 al 23. Cada suelo corresponde a un tipo de corazón.
Junto al camino: “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón” (v. 19). Este es el que solo escucha y no reflexiona sobre la Palabra, el oidor que no es hacedor.
En pedregales: “El que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (vs. 20-21). El que sigue el camino de sus sentimientos. Ante las burlas de los incrédulos, la presión de grupo, la pérdida de amistades o cuando todos sus deseos no son satisfechos, abandona el camino. No hay profundidad en su relación con Cristo.
Entre espinos: “El que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (v. 22). El que tiene como prioridad su carrera profesional, el trabajo, el dinero, los bienes materiales, la comodidad antes que su vida espiritual. Puede ganar el mundo pero al fin pierde su alma.
Buena tierra: “El que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (v. 23). El que abre su corazón para obedecer todo lo que dice Dios. Escucha la Palabra y enseguida busca al Señor para ayudarle a cambiar, a poner en orden sus prioridades. Vive como un verdadero hijo de Dios.
¿Qué tipo de terreno somos? De ello dependerá nuestro crecimiento y los frutos que vayamos a producir. No cambiemos al Sembrador, tampoco alteremos la semilla, trabajemos en nuestro corazón para que sea buena tierra.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 19 de julio, 2024
“Confiar y estar tranquilos”
“En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.” 2 Reyes 18:5.
Cuando Ezequías asumió como rey de Judá, el pueblo estaba apartado de Dios. Su padre Acaz tuvo mucho que ver con esto. Sin embargo, a pesar de su juventud y del mal ejemplo de su padre, él comenzó a buscar al Señor.
Su reinado no fue nada fácil. Además de limpiar a Jerusalén de la idolatría y volver a reestablecer a los sacerdotes a sus funciones de acuerdo a lo establecido por Dios, tuvo que resistir al poderoso ejército Asirio que ya había destruido al reino del norte y se había llevado cautivos a los israelitas.
En un momento de intensa presión, Ezequías oró a Dios y le pidió a Isaías que intercediera por el pueblo. Entonces el profeta le envió este mensaje: “Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Lo que me pediste acerca de Senaquerib rey de Asiria, he oído. Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; ni vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. Por el mismo camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé esta ciudad para salvarla, por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. Y aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová, y mató en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil…”. (2 Reyes 19:20,32-35).
¿Cuál fue el secreto de su victoria? El versículo es claro al decir que “en Jehová puso su esperanza”. La palabra que se traduce como esperanza en hebreo es batakj que significa “apresurarse a refugiarse, confiar, estar seguro, apoyarse, esperar, fiar, estar tranquilo”. Es poner toda nuestra confianza en Dios y estar seguros de que nos ayudará. No importa cuán difícil se vea la situación, podemos permanecer confiados.
¿Ezequías fue perfecto? La verdad que no. Se equivocó varias veces, pero se arrepintió a tiempo y Dios lo ayudó hasta el final de sus días. Incluso le dio quince años más de vida sanándolo de una enfermedad mortal.
No importa cuál sea nuestra historia, ni la situación que estemos enfrentando, si ponemos nuestra esperanza en Dios, Él puede cambiar todas las cosas. El Señor nunca te defraudará.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 18 de julio, 2024
“Respaldados por Dios”
“Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”. 1 Samuel 14:6.
Jonatán no se parecía en nada a su padre Saúl; tenía otra manera de ver las cosas y confiaba completamente en Dios. Mientras su padre estaba preocupado por mantener su puesto de rey, Jonatán estaba enfocado en ganar batallas para la gloria de Dios.
En cierta ocasión se atrevió a invadir al enemigo solo con su paje de armas. La manera en que decidió atacarlos fue irrisoria, pero creía en lo que Dios podía hacer. La declaración de Jonatán habla por sí misma: “No es difícil para Jehová salvar con muchos o con pocos”.
Para llegar a la guarnición filistea Jonatán cruzó un paso entre dos peñascos y su paje de armas se mantuvo detrás de él. “Y subió Jonatán, trepando con manos y pies, y seguido por su escudero, y empezó a luchar contra los filisteos; a los que caían delante de él, su escudero los mataba. En esa primera lucha mataron como a veinte hombres en un espacio reducido. Entonces el pánico se apoderó de todo el campamento… Los filisteos estaban tan confundidos que unos a otros se atacaban con sus espadas” (vs. 13-15,20).
¡Dios le dio la victoria a Israel porque dos personas confiaron en su poder! El Señor respaldó las palabras que Jonatán le habló a su escudero: “Ven, sígueme, porque Jehová los ha entregado en manos de Israel” (v. 12).
Dios sigue respaldando a los que confían en Él. Hay batallas que deberemos enfrentar solo con el Señor, y otras en las que tendremos que unirnos a otros. Jesús dijo: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:19).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 17 de julio, 2024
“Perdón primero”
“Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?” Mateo 9:5.
En cierta ocasión, cuatro amigos trajeron a un paralítico para que Jesús lo sanara. Como no podían pasar la cama por la puerta debido a la multitud, decidieron hacer un agujero en el techo y bajarlo por allí. De pronto, el paralitico se encontró cara a cara con Jesús. ¿Qué haría el Maestro? Conociendo al Señor lo sanaría… sin embargo le dijo: “Tus pecados te son perdonados”. Todos se quedaron en silencio por unos segundos y de repente se escuchó un murmullo: “¿Cómo….? ¿Qué dijo…?” Sí, lo que escucharon. No lo sanó inmediatamente, sino que le perdonó sus pecados.
Entonces comenzaron a mirarse unos a otros y a acusar a Jesús de blasfemo. “¡Solo Dios puede perdonar pecados!” En ese momento Jesús los interrumpe y les pregunta: “¿Qué es más fácil, decir tus pecados te son perdonados, o levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, mirando al paralítico le dijo: Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.” (v. 6). ¡Y el paralitico se levantó y comenzó a caminar! ¡Aleluya!
Jesús primero perdonó los pecados del paralitico y después lo sanó. El Señor dejó claro que el perdón de pecados es más importante que la sanidad. De nada sirve tener la mejor salud del mundo y perdernos en el infierno.
Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos, y sigue haciendo milagros. Pero primero es el Salvador, el que nos reconcilia con el Padre, el que nos da vida nueva y nos adopta como hijos de Dios. Siempre estaremos agradecidos al Señor por los milagros que hace en nuestra vida, pero no olvidemos que la obra más grande que se llevó a cabo en la cruz fue el perdón de nuestros pecados.
“Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 16 de julio, 2024
“Busca, clama”
“Clama a mí, y yo te responderé…”. Jeremías 33:3a
La palabra hebrea para clamar es cará que significa “invocar, llamar, nombrar, pedir, pregonar, proclamar, dar voces.” Evidentemente, un clamor no pasa desapercibido.
El clamor está relacionado con la pasión, el celo, la determinación de escuchar al Señor bajo cualquier circunstancia, pero también se refiere a la angustia que provoca el pecado y sus consecuencias, la tristeza por la desidia e indiferencia ante los llamados de Dios.
Quienes claman buscan alejarse de la mediocridad espiritual, son los que no se conforman con migajas pues saben que en la mesa del Padre hay pan que satisface verdaderamente al alma; son los que buscan agua de vida donde apagar su sed interior. Clamar a Dios es mucho más que un mero hábito de oración, es expresar con gran sentimiento lo que hay en nuestro corazón, pedir una intervención divina urgente.
Un conocido escritor del siglo pasado escribió: “El deseo da fervor a la oración. El alma no puede permanecer indiferente cuando algún gran deseo la inflama... Deseos fuertes producen oraciones fuertes. El descuido de la oración es la señal temible de la muerte de los deseos espirituales. El alma se ha alejado de Dios cuando el deseo por él ya no la impulsa a orar. No puede haber verdadera oración sin el deseo”.
Tal vez deberíamos comenzar pidiéndole a Dios que despierte el deseo de orar, de pasar tiempo con Él en su presencia.
Dios nunca fue indiferente al clamor de sus hijos. Siempre libró, obró milagros, proveyó, abrió puertas, trazó nuevos caminos, reveló secretos, pero lo hizo cuando se clamó con todo el corazón.
Su promesa no ha cambiado: “Si me buscan de todo corazón me hallaréis”. (Jeremías 29:13).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 15 de julio, 2024
“Preguntas para reflexionar”
“Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me responderás”. Job. 40:7.
Cuando atravesamos momentos difíciles necesitamos respuestas, queremos que Dios nos dé alguna explicación, esperamos entender lo que para nosotros no tiene sentido. Pero, ¿qué tal si Dios nos responde con más preguntas? ¿Tiene derecho a hacerlo? Claro que sí, lo hizo con Job.
¿Alguien más habrá atravesado las pruebas de Job? Seguramente alguna de sus pruebas, pero no sé si todas al mismo tiempo. Perder a sus hijos, su casa, todos sus bienes, su ganado y sus trabajadores, todo el mismo día. Además su cuerpo se cubrió de sarna de pies a cabeza. ¿No crees que era lógico que Job quisiera saber por qué?
Si lees el libro de Job te darás cuenta que Dios le respondió… ¡con preguntas! Ayúdame a contarlas. Creo que son 69. Déjame saber si se me escapa alguna. A veces no sabemos qué responder a una sola pregunta, imagínate a sesenta y nueve. ¿Por qué el Señor le respondió con tantas preguntas? Sin duda era para que Job reflexionara. Todas las preguntas de Dios conducían a una sola respuesta: ¡Señor, tú lo sabes todo!
Cuando no sepas lo que está sucediendo, cuando creas que el plan de Dios es defectuoso, cuando te parezca que la balanza de su justicia está desequilibrada, la única respuesta que puede traer paz a tu alma es saber que Dios sigue siendo Soberano y nada pasa sin que Él lo sepa.
Dios sabe lo que estás atravesando y las respuestas que estás esperando. Quizás su respuesta sean más preguntas. ¿Puedes confiar en mí? ¿Eres capaz de esperar que se cumpla mí tiempo? ¿Sabes lo que estoy haciendo en silencio? ¿Sabes que mi propósito es salvar antes que condenar? El Señor nos hace reflexionar para que le respondamos con fe: ¡Señor, tú lo sabes todo!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 14 de julio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Majestuoso y poderoso”
“Cantad salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.” Isaías 12:5.
El capítulo 12 de Isaías está escrito desde el corazón de un adorador; y nos motiva a alabar al Redentor de la humanidad por sus hechos magníficos.
La palabra “magnífica” en hebreo es gueut que significa “braveza, magnificencia, majestad, engrandecer”. Una palabra apropiada para describir a un Rey en todo su esplendor y majestad. Así lo expresa también el Salmo 93:1: “Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.”
Los salmos describen la grandeza de Dios. Las canciones de los salmistas nos hacen recordar las cosas magnificas que siempre ha hecho, a tal punto que renuevan nuestra fe y nos animan a seguir esperando cosas grandes del Señor.
Observa las palabras del rey David en reconocimiento a la magnificencia de Dios: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”. 1 Crónicas 29:11-12. ¡Magnífico es nuestro Dios!
¿Puedes ver a Jesús en toda su majestad? No podemos quedarnos únicamente con la imagen de la cruz porque solo estuvo unas horas allí para consumar su obra salvadora. Él resucitó y el Padre lo exaltó hasta lo sumo para reinar por los siglos de los siglos.
Cuando Juan vio la magnificencia de Jesús cayó como muerto. Observa la descripción que hizo el apóstol: “Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro, y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza. Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén”. (Apocalipsis 1:12-18). ¡Aleluya!
¿Estás maravillado ante su presencia y sus hechos? ¡Que glorioso es nuestro Salvador! ¡Cómo no exaltarlo siempre! Toma tiempo hoy para alabarlo porque solo Él es digno de nuestra adoración.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 12 de julio, 2024
“Continúa con tu misión”
“Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos”. 1 Samuel 8:6-7.
Samuel fue un profeta que cumplía al pie de la letra todo lo que Dios le decía, pero eso no significaba que todas las personas aceptaran su liderazgo sin quejarse. Después de muchos años de ser dirigidos por este fiel hombre de Dios, el pueblo le pide un rey “como tienen las demás naciones”. Ya no querían ser dirigidos por Samuel, ahora querían lo que tenían los otros países, sin importar si era bueno o malo.
“Pero no agradó a Samuel esta palabra”. Ponte en sus zapatos. Después de invertir su vida en guiar y cuidar al pueblo, ahora simplemente lo desechan. Frente a esta situación, lo mejor que pudo hacer el profeta fue ir a Dios y expresarle lo que sentía. La respuesta fue muy significativa: “No te han desechado a ti sino a mí”. En otras palabras: “No lo tomes como algo personal, esta petición significa que ya no quieren que reine sobre ellos. Dales lo que quieren”. El resto es historia. Israel muy pocas veces disfrutó de reyes compasivos, bondadosos y espirituales.
A veces nos sentimos identificados con Samuel cuando hablamos de Cristo con amor y nos rechazan, cuando nos brindamos con todo nuestro ser y nos devuelven mal. Sí, oramos como Samuel y le manifestamos toda nuestra tristeza, frustración, enojo e impotencia a Dios. La respuesta será la misma: “No lo tomes como algo personal, no te están rechazando a ti sino a mí”.
¿Qué hizo Samuel después de escuchar a Dios? Siguió siendo fiel, sabía que su misión terminaría solo cuando Dios se lo dijera. Muchos años después, cuando Saúl ya reinaba sobre ellos, Samuel dijo: “Lejos estará de mí pecar contra el Señor dejando de rogar por ustedes; al contrario, me comprometo a instruirlos en el camino bueno y recto”. (1 Samuel 12:23).
No desmayes por la opinión que otros tengan de ti. Mantén tu corazón sano. Continúa con tu misión escuchando solo a Dios. Espera en la justicia divina, pero sobre todo en su misericordia. Un día delante del tribunal de Cristo escucharás al Señor decir: “Bien buen siervo y fiel”.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 11 de julio, 2024
“Virtudes”
“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. 2 Pedro 1:5-7.
En este pasaje se nos exhorta a revisar nuestras virtudes cristianas y a desarrollarlas si acaso no mostramos señales claras de crecimiento. A la fe inicial, la que comenzamos a desarrollar desde el mismo momento en que entregamos nuestra vida a Cristo para que sea nuestro Salvador y Señor, debemos “añadirle” otras virtudes.
La palabra griega para añadir es epijoregeo que significa “sumar a lo que está, suplir completamente, contribuir a lo establecido”. Aplicado al contexto de este versículo, significa desarrollar una virtud mediante el ejercicio de otra. En la antigüedad se usaba la palabra epijoregeo cuando se buscaba ensamblar las voces de un coro para que suenen en perfecta armonía.
Pedro usa esta palabra para exhortarnos a ensamblar todas las virtudes cristianas de modo que resulten en perfecta armonía. De nada sirve tener una voz principal excelente si el resto del coro desafina. Podemos tener mucho conocimiento, pero si no “entonamos” bien en el amor, sonamos como címbalo que retiñe.
Te invito a que tomes un tiempo para analizar cómo están “sonando” tus virtudes y cuáles de ellas tal vez necesitan ser perfeccionadas. Si somos sinceros, sabremos exactamente en qué debemos crecer.
Permítele al Espíritu Santo obrar en tu vida. No cierres tus oídos a su voz y sigue creciendo.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 10 de julio, 20245
“Gracia en lugar de enojo”
“Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?” Jonás 4:2-4.
La palabra “enojo” usada aquí, en hebreo es kjará, significa “arder de cólera, airarse, encenderse, encolerizarse, ensañarse, inflamarse”. ¿Has experimentado alguna vez este sentimiento? Para qué entrar en detalles… A veces nos parecemos a Jonás cuando las cosas no se hacen como nosotros queremos.
Entonces Dios le respondió a Jonás con una pregunta: “¿Haces tú bien en enojarte tanto?” ¡Wow! ¿Qué pasaría si el Señor nos hiciera la misma pregunta hoy? La respuesta debería ser: No. Cada vez que nos enojamos como Jonás, solo podemos esperar consecuencias negativas.
Al final del relato, Dios prepara una lección objetiva para el profeta a través de una calabacera y le enseña que Él nunca dejará de mostrar compasión por el ser humano perdido. Por lo tanto, si era misericordioso con Israel a pesar de sus rebeldías, también podía serlo con otros pueblos que se encontraban en la misma posición. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23).
La gracia de Dios está más allá de nuestro entendimiento. No nos toca a nosotros decirle a Dios cómo debe actuar; mucho menos cuando nosotros somos objeto de su misericordia diariamente.
Te pregunto, ¿albergas ira en tu corazón? Renuncia a ella en favor del perdón. Deja que el Espíritu Santo cambie lo que sientes. Con cada paso de obediencia que damos, la paz de Cristo aumentará y la ira desaparecerá.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 9 de julio, 2024
“¿Cuál es tu decisión?”
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. Josué 24:15.
Josué tuvo la misión de guiar al pueblo de Dios a la conquista de Canaán. Al final de sus días reunió a los líderes y al pueblo y les exhortó a tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con lo que Dios les había mandado. Los enemigos externos habían sido derrotados y la tierra les pertenecía, pero había que atacar a los enemigos internos, los más peligrosos, los que se infiltran sigilosamente y nos apartan de Dios.
Muchas veces el pueblo de Israel escuchó más la voz de Satanás que la de Dios. El diablo siempre actúa con astucia para que miremos y hagamos lo que hacen los demás antes que la voluntad de Dios. “Si la mayoría lo hace, no debe estar mal”, un pensamiento tan viejo como la idolatría en Israel. Dios nunca dijo que hagamos lo que hace la mayoría, sino que le obedezcamos a Él.
Josué lo tenía muy claro y se lo dijo al pueblo sin reparos: “Ustedes hagan lo que quieran y afronten las consecuencias de sus decisiones… pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
No sé qué harán los demás. No sé si mis amigos o familiares irán a la iglesia, pero nosotros hemos tomado la decisión de seguir a Jesús y serle fieles en todo. Tal vez otros retrocedan y se aparten, nosotros no, seguiremos firmes. Incluso muchos puedan seguir a Jesús de manera nominal, cumpliendo solo con la asistencia a un servicio una hora por semana. Nosotros no, hemos dedicado nuestras vidas enteras a Jesucristo. Otros serán espectadores; pero nosotros no, serviremos a Dios en cualquier cosa que nos pida. Tal vez seamos los únicos, tal vez en algunos momentos nos encontremos solos, pero sabemos en Quién hemos creído, confiado y a Quién hemos rendido nuestras vidas.
Y tú, ¿puedes decir lo mismo que Josué?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 8 de julio, 2024
“Hacedor y Formador”
“Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.” Isaías 44:2.
Dios no se apartó del mundo después que lo creó. Es una herejía pensar que Dios dejó funcionando al mundo y lo abandonó completamente. En la Biblia podemos leer muchísimos pasajes que hablan de las intervenciones permanente de Dios y cómo está llevando a cabo sus planes.
Sin embargo, cuando Israel era disciplinado por sus pecados, pensaban que Dios los olvidaría para siempre, que ya no tendrían oportunidad de recuperar lo perdido. ¡Pero Dios nunca abandona a su pueblo! Y se lo hizo saber a través del profeta Isaías. Si Israel se humillaba y se alejaba de sus malos caminos Dios actuaría con misericordia, gracia y perdón porque era su “Hacedor”.
La palabra hebrea para Hacedor es Asá, que significa: “El que actúa, administra, aprovecha, cambia, concede, construye, dispone, consuma, ejecuta, crea, cumple, designa, favorece, que se ocupa, ordena, el que trabaja con sus manos”. ¡Wow! ¡Que Dios tan activo tenemos! No hay nada que Él no pueda hacer.
La palabra “Asá” está acompañada por la palabra “Formador”, que en el original hebreo significa “moldear; dar forma como el alfarero”. Observa que Isaías dice que Él es nuestro Formador desde el vientre de nuestra madre. Él nos dio características especiales que nos hacen únicos para su gloria, y no solamente en el aspecto físico, sino también en nuestra personalidad. Nos creó con un propósito y ha intervenido siempre para que sus planes se cumplan en nosotros.
No creas que estamos terminados ni mucho menos. Como el Alfarero, Dios nos sigue formando momento a momento. Puede ser que en este mismo instante esté usando situaciones complejas, difíciles de entender, pero Él sabe exactamente lo que está haciendo, y siempre es bueno. No te ha abandonado.
Dios conoce tu situación y quiere ayudarte. Da lugar a su amor, cuidado, fuerza y visión renovada. ¡Él es tu Hacedor y Formador! Por eso, aplica lo que dice Isaías a tu corazón: ¡No temas, porque Él te ha escogido y cumplirá lo que ha planeado para ti!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 7 de julio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Hay que animarse”
“En el séptimo año se animó Joiada, y tomó consigo en alianza a los jefes de centenas… Y toda la multitud hizo pacto con el rey en la casa de Dios. Y Joiada les dijo: He aquí el hijo del rey, el cual reinará, como Jehová ha dicho respecto a los hijos de David.” 2 Crónicas 23:1,3.
Atalía, hija del perverso rey Acab, cuando vio que su hijo Ocozías había muerto, ¡mandó matar a todos sus nietos y se autoproclamó reina de Judá! Después de este inicio, imagínate el resto. Idolatría, violencia, injusticia, corrupción, y toda transgresión a la ley de Dios estaban a la orden del día. Pero había una esperanza…
Josabet, una hermana del rey, escondió a un hijo de Ocozías en el templo. Era el único sobreviviente con sangre real para ascender al trono. Lo ocultaron allí por seis años y al fin, Joiada “se animó”.
La palabra animarse en hebreo es kjazác que significa “valentía, obstinarse en reparar, conquistar; alentarse, ceñirse, empuñar, hacerse fuerte, resistir, estar resuelto”. Hoy en día diríamos “ponerse las pilas”, actuar decididamente. La resolución de Joiada cambió la historia. Él “se animó” a ordenar las cosas de acuerdo con la Palabra de Dios. Había que tomar una decisión muy difícil: eliminar a la reina impostora y a todo su séquito para reestablecer el trono a la descendencia de David, y lo hizo. “Entonces Joiada hizo un pacto con todo el pueblo y con el rey, de que ellos serían el pueblo del Señor” (v.16).
Después de esto todo el pueblo entró en el templo de Baal y lo derribaron, y también sus altares; e hicieron pedazos sus imágenes. Entonces Joiada restituyó a los sacerdotes y levitas a sus funciones y puso también porteros a las puertas de la casa de Dios para que no permitieran que entrara nada inmundo. Y finalmente, sentaron al rey en su trono. Leemos en el v. 21 que “se regocijó todo el pueblo del país; y la ciudad estuvo tranquila”.
Los cambios vinieron porque uno se animó. Alguien no estuvo de acuerdo con que se siguiera ignorando la voluntad de Dios. Hoy el Señor sigue buscando a los Joiadas contemporáneos que se animen a enfrentar el statu quo espiritual actual. Hombres y mujeres que quieran reestablecer los principios de la Palabra de Dios en sus hogares, iglesias, y en todo lugar en donde el Señor les permita ejercer influencia.
Solo cuando ponemos las cosas en el orden que estableció el Señor, gozaremos de la paz y las bendiciones que nos prometió Dios.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 5 de julio, 2024
“Rodeados con cánticos de liberación”
“Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; con cánticos de liberación me rodearás”. Salmo 32:7.
¡Qué descanso trae a nuestra alma saber que hemos sido perdonados por Dios! Esta es la declaración de David en este salmo. Son muy bienaventurados aquellos que han sido justificados. Ahora sabemos que Dios puso nuestros pecados sobre Jesucristo en el Calvario y nos liberó del peso de la culpa.
David nos dice que Dios era su “refugio”. Esta palabra en hebreo es séter que significa “bajo cubierta, escondedero, esconder, oculto, rodear, secretamente”. Cuando los susurros maliciosos del diablo o recuerdos de nuestra vieja y pecaminosa historia vienen a nuestra mente, estamos escondidos, protegidos bajo la cubierta de la cruz. Ahora Dios ya no nos ve como injustos, sino como sus hijos. ¡Él mismo es nuestra protección!
Dios nos guarda de la angustia y otras veces en la angustia. Cuando enfrentamos situaciones difíciles o consecuencias de decisiones pasadas, Dios guarda nuestro corazón. El Espíritu Santo siempre tiene una palabra reconfortante, una promesa que aplica a nuestra situación que nos levanta y nos ayuda a seguir adelante.
Somos rodeados con cánticos de “liberación”. En hebreo esta palabra es palát que significa “librar, guardar, libertar, salvar, dar seguridad”. El Espíritu Santo nos envuelve no solo con pensamientos de justicia sino también con cánticos de alabanza. Muchas veces nos trae a memoria alguna canción que hemos aprendido en la iglesia que nos recuerda lo que Cristo hizo por nosotros. Cuando alabamos a Dios estamos recordando sus grandes obras. “¡Grande y Fuerte es nuestro Dios!” ¡Eres Todopoderoso, eres Grande y Majestuoso!” “¡Te doy gloria, gloria, a ti Jesús!”
Este Salmo termina así: “Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.” (v. 11). Le alabamos y nos gozamos por la maravillosa seguridad que llena nuestro corazón: Somos hijos de Dios.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 4 de Julio, 2024
“Alimentarnos de Jesús”
“Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.” Juan 6:57.
Jesús siempre nos dijo toda la verdad, nunca nos ocultó información. Ser un discípulo del Señor implica apropiarse de todo lo que es Jesús. Sin embargo, “muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él” (v. 66) cuando escucharon esta palabra. Hoy sigue pasando lo mismo.
Jesús dijo que debemos “comerlo”. ¿Qué significa esto? Alimentarnos de Él; cuando lo hacemos somos transformados, nos da su mismo corazón y se fortalece nuestra relación con Él.
A Jesús hay que incorporarlo en todas las áreas de nuestra vida. El Señor debe estar presente en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, cuando fijamos nuestras metas y ordenamos nuestras finanzas, debe estar presente en nuestros momentos de ocio y descanso, en la iglesia, en nuestra casa. Jesús debe ser el centro de nuestros pensamientos, el forjador de nuestra conducta, el transformador de nuestros hábitos. Debemos incorporar a Jesús a nuestra vida a tal punto ¡que nos confundan con Él!
Hubo muchos discípulos que solo querían el “pan” de Jesús, su provisión, sus milagros, pero esto de comerlo todo el tiempo… era demasiado. “Un poco está bien, pero todo el tiempo…”. Eran clientes, no discípulos. Las cosas no han cambiado mucho.
No podemos tomar algo de Jesús y otro poco del mundo, un poco de las cosas de Dios y otro poco de las filosofías del sistema. La verdad es que el Señor nos llama a tomar una decisión, es Jesús o nada. Vida eterna o muerte eterna irreversible.
A la multitud le gusta seguir a Jesús hasta que llega el momento de rendirlo todo a Él, entonces muchos se alejan. Pero los verdaderos discípulos son los que dicen: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (vs. 68-69).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 3 de julio, 2024
“Prosperado en la cárcel”
“No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.” Génesis 39:23.
¡Qué impactante es la vida de José! Desde que Dios le habló en su adolescencia acerca de la posición de liderazgo que ocuparía, nunca dejó de depender del Señor a pesar de las circunstancias. Fue aborrecido por sus hermanos, vendido a unos mercaderes, comprado por Potifar en Egipto para servirle como esclavo, acosado por la mujer de su amo y llevado preso por las acusaciones falsas de esta mujer, y aun así nunca perdió su temor a Dios y se mantuvo fiel a los principios divinos.
No había ni un vestigio de esperanza de que José pudiera salir de esa prisión. ¿Qué haría el resto de su vida en una cárcel de máxima seguridad? Deprimirse, vociferar tras las rejas que era inocente, que la vida era injusta y que odiaba a todo el mundo. No, el hijo de Jacob era diferente.
Me hubiera gustado tener más detalles de sus días en la cárcel, pero puedo imaginarme a José calmando peleas y discusiones entre sus compañeros de celda; animando al deprimido; haciendo más del trabajo que se le asignaba. Su comportamiento sin duda fue ejemplar porque llamó la atención del administrador de la prisión que pronto le delegó varias responsabilidades; prácticamente era el líder de ese despreciable lugar.
A través de su historia podemos reconocer varios motivos por los que marcaba una diferencia:
José era un joven temeroso de Dios y fiel. Ninguna circunstancia le hizo desviar su mirada del Señor.
En segundo lugar, Jehová estaba con él. José vivía bajo la presencia de Dios continuamente. Pienso qué diferente serían nuestras vidas si viviéramos momento a momento conscientes de la presencia de Dios alrededor nuestro. Cuántas cosas veríamos de manera diferente.
Y por último, Jehová lo prosperaba. No me refiero a dinero. De hecho, en la cárcel no se le pagaba a nadie ni podían recibir cosas valiosas. Entonces qué significa que era prosperado. La palabra hebrea usada aquí es tsalákj que significa “empujar hacia adelante, acometer, éxito, lograr”. ¡Dios movía a José hacia adelante para cumplir los planes que había trazado para él! En todo lo que hacía se veía la mano de Dios.
Cuántas lecciones valiosas aprendemos al estudiar la vida de José. Pero quiero recordarte que tienes al mismo Dios, poderoso para mantenerte fiel a Él y ayudarte a través de las situaciones difíciles que debas enfrentar para que sus propósitos perfectos se cumplan en tu vida. Decide confiar y apoyarte en Él cada día y lo verás hacer grandes cosas.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 2 de julio, 2024
“Conservarnos en el amor”
“Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.” Judas 1:21
Cuando era adolescente, fui a ayudar a un familiar que había comprado un campo y necesitaba remover la tierra para hacer un pequeño huerto. Mientras cavaba, por el ruido, creí que había tocado algún elemento de vidrio, entonces las personas que estaban conmigo me dijeron que me detuviera y tratara de sacar con cuidado lo que estuviera enterrado. Para nuestra sorpresa era una botella de salsa de tomate que estaba intacta, y según los campesinos, lista para usarse. No sabíamos cuánto tiempo había estado allí, pero la manera de prepararla y cerrarla herméticamente la había conservado en perfecto estado.
Judas, el hermano de Jesús, escribe esta pequeña epístola exhortándonos a “conservarnos” en el amor de Dios. Esta palabra en griego es teréo y significa “guardar de pérdida o daño, preservar, mantener custodiado, reservar”.
Vivimos en un mundo corrompido, donde diariamente estamos expuestos a diferentes “agentes contaminantes” que quieren destruir lo que Dios ha depositado en nuestro corazón, por eso el Señor nos ha provisto de un conservante extraordinario: su amor eterno. Ese amor se cree, se recibe, se vive y se experimenta diariamente, de esa manera podemos preservar lo que nos ha sido dado.
No te canses de proteger lo que Dios te ha regalado. Evita lo que puede contaminar tu corazón. Pablo le dijo a Timoteo: “Consérvate puro” (1 Ti. 5:22). Sí, es la misma palabra griega. Si nos enfocamos en mantenernos puros, el diablo tendrá menos oportunidad de corromper nuestro corazón.
Pasa tiempo en la presencia de Dios, y si te das cuenta de que algo está interfiriendo tu relación con Él, toma la decisión de quitarlo de tu vida. Consérvate en el amor de Cristo porque la eternidad está más cerca de lo que imaginas.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 1 de julio, 2024
“En días de adversidad”
“¿Por qué he de temer en los días de adversidad, cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?” Salmo 49:5.
Hay días que quisiéramos que nunca lleguen. Preferimos escondernos, irnos al otro extremo del mundo y no tener que lidiar con los problemas que se avecinan o desafíos que parecen superarnos. A esos días el salmista los define como “de adversidad”. En hebreo es la palabra rah que se traduce primeramente como “malo”, sin embargo tiene muchas acepciones que detallan como pueden ser esos días: “Aflicción, agravio, calamidad, calumnia, desastre, desgracia, difícil, doloroso, duro, fastidioso, injusto, malestar, malicia, molesto, penoso, terrible, triste”. Creo que todos hemos pasado algún “día de adversidad”, pero ¿cómo lo afrontamos?
A los días de adversidad hay que enfrentarlos en oración. Dios puede mostrarnos el propósito por el cual enfrentamos esa época difícil y la salida que tiene preparada. “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. (Jeremías 33:3).
A los días de adversidad hay que enfrentarlos con fe. El salmista se pregunta: ¿Por qué he de temer? No está diciendo que tiene temor, sino que se dice a sí mismo: “No tienes por qué sentir miedo. ¡Vives bajo el cuidado de Dios! Cuántas veces el Señor intervino en una situación que parecía no tener solución.
A los días de adversidad hay que enfrentarlos con valentía. Son días que sirven para saber cómo está nuestra fe, nuestra dependencia, nuestro sometimiento a los propósitos perfectos de Dios. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. (2 Timoteo 1:7).
A los días de adversidad hay que enfrentarlos con el poder del Espíritu Santo. Todos los recursos que necesitamos para vencer vienen de Él. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Zacarías 4:6)
Recuerda que hemos sido redimidos por Cristo, le pertenecemos a Él y ha prometido estar con nosotros todos los días. Nuestras vidas están en sus manos. “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza”. (Salmo 62:5).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 30 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Perfil de ungido”
“Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”. 1 Samuel 16:6-7.
Samuel era un hombre de Dios, consagrado a Él desde antes de nacer. Desde niño supo escuchar a Dios y obedecerlo. Su mayor deseo era agradarlo en todo. Sin embargo, era un ser humano con debilidades e imperfecto como tú y yo. El pasaje que acabas de leer nos muestra el momento en donde debió aprender una importante lección.
Samuel había ido a la casa de Isaí por mandato de Dios. En ese hogar encontraría al próximo rey de Israel. Entonces comenzaron a pasar delante de él los siete hijos de Isaí, uno más apuesto que el otro, de buena estatura, músculos desarrollados, tal vez con voces potentes. Al llegar el primogénito, Samuel pensó: ¡Este es el ungido de Dios! Tenía todo el biotipo para serlo, pero Dios estaba viendo el “cardiotipo” (permíteme inventarla). Al Señor le importaba el corazón.
Ninguno de ellos era el elegido por Dios. Samuel se sentía desconcertado. Entonces le preguntó a Isaí si tenía más hijos, y la respuesta fue: “Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él…” (v.11). Y así fue que esperaron hasta que viniera David, el “descartado”. Y cuando llegó David, Dios le dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David…” (vs. 12-13).
¿Existen estereotipos para reconocer a los ungidos de Dios? ¿Cómo deberían ser? ¿Bien vestidos y bien peinados, con el ceño fruncido, con voz fuerte, que usen un vocabulario grandilocuente y que tengan muchos “seguidores”? En serio, ¿cómo deberían ser?
Para Dios hay un solo punto importante: Tener un corazón como el suyo, lo demás es secundario. Incluso la capacitación, ya que el que está ungido por Dios, también es capacitado por su Espíritu y los resultados son evidentes en su vida. “Por sus frutos los reconoceréis”, nos advirtió el Señor Jesús.
Los que tienen un corazón como el de Dios son humildes, reconocen sus propias necesidades ante Él, se muestran humanamente vulnerables pero divinamente poderosos, viven lo que predican, actúan como lo haría Jesús, están alerta ante cualquier pecado en sus vidas y buscan crecer en santidad. Algunos predican desde un púlpito, otros mientras trabajan, estudian, conversan con amigos, crían a sus hijos o suplen necesidades para la gloria de Dios.
Dios sigue buscando personas como David, con corazones sensibles y deseosos de obedecerle. ¿Eres tú a quien el Señor está buscando?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 28 de junio, 2024
“Nunca es en vano”
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. 1 Corintios 15:58.
Todo lo que hacemos en el Señor tiene repercusión en la eternidad. Diariamente hacemos muchas cosas sin pensar en el impacto que pueden tener esas acciones. Ayudamos a un compañero de trabajo para que haga mejor su tarea, invitamos a un amigo a un café para animarlo, le damos un abrazo sincero a alguien que sufrió una pérdida irreparable, le hablamos con amabilidad a alguien que está alterado, y un sinnúmero de cosas que hacemos porque somos movilizados por el Señor.
Qué bueno es recibir una palabra de gratitud aunque no la busquemos; pero lo cierto es que son más las veces que recibimos un mal por el bien que hicimos, un desprecio en vez de una recompensa, o indiferencia en lugar de reconocimiento, cosas que nos pueden desanimar a seguir haciendo el bien. Por eso la Palabra nos anima a no desmayar. “Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer el bien” (2 Tesalonicenses 3:13).
Por ahora no sabemos cómo y cuánto hemos afectado a otros con el bien que les hicimos, pero hay un día señalado en el que sabrás que tu trabajo en el Señor no fue en vano. Lo que estás haciendo dirigido por el Señor tiene recompensa eterna. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:12.
Tomemos en cuenta el consejo del apóstol Pablo, “sigamos firmes y constantes”. ¡No te desanimes! El Señor te está mirando y sabe exactamente todo lo que has hecho por amor a Él.
“Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”. 2 Crónicas 15:7.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 27 de junio, 2024
“Preparados para el examen”
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4.
En mis años de escuela secundaria tenía un compañero que sobresalía en todas las materias. Siempre sacaba diez en los exámenes. Nunca se inmutaba por un examen sorpresa, examen parcial o final, es más, parecía disfrutar el momento de la evaluación mientras todos los demás nos llevábamos las manos a la cabeza. Es que Raúl estudiaba y sabía lo que sucedería al final de cada prueba.
¿Y nosotros? ¿Podemos estar tranquilos mientras atravesamos tiempos de pruebas? Santiago dice que sí, es más, que debemos procurar alcanzar el máximo gozo. La palabra “sumo”, pas en griego, significa “el todo, completo”. ¿Cómo alcanzar esto? Bueno, Raúl diría que “hay que prepararse para la prueba”, y de esa manera estaremos seguros y tranquilos.
No estoy seguro de que nos hayan enseñado mucho acerca de “prepararnos para”. Es más fácil “reprender al diablo” para que no tengamos pruebas y tentaciones que asumir que vamos a pasarlas. Ejercemos toda nuestra fe para proclamar que “ese examen” no nos llegará, pero cuando llega, nuestra fe se tambalea.
Necesitamos entender que las pruebas van a llegar, por lo tanto, debemos prepararnos para enfrentarlas. ¿Cómo? Estudiando la Palabra de Dios. El Espíritu Santo nos recordará todas las promesas de Dios de las que podemos echar mano para atravesarlas con éxito. Sin su Palabra no estaremos seguros y tampoco podremos conocer el o los propósitos que Dios espera cumplir en nuestra vida a través de esa situación.
También debemos afianzar nuestra relación con el Señor a través de la oración. Si vamos a esperar a que llegue la prueba para orar, estaremos en peligro. Los creyentes que pasan con gozo una prueba han permanecido en oración cada día y se han preparado para cualquier contingencia.
Las pruebas no durarán para siempre, pero como dijo el apóstol Pablo en 2 Corintios 4:17, gracias a ellas, Dios nos llenará de la gloria que dura para siempre.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 26 de junio, 2024
“¡Ensancha mi corazón!”
“Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar.” 1 Reyes 4:29.
Todos sabemos que Dios le dio a Salomón sabiduría e inteligencia extraordinarias, pero quizás no hemos puesto atención a que también le dio “anchura de corazón”.
La persona que tenía un “corazón ancho” tenía una visión correcta de las cosas, sabiduría para ser aplicada en el momento oportuno y disposición para amar como Dios amaba.
Lo contrario a esto es tener un corazón estrecho. Muchas cosas pueden llevar a alguien a estrechar su corazón; pueden ser experiencias desagradables del pasado, miedo a la desilusión, vergüenza. Estas y otras cosas le roban el lugar a la esperanza, la generosidad, la paciencia que ayudan a ensanchar el corazón.
Cuando le entregamos nuestra vida a Cristo comienza un proceso de transformación (Ezequiel 36:26). Él comienza a ensanchar nuestro corazón para llenarlo con su amor (1 Juan 4:18).
El corazón ensanchado nos permite aplicar más y mejor la Palabra de Dios a nuestra vida. En el Salmo 139:32 leemos: “Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón”. Estas palabras nos dan a entender que con un corazón ancho es más fácil vivir bajo los mandamientos de Dios.
El corazón ensanchado puede amar más allá de los límites humanos. El apóstol Pablo lo expresó a sus hijos espirituales de esta manera: “Nuestra boca se ha abierto a vosotros, oh corintios; nuestro corazón se ha ensanchado.” (2 Co. 6:11). Este hombre de Dios podía amarlos de manera incondicional, abnegada, constante, porque tenía el corazón abierto para que el Señor lo llenara de su amor por ellos.
No es suficiente la inteligencia y la sabiduría, el Señor quiere que tengamos su mismo corazón, sensible, dócil, atento a las necesidades y a amar como Él nos ama. Pidámosle hoy al Señor que ¡ensanche nuestro corazón!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 25 de junio, 2024
“Como el rocío”
“Yo seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como el Líbano.” Oseas 14:5.
Las metáforas que Dios usa para revelarse a su pueblo como su Sustentador son maravillosas. Israel había visto muchas veces intervenir al Señor en tiempos de sequía enviando lluvias torrenciales, o con granizo para proteger al ejército de Israel de sus enemigos, pero ahora Dios se manifiesta como el “rocío” para Israel.
Durante unos seis meses al año, llueve muy poco en Tierra Santa, pero siempre cae un rocío que riega la vegetación. Los israelitas decían que cuando había sequía, gracias al rocío se engrosaban las uvas para tener una buena cosecha y mantener fuertes y sanas a las plantas y los árboles.
Por eso Dios le recuerda a su pueblo que Él será como el rocío, no importa la temporada, serán refrescados y renovados para que puedan crecer y producir frutos. Y añade que “florecerán como el lirio” y les dará estabilidad porque sus raíces serán como las de los cedros del Líbano.
A veces queremos solo un par de lluvias mensuales de Dios, pero Él quiere relacionarse con nosotros diariamente porque sabe que sin su “rocío” nos secamos.
No esperes a que los problemas te agobien o las circunstancias te desestabilicen, ve al Señor, deja que te refresque, que renueve y aliente tu corazón cada día. La acción de su Espíritu Santo sobre ti producirá vida y crecimiento.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 24 de junio, 2024
“Síndrome del Hermano Mayor”
“Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”. Lucas 15:31-32
La parábola del hijo prodigo podemos dividirla en dos. En los versículos 11 al 25 se encuentra la historia del hijo menor que se fue de la casa y finalmente regresó arrepentido después de haberlo perdido todo. Y del versículo 25 al 31 tenemos la historia del hermano mayor que se enojó muchísimo por la fiesta que el padre había organizado para celebrar el regreso de su hermano.
¿Alguna vez te sentiste inquieto al ver que el Señor bendecía abundantemente a alguien que acababa de conocerle, y tú seguías esperando por algo que le habías pedido hace mucho tiempo? Si es así, pude ser que hayas sufrido el “Síndrome del Hermano Mayor”. Estos son algunos de los “síntomas”:
a. Enojo: Disgusto por la alegría de la familia espiritual al celebrar “demasiado” el regreso de un perdido.
b. Enfoque en sí mismo. Solo puede dar gracias por las bendiciones que él recibe.
c. Superioridad: Creer que sus acciones son mejores que las de los demás y merece una mejor recompensa.
d. Pérdida de la memoria: Olvida todos los beneficios recibidos.
e. Desprecio: Se aleja y juzga a los que el Padre ha aceptado.
Al juzgar incorrecto que Dios bendiga a alguien, estamos creyendo que Él se equivoca y que no debería mostrar tanto amor y misericordia con algunos, olvidándonos así que nosotros seguimos siendo objeto de su amor y misericordia aunque no lo merecemos.
Dios espera que nos gocemos por los perdidos restaurados, por los pecadores perdonados y bendecidos, por los descarriados que han vuelto a casa, y que participemos de la fiesta.
¡Celebra las bendiciones que el Padre da a otros y gózate por su gracia abundante!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 23 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Hay fuerza en el Espíritu”
“Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.” Jueces 14:6.
Cuando mi hermano José y yo éramos niños, mi papá nos contaba…, mejor dicho, dramatizaba para nosotros el relato de la historia de Sansón. Nos parecía estar dentro de la escena, siendo testigos de la hazaña de este hombre. ¡Tremenda fuerza la de Sansón! Sin embargo, mi papá siempre nos recordaba que su fuerza venía del Espíritu Santo.
¿Y si Sansón no era tan musculoso como lo presentan las ilustraciones bíblicas o en las películas? La verdad es que no necesitaba músculos para deshacer a un león. Cuando la ocasión lo requería, el Espíritu Santo venía sobre él y hacía lo que humanamente era imposible. Al final, la gloria y el poder eran de Dios, no de los músculos ni del pelo de Sansón.
Pero él no fue el único que mató a un león con sus manos, también lo hizo David, incluyendo a un oso (1 Samuel 17:34-36). El pastor de ovejas no tenía el pelo largo como Sansón, y al parecer no tenía músculos muy marcados. De hecho, Goliat lo menospreció y se burló de él. Sin embargo, fue el Espíritu Santo el que lo capacitó para vencer a estos animales y también para cumplir con sus tareas como rey.
Hoy, el mismo Espíritu de Dios habita en nosotros desde el momento que aceptamos a Cristo como nuestro Salvador. Obviamente que no hace residencia en nuestras vidas para que vayamos destrozando leones, literalmente hablando, pero su poder se manifiesta cuando necesitamos fuerzas espirituales, emocionales y hasta físicas.
El apóstol Pablo lo experimentó en muchas ocasiones y su conclusión fue que todo lo podía en Cristo que le daba las fuerzas necesarias. Seguro que sabes de memoria Filipenses 4:13. Pablo dice “me fortalece”. Esta palabra en griego es endynamóo, muy usada hoy para hablar de empoderamiento. Se refiere al poder de Dios para vencer cualquier reto.
Quizás tengas que recordar en algún momento de esta semana este devocional. Si enfrentas algún desafío que requiere de ti todas tus energías tanto físicas como emocionales, recuerda que el Espíritu Santo está listo para actuar y capacitarte de manera sobrenatural. Tus “leones” serán como cabritos cuando los enfrentes con el poder del Espíritu Santo.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 21 de junio, 2024
“¿Para qué tenemos la Biblia?”
“Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” Juan 20:31.
Hace algunos años atrás, mientras me realizaba un chequeo médico de rutina, vi que la enfermera que me atendía llevaba un colgante con la estrella de David, entonces le pregunté si era judía y me respondió que sí, pero también cristiana. Eso abrió las puertas a una corta pero impactante conversación. Me contó que su hijo se había enamorado de una chica cristiana, y para casarse ella tenía que cumplir con todos los ritos del judaísmo. La joven aceptó, pero con la condición de que ellos leyeran toda la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. Aceptaron a regañadientes, pero cumplieron la promesa.
En este punto de la conversación la enfermera comenzó a cambiar su cara, y continuó su relato: “Usted no lo va a creer, pero cuando comenzamos a leer Mateo nos impactó todo lo que decía sobre Jesús. Fue increíble para nosotros ver como todas las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento se cumplieron en Cristo. Nos devoramos el Nuevo Testamento, a tal punto que no solo recibimos a Jesús como nuestro Salvador, sino que ¡estamos esperando su Segunda Venida para reinar junto con Él por la eternidad!” ¡Wow… Aleluya! ¡Qué tremendo testimonio de lo que hace la Palabra de Dios!
Ese es el propósito principal por el cual Dios nos dejó la Biblia. Juan dice que es para conocer al Hijo de Dios, su obra en la cruz, y para que creyendo en Él tengamos vida eterna.
Entonces, ¿por qué leemos la Biblia? ¿Para cumplir con Dios y que no se enoje porque no la leemos? ¿Para recibir bendiciones? ¿Para que seamos guardados del mal? ¿Para levantarnos el ánimo? ¿O hemos entendido el propósito eterno de Dios?
Jesús les dijo a los religiosos: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Esa es la clave. La Biblia nos revela a Jesucristo, y los cristianos apasionados por Él debemos leer su Palabra para conocerlo más profundamente, para tener su mismo corazón y para saber lo que significa pasar toda una eternidad con Él.
Leamos la Biblia, interpretémosla correctamente, apliquémosla en todos los órdenes de nuestra vida, y demos a conocer el mensaje a otros porque somos portadores de la verdad que salva.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 20 de junio, 2024
“Expectativas sobre las formas de obrar de Jesús”
“Y algunos de ellos dijeron: ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera? … Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle y dejadle ir”. Juan 11:37, 44.
Lo que esperamos que Jesús haga en una situación extrema muchas veces es diferente a lo que Él tiene planeado. Cuando murió Lázaro, la gente que rodeaba a Marta y María se hacía esta pregunta: “¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?” En otras palabras, si Jesús tiene tanto poder, ¿por qué no impidió que muriera? Si Jesús amaba tanto a Lázaro al punto de llorar por él, ¿por qué no lo sanó?
La pregunta no espera una respuesta, es más bien un argumento arrogante. “Si yo fuera Jesús, no hubiera hecho lo que Él hizo”. “Si yo fuera Jesús, sería más compasivo y lo hubiera sanado”. “Si yo fuera Jesús…” ¿De verdad creemos que podemos hacer las cosas mejor que el Señor? Jesús es omnisciente, lo sabe todo, y sus planes son perfectos. El Señor tiene propósitos más elevados de los que nosotros podamos imaginar.
El Señor sabía que sus amigos estarían tristes por cuatro días, pero lo que experimentarían después de su intervención poderosa cambiaría sus vidas para siempre. Lázaro y sus hermanas jamás fueron las mismas personas; su fe creció a pasos agigantados. ¿No es lo mismo que Dios espera de todos nosotros? ¡Él quiere que experimentemos su poder glorioso y que tengamos testimonios personales de lo que puede hacer en nuestras vidas!
Hoy también muchas personas tiene ideas preconcebidas acerca de lo que Jesús debe hacer y cómo debe hacerlo, sin embargo el “modus operandi” de Jesús ya está establecido en su Palabra. Él vino para salvar, esa es su prioridad, lo demás tiene que ver con los planes que trazó para nuestra vida, y debemos aprender a someternos a su voluntad perfecta.
Jesús todo lo puede, pero eso no significa que tenga que hacer las cosas a nuestra manera. Él sigue siendo Dios, Soberano, Sabio y Todopoderoso. Cuando nos transformamos en sus discípulos, le seguimos aunque tardemos “cuatro días” en entender algunas de sus obras.
Si aún no has tenido respuesta a alguna de tus peticiones, confía en su sabiduría. Él sabe lo que está haciendo y su respuesta llegará en el tiempo que ha fijado. Descansa en su perfecta voluntad y en su inmenso amor por ti.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 19 de junio, 2024
“Sin agujeros”
“Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.” Isaías 43:25.
Recuerdo cuando mi maestra de escuela primaria nos dijo que podíamos comenzar a escribir en nuestros cuadernos con lapicera de tinta. Hasta ese momento lo hacíamos con lápiz y corregíamos lo que estaba mal con la goma de borrar, esa era la manera fácil de ir perfeccionando nuestra letra. Cuando llegó el día de dejar a un lado el lápiz y usar tinta, no sentimos mayores, creímos que ya estábamos listos para firmar cheques y documentos oficiales como hacían los adultos.
Pero el problema apareció cuando quisimos corregir nuestros errores, no era fácil. Usábamos nuestra goma de borrar con determinación, intentando cada vez con más fuerza, hasta que por fin la mancha desaparecía y volvíamos a ver la hoja en blanco… ¡pero en realidad lo que se veía era la hoja de abajo a través del agujero que habíamos hecho al borrar!
Algo similar pasa con nuestro corazón. Cuando cometemos un pecado queremos borrarlo con nuestros propios esfuerzos, pero es como borrar tinta con una goma, podemos hacer más grande el problema; por eso necesitamos otro tipo de limpieza.
Dios dice que Él es el único que puede “borrar” nuestras rebeliones, a tal punto que no quedará ni rastro de los malos trazos. La palabra borrar en hebreo es maká que significa “golpear o frotar; alisar (como con aceite), deshacer, destruir, limpiar”. Claro, en la época de Isaías no había goma de borrar, eran otros procedimientos. Para borrar algo escrito en metal, había que pulirlo, frotarlo. Si había que borrar un pergamino, se necesitaba raspar y frotar con aceite para recuperarlo. Y para la limpieza del corazón, Dios es el único “quitamanchas”, solo Él puede eliminar el pecado definitivamente.
Lo más tremendo de esta limpieza es que Dios no se acuerda más de lo que habíamos hecho. Cuando nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados, podemos escuchar al Señor decirnos: “Yo perdono y olvido”. ¡Qué descanso!
Démosle gracias al Señor Jesús por su sacrificio perfecto, completo y total para limpiar nuestros pecados, y dependamos cada día de su ayuda para caminar en santidad.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 18 de junio, 2024
“Ambiente perfumado”
“Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.” Juan 12:3.
En la década de los ’80 se había puesto de moda entre las jóvenes un perfume ¡difícil de olvidar! Parecía que todas las chicas habían decidido no pasar desapercibidas. Esa fragancia era tan fuerte que era imposible no darte cuenta de la presencia de alguna de las fans de esa fragancia. ¡Imagínate lo que era una reunión de jóvenes con cinco de ellas con este olor!
El perfume de nardo puro usado en la antigüedad era muchísimo más caro y de una fragancia más refinada que el usado por las jóvenes de mi ciudad. El costo de una libra de ese perfume era igual al salario de un año de trabajo; y sabemos que María había invertido todos sus ahorros en él seguramente pensando en el día de su boda o en el funeral de un ser querido. Sin embargo, el amor de María por Jesús la llevó a tomar el perfume y derramarlo en los pies del Maestro. Los pies de Jesús quedaron impregnados de la fragancia y añade Juan, “la casa se llenó del olor del perfume”. Nadie quedó indiferente a esa muestra de amor al Señor.
Nuestra devoción por Jesús no debería ser un secreto. No puedes aplicarte un poco de tu perfume favorito secretamente y pretender que nadie se dé cuenta. Cuando todo lo que hacemos es motivado por el amor que le tenemos al Señor y el deseo de agradarlo en toda circunstancia, en donde estemos, esa fragancia debería “llenar toda la casa”.
¿Llenamos del perfume de nuestra devoción a Jesús en donde nos encontramos? ¿Esa “fragancia” es percibida por nuestros compañeros de trabajo, nuestros amigos? ¿Nuestro amor por Jesús es fácilmente percibido por nuestro cónyuge y nuestros hijos?
No puedes decir que amas al Señor y mantenerlo “encerrado”. Nadie se avergüenza ni esconde algo cuando sabe el valor que tiene. María hizo la diferencia cuando abrió el frasco. Fue una entrega sin reservas a Jesús y lo hizo públicamente, como debe ser.
Es hora de abrir tu frasco y darle toda tu devoción a Él. Deja que todos los que te rodean sepan quién es tu Salvador.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 17 de junio, 2024
“Hechura suya”
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10.
No nos salteemos nunca este versículo. Hay una revelación especial de Dios para nosotros. Dice que somos “hechura” de Dios, formados con un propósito.
La palabra griega para “hechura” es el término poiema de donde se deriva la palabra castellana poema, y denota “aquello que es hecho a mano”, “un diseño realizado por un artesano”. Somos una obra maestra de Dios, la “poesía en la mente del Autor” antes de escribirla, el “diseño del Alfarero” antes de darle forma al barro. Somos únicos e irrepetibles, tenemos el sello del Hacedor en nuestras vidas.
David lo expresó de esta manera: “Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas”. Salmo 139:13-16.
Pero no somos una obra terminada, estamos en construcción. Dios usa todas las situaciones que vivimos para añadir un capítulo más a su poesía. A veces puede parecernos un relato épico, otras veces una tragedia, la realidad es que Él sabe lo que está “escribiendo”. Al final del proceso nos daremos cuenta que todo ayudó a bien.
Descansa en la sabiduría del Poeta y permite que hoy haga su trabajo. “Ahora pues, oye………… (pon aquí tu nombre), siervo mío, y tú…, a quien yo escogí. Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío…, y tú,… a quien yo escogí”. Isaías 44:1-2.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 16 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“¡Soy una nueva criatura!”
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17.
Tal vez sepamos este versículo de memoria, pero la clave de su cumplimiento está en la aplicación diaria. Léelo nuevamente, pero lento y pausado, poniendo énfasis en cada palabra, y con la certeza de que está escrito para ti. Ahora cambia la palabra “alguno” por tu nombre y léelo en voz alta. Cuéntame qué sentiste…
¡Soy una nueva criatura! Tan nueva como si Dios me acabara de crear, como Adán despertando a la vida. Semejante a un cuaderno sin estrenar, listo para comenzar a escribir una nueva historia.
Pero pasan los años y la nueva criatura parece desgastarse, y terminamos siendo “nuevas criaturas viejas”. Llegamos a pensar que fuimos nuevas criaturas solo el día en que recibimos a Cristo como Salvador. A partir de allí, nuestro “cuaderno” empezó a ensuciarse, aparecieron dobleces en las hojas, rayones… ¿Qué pasó con la nueva criatura?
El versículo no dice “nueva criatura fue”. No. Está en presente. Cada día somos una criatura nueva. Esto es posible por la obra del Espíritu Santo. “Él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia, sino por su misericordia. Nos salvó mediante el lavamiento de la regeneración y de la renovación por el Espíritu Santo” (Tito 3:5). El primer día que nos salvó, nos regeneró, pero su obra no terminó allí. Diariamente el Espíritu Santo renueva nuestro espíritu.
Nadie está exento de pecar, de contristar al Espíritu, de desobedecer su voz, de darle más lugar a la duda que a la fe. Sabemos por la Palabra de Dios que cuando esto sucede, debemos arrepentirnos verdaderamente, pedir perdón a Dios, y decidir no volver a repetir el error. “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. (Filipenses 3:13-14).
El secreto para vivir renovado está en el comienzo del versículo: “El que está en Cristo”, también en presente. La preposición griega “en” significa “dentro de”. Bien metido en Cristo, identificado con Él en su muerte, sepultura y resurrección. Hemos muerto a nuestra vieja vida y ahora vivimos para agradar al Señor.
Si estás en Cristo, Él guiará tu vida, te recordará su Palabra, tomarás decisiones comprometidas con tu nueva vida. Vive expectante de lo que Cristo hará en ti. ¡Las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 14 de junio, 2024
“Todos los días te bendeciré”
“Todos los días te bendeciré, por siempre alabaré tu nombre. Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; su grandeza es inescrutable.” Salmo 145:2-3.
¿Cómo empezaste la mañana? ¿Tuviste una mala noche? ¿Te despertaste pensando en los problemas que tienes que resolver? Si no comenzaste bien tu día, es momento de enderezar el rumbo.
El salmista David nos recuerda que lo mejor que podemos hacer es “bendecir cada día a Dios”. La palabra “bendecir”, en hebreo barak, significa “arrodillarse en actitud de adoración y agradecimiento”, pero también se usaba para “saludar, dar la bienvenida”. ¿No crees que puedes darle la bienvenida al Espíritu Santo cada mañana y entregarle el control de tu vida para que te guíe?
Recuerda que es David el que escribió estos versículos. Si lees detenidamente todos sus salmos notarás que tuvo días en que se sintió solo, inseguro, angustiado, con temor. En otras palabras, era tan humano como nosotros.
Sí, es difícil bendecir cuando tus amigos te traicionan, tus familiares más íntimos de abandonan, tus hijos te rechazan, y todo el mundo se vuelve en tu contra. David experimentó todo esto en carne propia, sin embargo, había resuelto bendecir a Dios cada día, pase lo que pase.
¿Por qué era tan fuerte su determinación? Porque conocía a Dios, sabía en Quién creía y lo que podía hacer. Él podía decir: “Grande es el Señor, y digno de suprema alabanza; su grandeza es inescrutable.” Dios es más grande que nuestros problemas, es más grande que nuestras necesidades, es más grande que nuestro enemigo, ¡y su grandeza es inescrutable! Esta palabra en hebreo es áyin-kjéquer que significa “aquello imposible de comprender o de conocer dada su profundidad, infinito”.
¡Cómo no bendecir al Dios que hace grandes cosas, al que es Inigualable, Eterno, Todopoderoso! Hoy nos postramos delante de Él para reconocer su grandeza y darle la gloria que merece por siempre.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 13 de junio, 2024
“Cuidado con el enojo”
“Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?” Jonás 4:2-4.
¡Increíble que alguien pudiera orar con tanto enojo! Jonás quería que Dios destruyera a Nínive, la capital de Asiria. Allí vivía gente sanguinaria, cruel y despiadada, los peores enemigos de Israel. Sin embargo, Dios los estaba perdonando porque se habían arrepentido de sus pecados. La misericordia de Dios se estaba derramando más allá de Israel y Jonás no podía aceptar esto. En su mente estaba claro que lo que merecían era la destrucción total.
La palabra “enojo” usada aquí, en hebreo es kjará, significa “arder de cólera, airarse, encenderse, encolerizarse, ensañarse, inflamarse”. ¿Has experimentado alguna vez este sentimiento? Para qué entrar en detalles… A veces nos parecemos a Jonás cuando las cosas funcionan del modo opuesto a nuestros deseos.
Entonces Dios le respondió a Jonás con una pregunta: “¿Haces tú bien en enojarte tanto?” ¡Wow! ¿Qué pasaría si el Señor nos hiciera la misma pregunta hoy? La respuesta debería ser: No. Cada vez que nos enojamos como Jonás, solo podemos esperar consecuencias negativas.
Al final del relato, Dios prepara una lección objetiva para el profeta a través de una calabacera y le enseña que Él nunca dejará de mostrar compasión por el ser humano perdido. Por lo tanto, si era misericordioso con Israel a pesar de sus rebeldías, también podía serlo con otros pueblos que se encontraban en la misma posición. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23).
La gracia de Dios está más allá de nuestro entendimiento. No nos toca a nosotros decirle a Dios cómo debe actuar; mucho menos cuando nosotros somos objeto de su misericordia diariamente.
Te pregunto, ¿albergas ira en tu corazón? Renuncia a ella en favor del perdón. Deja que el Espíritu Santo cambie lo que sientes. Con cada paso de obediencia que damos, la paz de Cristo aumentará y la ira desaparecerá.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 12 de junio, 2024
“Aprovecha tus oportunidades”
“Y Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.” Hechos 28:30-31.
¡Cuántas situaciones difíciles tuvo que atravesar el apóstol Pablo para que se cumpliera este versículo! Fue apresado en Jerusalén; un grupo de judíos ultra religiosos planeó matarlo; fue eximido de ser juzgado en Jerusalén por haber apelado al César; sufrió un naufragio, fue picado por una serpiente venenosa. Incluso algunos dudaban de que fuera un apóstol de Cristo. ¿Qué más podía pasarle?
Pablo dice que todos sus sufrimientos redundaron en beneficio del reino de Dios (Filipenses 1:13). En esos años, muchos recibieron a Cristo como Salvador; el evangelio fue predicado a las personas más prominentes e influyentes de su época.
Al llegar a Roma, mientras esperaba ser juzgado, Pablo siguió predicando el evangelio. Él se encontraba en una casa alquilada y bajo la custodia permanente de un soldado romano, pero podía predicar abiertamente y sin impedimentos. Hacía tiempo que no había experimentado esa libertad religiosa, y por supuesto no desaprovechó un solo momento. Siguió cumpliendo con la misión que Dios le había encomendado.
Pablo nos dejó un gran ejemplo: aprovechar las oportunidades que tenemos hoy. Si esperamos a que llegue el momento ideal para hablar del Señor, se nos pasará la vida y nos estaremos lamentando por haber perdido las ocasiones que se nos presentaron.
¿A quién estás compartiendo lo que Dios está haciendo en tu vida? Revisa el historial de tu teléfono. ¿Cuáles son las aplicaciones que más usas? ¿Qué sitios de internet frecuentas? ¿Qué compartes en tus redes sociales? ¿Quiénes son las personas con quien más has hablado? ¿A cuántas de ellas les has compartido una palabra de Dios?
Vivimos en un país con libertad de expresión… pero para los cristianos verdaderos esa libertad está restringida. Sin embargo, tenemos ámbitos en donde todavía podemos hablar de Jesús “abiertamente y sin impedimentos”. Hay personas que todavía no han escuchado la palabra de Verdad, que no tienen esperanza de vida eterna, y el tiempo se acorta. Tú tienes el mensaje, ¡compártelo!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 11 de junio, 2024
“Haga Jehová lo que bien le parezca”
“Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le parezca.” 1 Crónicas 19:13
David quiso ser misericordioso con los amonitas, una nación enemiga de Israel, pero ellos le devolvieron mal por bien. Formaron un ejército numerosísimo, tomando a sueldo al ejército de cuatro naciones más y atacaron a Israel. Joab, el general del ejército de David, organizó dos grupos para contrarrestar los ataques, y aunque la situación en la que se encontraban era muy difícil, él dijo: “Que Jehová haga lo que bien le parezca”.
No parece ser la mejor declaración de fe, sin embargo, con estas palabras estaba manifestando verdadera dependencia de Dios. De hecho, en el original hebreo la expresión es: “Jehová nuestro Dios hará lo bueno a su parecer”. Joab estaba diciendo que la última palabra la tenía el Señor.
Pero había una parte que ellos sabían que debían hacer, tomar las armas y salir a pelear. Por eso Joab animó a todos a “esforzarse”. Esta palabra en hebreo es kjazác que significa “ser fuerte, valiente, fortalecerse, conquistar, animarse, apoderarse, resistir, ser resuelto”. ¡Aleluya! Cada una de estas palabras nos recuerda lo que dijo el apóstol Pablo en Fil. 4:13: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!”
Casi diariamente, como hijos de Dios, enfrentamos batallas espirituales. Hay días que los ataques del enemigo parecen más intensos que nunca. Aumentan las situaciones difíciles, personas que nunca hubiéramos imaginado se levantan contra nosotros. Sin embargo, eso no debe debilitar nuestra fe. Debemos declarar con confianza que Dios es nuestro Poderoso Guerrero y pelea nuestras batallas. ¡Hay victoria en Cristo!
Tu parte es esforzarte, levantarte con la autoridad que Jesús te delegó y no tener temor del enemigo. Como dijo Joab, ¡el Señor hará lo bueno por tu vida!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 10 de junio, 2024
“Mente santificada”
“Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.” Romanos 8:5.
Si somos hijos de Dios, el Espíritu Santo ha venido a morar en nosotros. Él habla a nuestra mente, a nuestra conciencia, y nos ayuda a discernir entre lo que nos edifica y lo que no.
El Espíritu Santo no nos impone nada porque está sujeto a nuestro libre albedrío. En su amor, el Señor nos dio la libertad de escoger, pero también nos enseña cuáles serán las consecuencias de nuestras elecciones. Si queremos una vida espiritual victoriosa, debemos comenzar por nuestra mente. Como alguna vez dijo el pastor Charles Stanley: “La mente es nuestra torre de control”.
La verdad es que nuestros pensamientos nos afectan más de lo que podemos darnos cuenta. Nuestra manera de pensar determina nuestras actitudes, emociones, deseos y acciones. Por eso, cuanto más lugar le demos al Espíritu Santo, mayor será nuestra fortaleza para ganar las batallas que se libran en nuestra mente.
Debemos tener una mente pura. En Filipenses 4:8 leemos: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. ¿Tienes problemas con pensamientos impuros? Examina lo que estás dejando entrar a tu mente. El Espíritu Santo quiere ayudarnos a filtrar diariamente nuestros pensamientos porque sabe que del pensamiento a la decisión de pecar hay un paso.
Debemos tener una mente positiva. No es positivismo, no es confesión positiva, es pensar con fe, con actitud de vencedor, recordando las promesas de Dios. Dedica tiempo a la Palabra de Dios, llenando tu mente con verdades que te mantengan firme y creyendo.
Debemos tener una mente productiva. Escuché decir una vez que una “mente ociosa es el taller de Satanás”. ¿Recuerdas lo que le sucedió a David mientras estaba aburrido y ocioso en su terraza? Todo comenzó con una mirada y luego sus pensamientos lo condujeron a pecar. Usa bien tú tiempo. Pon atención a tu crecimiento. “Ustedes también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto…” 2 Pedro 1:5-8.
¿Quieres ser fuerte a la hora de enfrentar tentaciones? Pregúntate con qué has estado alimentado tu mente últimamente. “Poned la mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col. 3:2). Guiados por el Espíritu Santo podemos elegir qué pensar y cómo actuar.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 9 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“¿Cuánto vale tu tiempo?”
“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.” Efesios 5:15-16.
Si realmente anhelamos ser sabios en todo, debemos considerar seriamente esta exhortación del apóstol Pablo. No necesitamos un devocional para saber que los días son malos, pero debemos preguntarnos si realmente estamos aprovechando bien el tiempo.
La palabra griega para “aprovechar” es exagorazo que significa “comprar, rescatar, redimir, liberar”. Esta frase se usa también con el sentido de “comprar una oportunidad”. Por supuesto que el tiempo no se puede comprar, pero ¿cuánto pagarías por un día más de vida? Tu respuesta manifestará el valor que le das a tu tiempo. Estoy seguro que si tuviéramos que pagar por él, lo invertiríamos mucho mejor.
Hay tres verdades que siempre deberíamos tener presentes a la hora de decidir cómo usar el tiempo:
- “El tiempo no nos pertenece”. Es un regalo de Dios, por lo tanto, Él tiene derecho de involucrase en nuestra vida y es sabio acudir al Señor para pedir que nos guíe.
- “El tiempo es irreversible”. No vuelve atrás. Es breve. Nuestra vida tiene principio y fin.
- “El tiempo no se ahorra, se invierte”. No es dónde lo guardo, sino cómo lo uso.
Alguien dijo en una oportunidad que “apoderarse del día es difícil para la mayoría e imposible para algunos. Por lo tanto, cuando el día se apodera de mí, cuando las cosas se salen de control, es el momento de detenerme y orar para pedir más sabiduría”.
Nunca es demasiado tarde para poner en orden las próximas 24 horas, y las siguientes… Pon tu confianza en el Señor, pídale que te guíe, y podrás experimentar la satisfacción de un día bien vivido.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 7 de junio, 2024
“¿Quién como tú?”
“Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú…?” Salmo 35:10.
¿Sabes por qué los judíos balancean su cuerpo mientras oran y recitan pasajes bíblicos? Según los rabinos, es justamente en cumplimiento de este salmo. Ellos dicen que alaban a Dios con todo su cuerpo, y cada uno de sus huesos exclama: “¿Quién como tú?”
Esta frase expresa la grandeza de un Dios incomparable, a quien aprendemos a conocer a través de la Biblia y por sus intervenciones poderosas en nuestra vida. Pero también es una declaración de fe y confianza, cuando todavía no tenemos las respuestas a nuestras peticiones.
Cuando David escribió este salmo estaba siendo perseguido. Él no había provocado esa situación (v. 7), incluso el texto parece indicar que las personas que lo rodeaban se hacían pasar por sus amigos cuando en realidad buscaban su destrucción. Entonces David clamó a Dios por ayuda, y seguro de que intervendría, exclamó: “Jehová, ¿quién como tú?”
La ayuda que pueden ofrecernos nuestra familia o nuestros amigos es limitada. El único que puede ayudarnos siempre y de manera incondicional es el Señor. Él siempre está dispuesto y preparado para ayudarnos en nuestros momentos difíciles. Por eso podemos exclamar: “Jehová, ¿quién como tú?”
Observa algunos pasajes de personas que exclamaron esta frase al ver las obras sobrenaturales de Dios.
“¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?” Éxodo 15:11.
“Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; oh Dios, ¿quién como tú?” Salmo 71:19.
“Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿quién como tú? Poderoso eres, Jehová, y tu fidelidad te rodea.” Salmo 89:8.
“¿Quién como Jehová nuestro Dios, que tiene su trono en las alturas, pero se digna inclinarse para ver
lo que ocurre en el cielo y en la tierra?” Salmo 113:5-6.
¿No te motivan estos pasajes bíblicos a alabar al Señor, reconociéndolo como el único Todopoderoso? Todo nuestro ser, ¡incluyendo nuestros huesos!, deben manifestar que no hay nadie como nuestro Dios. ¡Quién como tú!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 6 de junio, 2024
“Dios es nuestro consuelo”
“Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?” Isaías 51:11.
En este capítulo, Isaías menciona que el pueblo de Dios estaba siendo presionado por personas que se oponían a los planes del Señor. Es en ese momento que reciben una palabra de Dios: “No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes” (v. 7). Dios sabía lo que estaban pasando, y la presión que estaban soportando tenía un límite, no iría más allá de lo que Él permitiera.
Para animar a su pueblo les dice que Él es su “Consolador”. Esta palabra en hebreo es nakjám que significa “aliento, aliviar, moverse por misericordia”. Ellos debían recordar que nunca estarían solos. Dios les daría las fuerzas para levantarse, el valor para avanzar, y el ánimo para mantenerse confiados.
Antes de ascender a los cielos, Jesús les dijo a sus discípulos que les convenía que Él se fuera para poder enviar al Consolador. Después de Pentecostés, el mismo Dios Consolador de los tiempos antiguos sigue con su pueblo. El Espíritu Santo ahora habita en cada uno de los que recibieron a Cristo como Salvador de sus vidas.
¿Te sientes presionado en este momento por personas o circunstancias difíciles? Dios sabe por lo que estás pasando. Él es tu Consolador, el que te sostiene para que no resbales, el que te levanta si has caído, el que te protege durante los tiempos más oscuros, el que te da paz sobrenatural.
La ayuda que el Señor nos brinda es personal y está siempre a nuestro alcance. Recibimos su consuelo por medio del Espíritu Santo, quien vive en nosotros y es suficiente para satisfacer cualquier necesidad.
“En el día que temo, yo en ti confío… En Dios he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme el hombre?” Salmo 56:3-4.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 5 de junio, 2024
“Corazón limpio”
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.” Mateo 5:8.
Hay un requisito indispensable para ver a Dios, ya sea verlo con nuestros ojos espirituales o con los físicos en la eternidad, debemos tener el corazón limpio.
Si hoy alguien nos preguntara si tenemos el corazón limpio, es probable que sin perder un segundo respondamos “¡por supuesto!” o “¡claro, yo soy cristiano!”, sin embargo, al poco tiempo, nuestra conciencia nos empieza a molestar. Hummm… algo no está bien. Bueno, limpio limpio…
¿Alcanza con haber recibido a Cristo en nuestro corazón para decir que siempre tendremos el corazón limpio? ¡Ojalá fuera así! Pero la realidad es que Satanás nos tienta diariamente, y a veces dejamos que algunos de sus dardos de fuego penetren nuestro corazón. Entonces se desvanece el gozo y la paz y solo queremos escondernos de Dios como Adán y Eva.
Pero no tenemos que vivir así. Si vamos al Señor y nos arrepentimos sinceramente de nuestros pecados, Él nos perdona y nos limpia. David lo expresó de esta manera en el Salmo 51:1, 2, 4, 10-12: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado… Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación…”.
Ahora sí, con el corazón limpio, podemos ser “bienaventurados”. Esta palabra (makarios en griego) denota a alguien muy feliz, muy bendecido. Expresa regocijo y satisfacción especial, concedidos a la persona que ha experimentado el perdón de Cristo y su salvación.
Gracias Jesús por limpiar mi corazón aplicando el único “quitamanchas” que lo hace posible, ¡tú preciosa sangre!
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 4 de junio, 2024
“¿Sanar o salvar?”
“Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?” Mateo 9:5.
En cierta ocasión, cuatro amigos trajeron a un paralítico para que Jesús lo sanara. Como no podían pasar la cama por la puerta debido a la multitud, decidieron hacer un agujero en el techo y bajarlo por allí. De pronto, el paralitico se encontraba cara a cara con Jesús. ¿Qué haría el Maestro? Conociendo al Señor lo sanaría… Pero le dice: “Tus pecados te son perdonados”. Todos se quedaron en silencio por unos segundos y de repente se escuchó un murmullo: “¿Cómo….? ¿Qué dijo…?” Sí, lo que escucharon. No lo sanó inmediatamente, sino que le perdonó sus pecados.
Entonces comenzaron a mirarse unos a otros y a acusar a Jesús de blasfemo. “¡Solo Dios puede perdonar pecados!” En ese momento Jesús los interrumpe y les pregunta: “¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o levántate y anda?” Imagino a algunos cabizbajos y a otros mirando hacia el agujero en el techo. “Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (le dice al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.” (v. 6). ¡Y el paralitico se levantó y comenzó a caminar! ¡Aleluya!
Jesús primero perdonó los pecados del paralitico y después lo sanó. Primero atacó la raíz de todos los problemas quitando el pecado del medio. El Señor dejó claro que el perdón de pecados es más importante que la sanidad. De nada sirve tener la mejor salud del mundo y perdernos en el infierno. En el Salmo 103:3 leemos: “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias”. Primero nos perdona y después sana nuestras dolencias. Está claro el orden de prioridades.
Jesucristo es el mismo, ayer, hoy y por los siglos, y sigue haciendo milagros. Pero primero es el Salvador, el que nos reconcilia con el Padre, el que nos da vida nueva y nos adopta como hijos de Dios. Siempre estaremos agradecidos al Señor por los milagros que hace en nuestra vida, pero no olvidemos que la obra más grande que se llevó a cabo en la cruz fue el perdón de nuestros pecados.
“Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito 2:14.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 3 de julio, 2024
“Libres del temor”
“Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.” Salmo 34:4.
Al leer el encabezamiento de este Salmo sabrás que David estaba huyendo de Saúl. Es muy probable que escribiera estas palabras en la cueva de Adulam, mientras buscaba refugiarse del peligro que lo rodeaba. En medio de la persecución y al borde de la muerte, David pudo alabar a Dios diciendo que Él le había librado de todos sus temores. ¿Todos? Bueno, dice exactamente eso.
La palabra temor en hebreo es megorá que significa “miedo, terror, pavor”. Es mucho más que una preocupación. Cuando sientes esta clase de temor, sientes que puedes perderlo todo en un segundo, incluyendo tu vida.
Podemos sentir megorá cuando nuestro matrimonio está a punto de quebrarse, cuando alguno de nuestros hijos está en peligro de muerte, cuando nuestro futuro parece derrumbarse, cuando podríamos perder la libertad, cuando todo lo que habíamos construido empieza a derrumbarse.
¿Puede un hijo de Dios sentir esta clase de temor? David dice que sí: “Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” (v. 19). ¡Hay liberación en el Señor! ¿Qué hizo David para librarse de todos estos temores? ¿Cuál fue el secreto?
Lee todo el Salmo 34. El salmista se había propuesto bendecir a Dios en todo tiempo, aun en medio del temor. ¡Hay que cantar cuando estamos aterrorizados! Buscó el rostro de Dios y fue alumbrado, clamó al Señor y fue liberado, pidió protección y el ángel de Dios lo defendió milagrosamente.
¿A qué le tienes temor? ¿Crees que Dios no puede controlar eso? Debes atreverte a confiar en Él. Da un paso de fe y pon tus temores en las manos del Señor. “Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en él.” (v. 8). Él es quien tiene la respuesta a tu necesidad y si crees, quitará toda carga que pueda estar agobiándote en ese momento. El Señor es tú refugio.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 2 de junio, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“La respuesta divina a nuestro clamor”
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Jeremías 33:3.
Jeremías vivía rodeado de personas en una condición espiritual deplorable. El pecado abundaba, la disciplina prometida por Dios no llegaba y el profeta parecía predicarle a las rocas y a los árboles. A nadie le interesaba escucharlo, la mayoría seguía el camino de sus propios deseos; y por predicar la verdad, Jeremías terminó en la cárcel. Entonces recurre a Dios, y la respuesta que recibe es: “Clama, porque voy a mostrarte cosas grandes y ocultas que aún no conoces”.
La palabra hebrea para clamar es cará que significa “llamar fuera para, aclamar, anunciar, gritar, invocar, llamar, nombrar, pedir, pregonar, proclamar, dar voces.” Evidentemente un clamor no pasa desapercibido.
El clamor está relacionado con la pasión, el celo, la determinación de escuchar al Señor bajo cualquier circunstancia, pero también se refiere a la angustia que provoca el pecado y sus consecuencias, la tristeza por la desidia e indiferencia ante los llamados de Dios.
Quienes claman buscan alejarse de la mediocridad espiritual, son los que no se conforman con migajas pues saben que en la mesa del Padre hay pan que satisface verdaderamente al alma; son los que buscan agua de vida donde apagar su sed interior. Clamar a Dios es mucho más que un mero hábito de oración, es expresar con gran sentimiento lo que hay en nuestro corazón, pedir una intervención divina urgente.
El pastor E.M. Bounds, en los comienzos del siglo pasado, escribió: “El deseo da fervor a la oración. El alma no puede permanecer indiferente cuando algún gran deseo la atrae y la inflama... Deseos fuertes producen oraciones fuertes. El descuido de la oración es la señal temible de la muerte de los deseos espirituales. El alma se ha alejado de Dios cuando el deseo por él ya no la impulsa a orar. No puede haber verdadera oración sin el deseo”.
Tal vez deberíamos comenzar pidiéndole a Dios que despierte el deseo de orar, de pasar tiempo con Él en su presencia. Aprendemos a clamar orando.
Dios nunca fue indiferente al clamor de sus hijos. Siempre libró, hizo justicia, milagros, proveyó, abrió puertas, trazó nuevos caminos, reveló secretos, pero cuando se clamó con todo el corazón. “Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón”. (Jeremías 29:13).
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 31 de mayo, 2024
“No a la indiferencia”
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.” 1 Tesalonicenses 5:14.
Uno de los peligros más grande que puede afectar al Cuerpo de Cristo es la indiferencia. Tal vez impulsada por el pensamiento contemporáneo de vivir enfocado en uno mismo, ser autosuficiente, y el condicionante de la tolerancia, hace que seamos más propensos a no corregir lo torcido y alentar lo recto.
Pablo le da una serie de consejos a la iglesia de Tesalónica con el fin de que vivan de acuerdo a lo establecido por Cristo, y que no sean indiferentes a aquellas cosas que necesitan atención en la familia espiritual.
El primer consejo del apóstol es que deben amonestar a los ociosos. Dios quiere que cada uno de sus hijos sea productivo, responsable y comprometido. Los “ociosos”, según la palabra griega, son los que viven desordenadamente, manifiestan irresponsabilidad en sus trabajos, son incumplidores e insubordinados. Puede ser que muchos vengan al Señor con este estilo de vida, sin embargo, es nuestra responsabilidad corregir esto en amor para que vivan diligentemente.
Hay que alentar a los de poco ánimo. “Poco ánimo” hace referencia a los que les falta valentía, los que son temerosos. Fíjate que no hay que amonestar al desanimado. A los que están pasando por pruebas severas, hay que alentarlos para que puedan mantenerse firmes y no retrocedan.
Hay que sostener a los débiles. Se refiere a los que están sin fuerzas, enfermos, débiles física y emocionalmente, frágiles. A ellos hay que extenderles una mano para levantarlos y ayudarlos a seguir adelante.
Hay que ser pacientes. Todos necesitamos que sean pacientes con nosotros muchas veces. La palabra griega para “paciente’ se refiere a alguien que tiene un espíritu que sabe aguantar con paz y gozo, que tarda en enojarse. ¡Seguro que ese eres tú!
¡Gracias a Dios por la Iglesia, la verdadera familia espiritual! En su seno tenemos corrección, aliento y apoyo mientras crecemos. No olvidemos estos consejos y pongamos en práctica la Palabra.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 30 de mayo, 2024
“Siempre nueva criatura”
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” 2 Corintios 5:17.
Antes de venir a Cristo traíamos una mochila cargada de pecados, pero al entregarle al Señor ese peso agobiante y confiar en su sacrificio perfecto en la cruz, fuimos perdonados y hechos libres.
Sin embargo, puede ser que a veces vengan a nuestra memoria viejos recuerdos que nos animen a retroceder, malos sentimientos que nos quieran confundir, incluso algunos vestigios de malos deseos que ya habíamos sometido a Dios, y el diablo aprovecha para acusarnos y hacernos pensar que la nueva criatura ya no es tan nueva…
¿Qué hacemos en esos momentos? ¿Seguimos alimentando los viejos recuerdos o escuchamos la voz del Espíritu Santo? Él nos recuerda la Palabra de Dios y la obra que hizo Cristo por nosotros. Nos dice que “somos” nueva criatura, en tiempo presente. Siempre presente. Definitivamente, las “cosas viejas” pasaron para Dios, de tal manera que Él ya no se acuerda de lo que nos arrepentimos y le pedimos perdón.
Jesucristo nos ha dado una vida nueva, pero no significa que está totalmente perfeccionada. Diariamente nos sigue transformando. Colosenses 3:10 dice: “Y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno”. Nos va renovando constantemente.
No permitas que el diablo te haga retroceder con sus mentiras. Eso sí, ocúpate de “estar en Cristo” porque esa es la clave. Que tus pensamientos, tus sentimientos, tus recuerdos, tus motivaciones, tus deseos, siempre estén en Cristo, entonces el Espíritu Santo completará diariamente su obra en ti.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 29 de mayo, 2024
“Fe para provisión”
“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.” Lucas 5:4-6.
Hace varios años atrás, el grupo de niños y adolescentes de la iglesia de Pehuajó, cuidad donde fui criado, fue de pesca a la laguna La Salada. Cuando llegamos al lugar se nos ocurrió decirles a los chicos que comeríamos únicamente lo que pudiéramos pescar. ¡Queríamos que tuvieran una experiencia única, imposible de olvidar! Claro, no contamos con que los peces ese día habían decidido irse a la otra punta de la laguna…
Mientras los improvisados pescadores experimentaban su día de supervivencia, tuve que volver a la ciudad para recoger a algunos niños que no tenían transporte. Ya de regreso, el ambiente no era el mejor, lo único que podía escuchar era: “Pablo, no estamos pescando nada”. Entonces nos reunimos para orar y pedirle al Señor que nos ayudara a pescar algo para poder comer. Volvimos otra vez a la laguna, y poco tiempo después, ¡teníamos 70 pescados! Ese día comimos en abundancia y sobró gracias a la oración de fe de unos niños desesperados.
Jesús, el Creador del universo, no solo conoce cada rincón de nuestro planeta sino que tiene autoridad sobre él y lo gobierna con su palabra. Él proveyó unos peces a un grupo de niños y adolescentes, de la misma manera que lo hizo con unos agotados pescadores en el lago de Genesaret.
Estoy seguro que en este momento tu búsqueda no está relacionada con unos peces, tu necesidad es otra, pero tienes al mismo Dios capaz de obrar un milagro, solo requiere de ti fe. Tu necesidad debe movilizarte a creer en lo que solo Dios puede hacer. Pedro dijo: “En tu nombre lo haré”. Por supuesto que los peces no cayeron del cielo, Dios no alimenta al que no quiere trabajar. Pedro tuvo que moverse, obedecer la Palabra de Jesús y hacer la tarea, y su fe fue recompensada.
Jesús sigue haciendo milagros a los que le creen. Siempre respaldará esa fe, porque al que cree, todo le es posible.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 28 de mayo, 2024
“Si temor a las presiones”
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos…” Salmo 46:1-2a
Ya sabemos qué es una tribulación. La Biblia define esta palabra como cualquier tipo de presión que venga sobre nosotros. Puede ser personal, familiar, matrimonial, laboral, financiera, espiritual. Naturalmente no nos gustan las presiones, pero son necesarias para purificar nuestra alma, afirmar nuestro corazón y hacernos más fuertes en Cristo.
En las presiones conocemos más a Dios y los recursos que tiene para nosotros. ¿Acaso no descubriste que tienes un punto de resistencia mayor de lo que pensabas? ¿No experimentaste la sabiduría divina para tomar decisiones en medio de una tribulación? ¿No viste la mano de Dios en esos momentos difíciles?
El salmista menciona tres acciones de Dios hacia sus hijos en tiempos de prueba:
1. Nos “ampara”. Si te gustan las palabras hebreas es el vocablo makjasé, que significa “refugio, confianza, esperanza; lugar donde alguien puede encontrar protección, abrigo, seguridad”. Es sentirse acogido por Dios cuando nadie nos ofrece ayuda. El único refugio donde encontrar seguridad y protección.
2. Nos “fortalece”. La palabra hebrea es oz y significa “fuerza, seguridad, poderío, potencia, vigor”. Hace referencia a un castillo imponente e impenetrable. Así es Dios con nosotros en tiempos de dificultad. Estamos protegidos por Él. El diablo no puede tocarnos porque el Señor mismo nos ha cercado con su poder. ¡Aleluya!
3. Nos “auxilia”. La palabra hebrea es ezrá que significa “ayuda, socorrer, defender, proteger”. La expresión da la idea de “actuar con vehemencia y rápidamente”. Dios acude a nuestra ayuda con todo su poderío para intervenir a tiempo.
Las circunstancias que ejerzan presión sobre nosotros son oportunidades de ver la grandeza del Omnipotente. Cuanto más ponemos nuestra mirada en el Poderoso Gigante, más pequeños veremos los problemas.
Ven a refugiarte en el Señor. Ora y pon tus cargas a sus pies. Él ya ha preparado la salida a tu prueba y serás testigo una vez más de su poder.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Lunes 27 de mayo, 2024
“El secreto para permanecer firmes”
“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará. No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento.” Salmo 1:3-4.
Un árbol plantado junto a corrientes de agua puede vivir más años que un ser humano. No solo permanece firme y siempre verde sino que sigue creciendo en altura, anchura y profundidad. El secreto está en ser plantado en el lugar correcto, donde tenga agua y reciba los nutrientes necesarios.
Estos dos versículos tienen una aplicación sencilla pero profunda. ¿Cómo es posible que alguien pueda permanecer firme en sus convicciones cristianas durante toda su vida? ¿Cuál es el secreto para que un cristiano sea fiel a Dios, a su Palabra, a su iglesia, y le sirva todos los días de su vida? Debemos prestar atención a las verdades de este Salmo.
El salmista compara a un árbol firme, siempre verde y que produce buenos frutos con una persona que se alimenta diariamente de la Palabra de Dios, no sigue malos consejos, no anda con personas que se burlan de los caminos de Dios, y además se deleita en obedecer al Señor.
También nos recuerda que si seguimos el consejo de Dios seremos bienaventurados, muy dichosos, y todo lo que hagamos prosperará. Pero, ¿qué sucede con la persona que no se alimenta de la Palabra de Dios, que no es hacedor de ella y sigue solo el consejo que quiere escuchar? Dice el salmista que será como el “tamo”.
La palabra hebrea para tamo es mots que significa “lo que es aventado, lo que se lleva el viento”. El tamo es la cáscara liviana que cubre el grano que debe ser quitada antes de molerse para hacer harina. En la antigüedad, ponían el grano en una zaranda, lo sacudían y lo lanzaban hacia arriba para que el viento se llevara el tamo y quedara el grano limpio. ¡Qué triste final para el que sigue el camino del mal!
¿Deseas conocer realmente la voluntad de Dios? ¿Tomas tiempo para meditar en Su Palabra? ¿Te aseguras de aplicar a tu vida lo que Dios te habla? La verdad divina que penetra nuestro corazón, mente y voluntad, finalmente se expresa con obediencia y en la obediencia siempre hay bendición.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Domingo 26 de mayo, 2024
Puedes ver el sermón del domingo a partir de las 11 am haciendo click aquí.
“Déjale las formas a Jesús”
“Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomándole aparte de la gente, metió los dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimió, y le dijo: Efata, es decir: Sé abierto. Al momento fueron abiertos sus oídos, y se desató la ligadura de su lengua, y hablaba bien.” Marcos 7:32-35.
Jesús conocía las intenciones de los corazones, no había nada que la gente pudiera hacer sin que Él lo supiera; por eso muchas veces actuó de manera inesperada, diferente, hasta contracultural. El Señor quería dejar en claro con palabras y acciones que era y es Soberano.
En cierta ocasión le trajeron una persona sordomuda para que la sanara, y llama la atención que le rogaran que “le pusiera la mano encima” como método de sanidad. Venían con la idea preconcebida que para que el necesitado recibiera un milagro debía hacerse así. Pero el Señor actuó de una manera que estoy seguro los dejó boquiabiertos (incluso a nosotros cuando leemos este pasaje). Necesitamos volver al comienzo del texto para saber que no nos equivocamos en la lectura: ¡Jesús le metió los dedos en las orejas!
Mientras las personas estaban mirando perplejas cómo Jesús estaba atendiendo al sordomudo, los volvió a sorprender con una acción más extraña todavía: ¡Jesús pone de su saliva en la lengua del enfermo! Con estas acciones Jesús demostró que no era el método sino su poder el que obra milagros.
¿Qué estaríamos dispuestos a aceptar para recibir un milagro del Señor? ¿Lo estamos condicionando a las formas que nosotros creemos que deben hacerse las cosas? Hasta que no dejemos de imponerle la manera en la que tiene que obrar, puede ser que nos quedemos sentados esperando el milagro sin ver nunca la respuesta.
Para Dios, lo más importante es nuestro sometimiento a su voluntad, nuestra obediencia a su Palabra, la sujeción de nuestros deseos a los suyos. Cómo hará su obra, es asunto puro y exclusivo de Él.
Que hoy el Señor encuentre humildad y fe en nuestros corazones, ingredientes indispensables para que realice su obra en nosotros. Las formas déjaselas a Jesús, Él sabe cómo intervenir en tu vida.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Viernes 24 de mayo, 2024
“La mejor decisión en casa”
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. Josué 24:15.
Josué tuvo la misión de guiar al pueblo de Dios a la conquista de Canaán. Al final de sus días reunió a los líderes y al pueblo y les exhortó a tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con lo que Dios les había mandado. Los enemigos externos habían sido derrotados y la tierra les pertenecía a los israelitas, pero había que atacar a los enemigos internos, los más peligrosos, los que se infiltran sigilosamente y nos apartan de Dios.
Muchas veces el pueblo de Israel escuchó más la voz de Satanás que la de Dios. El diablo siempre actúa con astucia para que miremos y hagamos lo que hacen los demás antes que la voluntad de Dios. “Si la mayoría lo hace, no debe estar mal”, un pensamiento tan viejo como la idolatría en Israel. Dios nunca dijo que hagamos lo que hace la mayoría, sino que le obedezcamos a Él.
Josué lo tenía muy claro y se lo dijo al pueblo sin reparos: “Ustedes hagan lo que quieran y afronten las consecuencias de sus decisiones… pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.
La palabra servir en hebreo es abad que significa “trabajar (en todo sentido); hacer tareas de un siervo, adorar, dar culto, honrar, ministrar, servir”. Josué y su casa estaban decididos a trabajar 24/7 para Dios. Todo lo que hacían estaba enfocado en el Señor, aun las tareas diarias, su tiempo de descanso, con todo querían honrar a Dios. Ningún ídolo, material o simbólico, tenía lugar en el corazón de este hijo de Dios.
No sé qué harán los demás. No sé si mis amigos o familiares irán a la iglesia, pero nosotros hemos tomado la decisión de seguir a Jesús y serle fieles en todo. Tal vez otros retrocedan y se aparten, nosotros no, seguiremos firmes. Incluso muchos puedan seguir a Jesús de manera nominal, cumpliendo solo con la asistencia a un servicio una hora por semana. Nosotros no, hemos dedicado nuestras vidas enteras a Jesucristo. Otros serán espectadores; pero nosotros no, serviremos a Dios en cualquier cosa que nos pida. Tal vez seamos los únicos, tal vez en algunos momentos nos encontremos solos, pero sabemos en Quién hemos creído, confiado y a Quién hemos rendido nuestras vidas.
Yo tomé esta decisión hace cincuenta años atrás y nunca la he cambiado por nada: “Yo y mi casa serviremos al Señor”. ¿Cuál es tu decisión?
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Jueves 23 de mayo, 2024
“Lo que diga el mundo, pasará”
“La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento del Señor sopla sobre ella. Y a decir verdad, el pueblo es como la hierba. Sí, la hierba se seca, y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre”. Isaías 40:7-8.
Dios le dice a Isaías que hay un contraste enorme entre lo que dice la mayoría de la gente y lo que Él dice; y usa una figura retórica para describir al pueblo: como hierba que se seca.
La palabra “pueblo” en el original hebreo es am que significa “gente congregada, una etnia o tribu, una nación, un rebaño”. Hace referencia al pensamiento colectivo de una población. Esta misma palabra la usa Jeremías para describir las costumbres, cultura y cosmovisión de un pueblo. “Porque las costumbres de los pueblos son vanidad” (Jeremías 10:3a). En síntesis, “pueblo” se refiere no solo a la gente sino también a su manera de pensar y actuar.
Creo que todos estamos de acuerdo en que la manera de pensar y actuar cambian permanentemente. Lo que hoy está de moda, mañana no lo está. Lo que hoy busca definir el estilo de vida de la gente, mañana es reemplazado por una nueva idea. Entonces, ¿es correcto basar nuestra vida en filosofías temporales? ¿Es racional dejarse guiar por estándares y valores que no tienen fundamento permanente? ¿Vamos a conducir nuestra vida por lo que dice la mayoría sin Dios, sabiendo lo que produce lo superficial y pasajero?
Solo, “la Palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. No es una moda, no es una filosofía temporal, no es una costumbre pasajera. Cuando nuestra vida tiene como fundamento lo que dijo Dios, podemos estar seguros de que caminamos en la verdad.
No olvides que en el sistema actual nada es permanente; el placer es temporal, la satisfacción corta, la felicidad pasajera. Solo podrás experimentar contentamiento, paz y esperanza, si las enseñanzas de la Palabra de Dios son tu alimento diario, y decides hacer su voluntad cada día.
“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:17.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Miércoles 22 de mayo, 2024
“¿Todo el pueblo lo sabe?”
“Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”. Rut 3:11.
Rut era moabita, pero hizo una decisión radical que afectaría su vida permanentemente, dejó su país, su familia, su cultura, sus dioses y se integró al pueblo de Israel (Rut 1:16-17). El testimonio de su suegra la llevó a tomar esta decisión. A partir de ese momento, Rut comenzó a conocer a Dios, pensar como pensaba el pueblo de Dios y actuar bajo los mandamientos de Dios.
El testimonio de Rut era intachable: trabajadora, servicial, humilde, emprendedora, fiel. Era una mujer llena de gracia, a tal punto que Booz, el dueño del campo en donde ella trabajaba, la definió como una “mujer virtuosa”. ¡Qué alago!
La palabra hebrea para “virtuosa” significa “persona llena de fuerza, de recursos, de valor y fortaleza; que es apta, de bien, capaz, esforzada, fuerte, ilustre, poderosa, que hace proezas, valiente, llena de virtud”. ¡Wow! ¡Cuántas virtudes en una sola palabra! Así era Rut. ¡Tremenda mujer de Dios!
Además Booz mencionó que toda la gente de su pueblo sabía esto. El chisme corrió de puerta en puerta, vecino por vecino… Todos hablaban bien de Rut, porque su conducta así lo demostraba.
Ahora viene la pregunta que puede incomodarnos un poquito: ¿Dicen lo mismo de nosotros? ¿Todos saben que somos virtuosos por lo que demostramos cada día?
Los que un día hemos tomado la decisión que tomó Ruth, dejar el estilo de vida del mundo para ser parte del pueblo de Dios, tenemos la responsabilidad de conducirnos como hijos de Dios. “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Efesios 5:8).
Si dejamos que el Espíritu Santo trabaje diariamente en nuestra vida, poco a poco las cualidades de un hombre y una mujer virtuosos se evidenciarán a través de nuestra conducta y carácter.
Deja que todos sepan que eres parte del pueblo de Dios.
Pastor Pablo Giovanini
____________________________________________________________________________________________________________
Martes 21 de Mayo, 2024
“Exclusiva posesión”
“Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido, para que guardes todos sus mandamientos”. Deuteronomio 26:18.
Antes de conocer a Cristo vivíamos en pecado y nuestro destino eterno era terrible. Pero gracias a su misericordia y perdón, todo cambió. Nuestro destino es la eternidad y las cosas maravillosas que el Señor ha preparado para sus hijos. Él pagó el rescate por nosotros en la cruz y ahora le pertenecemos a Dios. Nunca debemos olvidar esto.
Dios mismo dice que somos su “exclusiva posesión”. Esta expresión castellana es una traducción de la palabra hebrea segullá que significa “tesoro; riqueza guardada; algo muy preciado y único”. ¡Aleluya! ¡Qué hermosa expresión de Dios hacia su pueblo! Él dice que somos su tesoro más preciado y exclusivo. Cada día se deleita en vernos, escucharnos, guiarnos, cuidarnos, amarnos.
Dios no comparte sus tesoros con nadie; de hecho, es celoso de lo suyo. “Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es” (Éxodo 34:14). Por eso Dios está en contra de los ídolos, no porque tenga alguna disputa con ellos, porque obviamente no existen, sino porque el ser humano deja de vivir para agradarle a Él.
Hoy tenemos la oportunidad de comenzar este día reconociendo a Quién le pertenecemos y gozarnos por lo que Él dice que somos. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia” (1 Pedro 2:9-10).
Alégrate porque eres un tesoro para Dios. Recibe su paz porque Dios guarda y protege a los que le pertenecen. Disfruta su amor. Dale gloria porque Él está escuchando tu alabanza. Manifiesta adoración con todo lo que hagas porque estás hecho para alabanza de su gloria.
Pastor Pablo Giovanini